CLAVES EN LOS NOMBRAMIENTOS

Génova estrecha el control sobre el Congreso para dirigir la estrategia contra Sánchez

Feijóo se decantó por Carmen Navarro para la Mesa del Congreso por ser de su confianza y parte de la dirección nacional, restando influencia a Ana Pastor 

El PP quiere tener bien controlados los pasos parlamentarios porque entienden que es esencial dar la batalla institucional el resto de legislatura

Feijóo junto a Gamarra, Bendodo y Carmen Navarro.

Feijóo junto a Gamarra, Bendodo y Carmen Navarro. / GUSTAVO VALIENTE.

Paloma Esteban

Paloma Esteban

Aún no se ha cumplido un año desde que Alberto Núñez Feijóo llegó a la presidencia del PP y desembarcó en el Senado. En el principal escaparate de la política nacional, las Cortes Generales, se encontró dos grupos parlamentarios que no controlaba y que desconocía en gran medida, aunque en la Cámara Alta, donde él está cada semana, tenía viejos conocidos. Decidió hacer algunos ajustes, sobre todo en las direcciones parlamentarias, evitando grandes movimientos que descolocan al partido o pudieran generar desconfianza. 

La vacante que dejó Adolfo Suárez Illana en la Mesa del Congreso (el órgano que gobierna, regula y organiza el trabajo del Parlamento) fue sustituida el jueves pasado, por fin, dos meses después. El nombramiento de Carmen Navarro como secretaria cuarta en su lugar está lleno de claves. La actual vicesecretaria general de Política Social cuenta con la confianza de Feijóo para reforzar la estrategia parlamentaria del partido, que en este momento de la legislatura es clave. "El Gobierno tiene asegurada una mayoría que vota en el hemiciclo. Pero hay muchas batallas que se dan antes", reconocen en la cúpula conservadora.

El líder nacional tiene dos ‘pesos pesados’ de su comité de dirección en el Congreso: la secretaria general, Cuca Gamarra, que encabeza el grupo y ejerce como portavoz en las sesiones de control frente al presidente del Gobierno (ante la ausencia de Feijóo), y a Carmen Navarro. Ocupando un escaño están algunas otras personas de peso en el partido pero que no tienen una interlocución directa con Feijóo, a diferencia de lo que ocurre en el Senado, donde el líder conservador sí tiene a más personas de su círculo más cercano.

Según ha podido saber este diario, Feijóo quería a una persona con formación jurídica (Navarro es letrada de la Comunidad de Madrid) que tome las riendas del peso que tiene el partido en la Mesa del Congreso y que hasta ahora recaía en exclusiva en Ana Pastor. Navarro resulta así aupada y garantizará una coordinación directa entre Génova y la acción parlamentaria popular. No es un asunto menor, reconocen fuentes de la formación, porque en esta etapa de la legislatura la batalla contra el Gobierno se está dando en el ámbito puramente institucional.

Hay ejemplos muy recientes como la ley del ‘sólo sí es sí’, cuyo calendario depende en gran medida de cómo se gestionen los primeros pasos en la Cámara. El PSOE pidió este viernes el trámite de urgencia para su nueva proposición de ley después de haber evitado pelear una calificación rápida en la reunión de la Mesa del pasado martes, lo que habría permitido que el debate fuera ya la próxima semana al pleno. La sorpresa fue evidente para el PP: en plena crisis gubernamental y con los socialistas reconociendo las prisas por apagar el fuego de la rebaja en las penas a agresores sexuales, los tiempos seguían corriendo. 

Además, desde el mes de diciembre está pendiente la proposición de ley que registraron los populares y que, precisamente, iba en la linea de endurecer las penas mínimas tal y como estaban previstas en el Código Penal antes de la norma de Irene Montero, como ahora quiere también el PSOE. Los textos de los dos partidos mayoritarios son casi idénticos. El PP renunció a tocar la parte relativa al consentimiento que tanto defiende Igualdad para no alargar más el procedimiento parlamentario. Y ahora se lamenta de que todavía no se haya debatido.

Aunque el Gobierno tiene la mayoría de la Mesa del Congreso, los populares reconocen que “plantar cara” y estar muy pendientes de cada detalle es ahora esencial. Sobre todo, teniendo en cuenta que el PP está haciendo mucha labor de oposición en las cuestiones formales dentro de las Cámaras en una denuncia constante de que los grupos del Ejecutivo se saltan procedimientos esenciales para favorecer su acción.

Al final del pasado año, el PP consiguió una importante victoria jurídica al recurrir al Tribunal Constitucional las enmiendas que el Gobierno había metido a su reforma del Código Penal sobre sedición y malversación para acelerar los nombramientos del propio TC y conseguir por fin una mayoría progresista. Los populares consiguieron frenar al Ejecutivo demostrando que nada tenían que ver esas enmiendas con la reforma de una ley orgánica tan sensible. 

El papel de Navarro en la Mesa está llamado a que la dirección nacional estreche el control sobre el Congreso, teniendo en cuenta que la persona que ahora hace esa labor en solitario, Ana Pastor, no se sienta en el comité de dirección. La expresidenta del Congreso y exministra pierde peso con la aparición de Navarro. En el grupo parlamentario reconocen que podrían “saltar chispas” por el choque de dos personalidades fuertes, aunque aseguran que se hace necesario un refuerzo para dar una mayor batalla. 

Había más nombres que parecían estar encima de la mesa. Uno, sin duda, el de José Antonio Bermúdez de Castro, que acumula una larguísima trayectoria como diputado y que también encajaba en el papel. Pero Feijóo, reconocen en el partido, tenía clara la decisión. “Las piezas van encajando”, aseguran en el grupo parlamentario, que se suman a la estructura fuera del partido que el líder conservador irá tejiendo a través de la Fundación Concordia y Libertad, y para la que ya ha fichado a Pablo Vázquez, economista y presidente de Renfe entre 2014 y 2016.