REFORMA DE LA LEY DEL 'SÓLO SÍ ES SÍ'

El PSOE cree que le favorece distanciarse de Podemos: "Se acabó la juerga"

Los dos socios de Gobierno impulsan su propia guerra fría ante la cascada de elecciones de 2023

Podemos intenta blindar a Irene Montero como candidata y situarse como la verdadera referencia de izquierda

María Jesús Montero asegura sobre el PP que "cuántos más grupos apoyen" la reforma del sí es sí, "mejor"

IRENE

IRENE / Ricardo Rubio

A lo largo de la legislatura, el ruido interno en el Gobierno ha sido siempre tan persistente que las diferencias se han convertido en algo común. El choque constante se ha normalizado hasta el punto de que en el propio Ejecutivo se conjetura si la crisis por la modificación de la ley del sólo sí es sí, es la de mayor envergadura de la coalición. No hay una conclusión definitiva, pero sí la sensación, en el ala socialista, de que es una crisis distinta. De que Pedro Sánchez ha dicho "basta" a las pretensiones de Podemos y que esa decisión marca todo 2023.

El estreno del año electoral fue lo que llevó al presidente del Gobierno a concentrar en el final de 2022 todas las decisiones difíciles, sobre todo la concesión a ERC de la eliminación de la sedición y el cambio en la malversación. Una vez superado ese trago, la Moncloa intenta huir de nuevos conflictos. Quedaba latente dar una respuesta al goteo de rebajas de condenas a delincuentes sexuales que hasta los propios ministros del PSOE veían imposible por la negativa de Podemos a tocar las penas y volver al Código Penal anterior, pero Sánchez dio la orden de impulsar la reforma con o sin sus socios de Gobierno.

Después de una semana de negociaciones, los socialistas registraron este lunes en solitario la proposición de ley. Se abre ahora una segunda fase de conversaciones con Unidas Podemos y el resto de grupos parlamentarios. El bloque socialista del Gobierno seguirá buscando un acuerdo. Pero, según fuentes gubernamentales, sin renunciar a cambiar la ley y a lograr que los delitos que se cometan en el futuro sean penados con menos años por la ley del sí es sí. "La juerga se ha acabado", señalan fuentes del partido, en referencia a que ya no se sienten tan condicionados por Podemos para garantizar la supervivencia del Ejecutivo.

Al contrario, con unas elecciones autonómicas y municipales en mayo y unas generales a finales de año, los socialistas creen que les conviene distanciarse de Podemos. La guerra interna no sólo se ha naturalizado, ahora se percibe como una fortaleza electoral. Esto no significa que el PSOE quiera dar fuelle al enfrentamiento. De hecho, no lo está haciendo. Este martes, el presidente, en una intervención en el Congreso ante sus diputados y senadores evitó cualquier crítica a Podemos. Y lo mismo hizo poco después la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez. Pero sin apearse ni un milímetro del objetivo de cambiar la ley.

"DETERMINACIÓN CLARA" DE SÁNCHEZ

Sánchez fue muy claro. "Vamos a hacer lo que hay que hacer, lo que es de sentido común, lo que es lo correcto". La ley "ha tenido efectos indeseados en su aplicación, y me quedo corto", apostilló. Hay que "defender el gran avance que supone la ley y también corregir el problema para que en el futuro no se vuelva a producir ni una sola rebaja de condenas", dijo, en una alocución en la que destacó, además, que los avances en igualdad  "siempre llevaron la firma del PSOE".

Podemos rechaza la propuesta socialista porque introduce otra vez cuestiones como la violencia o la intimidación para agravar los actos sexuales no consentidos y, a su juicio, eso supone regresar a la regulación anterior que, sostienen, obliga a la mujer a probar que se resistió. Una interpretación que niegan tajantemente los socialistas. En Moncloa defienden la "solvencia jurídica" y el "rigor técnico" de la proposición de ley del PSOE e insisten en que hay una "determinación clara" del presidente de resolver este problema y hacerlo cuanto antes. "Vamos a dar seguridad y serenidad".

LOS MINISTROS SOCIALISTAS NO RECHAZAN LOS VOTOS DEL PP

Según apuntan algunos ministros socialistas, Podemos se ha instalado en un debate "teórico", en alusión a si el cambio anula el consentimiento. "A ver si lo terminan de digerir". Una lectura en la que coincide otro miembro del Gobierno: "Vamos a dejar pasar el tiempo", aseguran en referencia a las próximas semanas en que deben conseguir apoyo parlamentario para aprobar la reforma. Y hasta que se produzca esta votación, que puede dilatarse hasta un mes, no se cerrará definitivamente el debate instalado en el Gobierno.

PSOE y Unidas Podemos pugnan ahora por atraer a sus postulados a los grupos que conforman la mayoría de la investidura, pero los socialistas cuentan con una salvaguarda para aprobar su reforma: el PP. La ministra de Hacienda y vicesecretaria del PSOE, María Jesús Montero, defendió este martes que "cuantos más grupos apoyen mejor", cuando se le preguntó, en los pasillos del Senado, por si aprobarán la modificación con los votos de este partido. "Está abierto a todos", destacó. Después, en el hemiciclo, la propia vicepresidenta primera, Nadia Calviño, se dirigió al portavoz popular, Javier Maroto, y le dijo que espera "contar con el apoyo del PP" para sacar adelante la reforma.

Como sucede con el PSOE, los pasos de Podemos con la crisis del sólo sí es sí también pueden leerse en clave electoral. Fuentes moradas admitían que las negociaciones con el PSOE en torno a esta norma se han congelado después de que los socialistas presentara su proposición de ley. Este distanciamiento, y la contundente negativa del partido a aceptar esta propuesta, responden tanto a una cuestión de fondo como de estrategia. 

De fondo, porque las diferencias entre los aliados de Gobierno van más allá de los cambios en sí. Mientras Pedro Sánchez aboga por una “corrección”, partiendo de la base de que existen incorrecciones en la norma, Podemos sigue defendiendo que la ley es absolutamente correcta y desplaza cualquier responsabilidad a los jueces por su incorrecta aplicación. 

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en la sesión de control al Gobierno este martes en el Senado.

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en la sesión de control al Gobierno este martes en el Senado. / Kiko Huesca /EFE

EL BLINDAJE DE IRENE MONTERO

Si el partido llegase a aceptar la hipótesis socialista, conllevaría la admisión de errores por parte de Irene Montero, principal estandarte de la formación y única alternativa a Yolanda Díaz para liderar una eventual candidatura a las generales. El blindaje de la ministra de Igualdad subyace como telón de fondo en la pugna por esta norma. Una lógica que, en definitiva, hace prevalecer las dinámicas internas que las de Gobierno. 

Pero la deriva emprendida, que parece abocada a un choque de trenes, también responde a una cuestión estratégica. El pulso de Podemos a los socialistas es una forma de situarse como una alternativa a la izquierda existente, de diferenciarse y al mismo tiempo de dibujar a un PSOE en connivencia con la derecha. Precisamente esa es la imagen que buscan proyectar en los últimos días, alertando de la posibilidad de que la proposición de ley del Grupo Socialista salga adelante con los votos del PP. 

EL EJEMPLO DE IGLESIAS EN MADRID

Las acusaciones llegan a pocos meses del ciclo electoral que empieza las autonómicas del 28 de mayo y termina con las generales de final de año. La carrera en la izquierda está abierta, y la estrategia de Podemos consiste en resistir y confrontar. Es, según apuntan algunas voces del espacio, la misma que se siguió durante las últimas elecciones en la Comunidad de Madrid, donde Pablo Iglesias saltó a la arena madrileña como candidato para asegurar la pervivencia electoral del partido, y donde parte de su estrategia consistió en cargar contra el PSOE y Más Madrid frente a la “valentía” de Podemos. 

En esta ocasión, la apuesta de los morados por las tesis duras en el Gobierno también dejan en una situación comprometida a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que en las últimas horas ha evitado cualquier tipo de confrontación y ha lanzado “un llamamiento” a las partes para lograr un acuerdo entre los dos socios de Gobierno. Una petición que ya lanzó sin éxito la semana pasada en una reunión del grupo, tal como avanzó este medio. Díaz queda en ‘tierra de nadie’ en el pulso de la coalición, con la amenaza de quedar desdibujada en este debate antes incluso de haber anunciado oficialmente su candidatura.