ENTREVISTA A LA PRESIDENTA DE BALEARES

Francina Armengol: "No me gustaría que mis hijos vivieran un gobierno de PP y Vox"

"Como presidenta no puedo decir 'aquí no entra nadie más', el turismo es democracia", asegura la dirigente socialista

Asegura que el Goven de Baleares está elaborando un diagnóstico para ver qué porcentaje de comprador de vivienda es extranjero y quién compra para especular: "España debe negociar con Europa limitar la venta a no residentes"

Francina Armengol.

Francina Armengol. / B. RAMON

Miquel Adrover / Guillem Porcel

La presidenta del Govern de Baleares, Francina Armengol, ha concedido esta semana una extensa entrevista con Diario de Mallorca, del grupo Prensa Ibérica. En ella, la jefa del Consolat analiza los ocho años de mandato del Pacto de izquierdas, reflexiona sobre los principales problemas que azotan a Baleares, como es el caso de la vivienda o la saturación turística, y explica los retos de futuro ante las elecciones autonómicas y municipales del próximo día 28 de mayo.

¿La reciente cumbre con la Comunidad Valenciana es un aviso a navegantes para otros barones como Javier Lambán o Emiliano García Page?

Nunca he entendido España desde la confrontación entre territorios. Nosotros entendemos el país con la colaboración. Siempre nos hemos juntado con aquellas regiones con las que compartimos lengua, cultura e historia, pero también intereses económicos. Con Cataluña, Valencia y Murcia, si quisiera, somos un corredor económico muy potente. También tenemos muy buena relación con Canarias y trabajamos juntos.

España se ha gobernado siempre desde el centralismo. Pensar que el país es lo que hay desde la M-30 hacia adentro es un gran error político, económico y mediático. Madrid no es España, es mucho más plural y diversa. Por ello reivindicamos el peso de la periferia para compensar algunas decisiones que tienen una mirada muy estrecha.

¿Acierta Pedro Sánchez con la reforma del Código Penal para afrontar el conflicto en Cataluña?

El Gobierno ha sido valiente y coherente. Un problema político se resuelve desde la política, no con la justicia. Debemos aprender que cuando un Estatuto de Autonomía como el catalán pasa por un referéndum y se acaba impugnado tiene unas problemáticas graves porque desvaloriza el voto de la gente.

Cataluña ha vivido una situación de división y crispación que ahora es menor. Ser capaz de entender el problema y trabajar juntos para solucionarlo dentro del margen de la ley, que es lo que ha hecho el Gobierno con los partidos independentistas, es la vía adecuada para la solución. Cuando estaba Mariano Rajoy había mucha más crispación, menos paz social y hubo una Declaración Unilateral de Independencia además de un referéndum ilegal. Cuando gobierna la derecha es cuando más votantes independentistas hay.

¿Vislumbra una posible coalición entre PP y Vox?

El PP ha demostrado que tiene muchas ganas de gobernar pero no sabemos para qué. Nadie dice qué quieren hacer. Solo sabemos que están en contra de todo lo que hemos hecho: en contra de las leyes de Turismo y Educación, de la garantía de la sanidad universal, de luchar contra el cambio climático, de la política de vivienda pública, de la movilidad, de las medidas que hemos tomado para ayudar a empresas y trabajadores, de la ley del aborto o de la reforma laboral que ha sido extraordinaria para las islas.

En Baleares les hemos visto gobernar con mayoría absoluta y donde había personas que ahora están en Vox. Basta recordar lo que hicieron en sanidad o educación. Si además le añades la extrema derecha, que tiene lagunas democráticas importantes, es una situación que no me gustaría vivir ni que la vivieran mis hijos por los valores que se pueden perder. Los gobiernos de Madrid y Castilla y León, que funcionan ambos con Vox, no han conseguido aprobar ni un presupuesto. La inestabilidad, la falta de rigor y la falta de compromiso son absolutos. En cambio sí agradezco a El Pi y Ciudadanos su compromiso y su oposición propositiva en el Pacto por la Competitividad. PP y Vox no han querido pactar absolutamente nada.

Cuando gobierna la derecha es cuando más votantes independentistas hay

¿Balears necesita fijar numerus clausus a la llegada de turistas para evitar la masificación?

Tengo la responsabilidad, como presidenta del Govern, de explicar a la ciudadanía lo que es real y lo que no. No hay ningún aeropuerto del mundo que pueda decir: aquí no entra nadie más. El tema turístico necesita una reflexión profunda que hemos intentado hacer en favor de la diversificación. Apostar por otros sectores económicos que nos aporten mayor estabilidad y mayor calidad de empleo para crecer de otra forma.

La ley turística hace un planteamiento serio: moratoria de plazas y decrecimiento con el intercambio 2x1. Si hay menos plazas, cabe menos gente. Queremos seguir siendo líderes turísticos y será el motor económico de nuestras islas, con disminución de la presión en verano. Hemos conseguido alargar la temporada y mejorar las condiciones de trabajo. La subida del 17% en el convenio de hostelería es la mejor de toda España. La ley no pone el acento en el número o en los beneficios de los que se dedican al negocio turístico, sino en cómo el sector puede ayudar a regenerar las islas.

El tema turístico necesita una reflexión profunda en favor de la diversificación: apostar por otros sectores que nos aporten mayor estabilidad y mayor calidad de empleo

¿Francina Armengol ha notado la saturación turística?

No creo que exista ningún destino líder en el mundo que no tenga momentos de saturación turística. Si uno ha viajado a Venecia, Barcelona, París, Canarias o al Caribe lo sabrá. Antes solo viajaba la gente que tenía dinero y ahora cada vez hay más viajeros. El turismo es democracia porque todo el mundo quiere viajar. Lo que pasa es que no quieres que todos vengan a tu casa. Soy consciente de las desventajas del turismo, pero ningún otro gobierno, excepto el nuestro, ha limitado la llegada de cruceros, ha paralizado las plazas, ha dicho de forma clara que no quiere turismo de excesos o ha implementado una ecotasa cuando toda la derecha mediática, política y económica estaba en contra. Gravamos al turismo para eliminar su huella en las islas.

Pero Baleares tiene un territorio muy limitado...

Efectivamente. Cuando ha habido una pandemia y hemos tenido que cerrar el turismo, todos nos pedían que hiciéramos promoción para que vinieran turistas. Porque Balears tiene un modelo que sigue muy dimensionado a una actividad turística intensiva. Unas 200.000 familias viven directamente de esto e, indirectamente, muchas más.

Algunos apuntan que este es el Govern de los hoteleros.

Somos un Govern serio y riguroso. Damos confianza a las personas y saben que se pueden fiar de nosotros. Llevamos ocho años gobernando en las peores condiciones de la historia, con una pandemia terrible. Hemos protegido a las familias, a los trabajadores y a los empresarios. Sabemos dialogar, consensuar y tenemos claro nuestro modelo para transformar y mejorar estas islas.

¿La cogestión aeroportuaria es una posibilidad real?

Es una medida que defendemos y así se lo hemos demandado al Ministerio. Hemos conseguido un híbrido que es la Comisión de Rutas, pero no es suficiente. Son infraestructuras fundamentales para un territorio como este y a veces se tiene poco en cuenta la realidad de las islas. Aena tiene un 49% privatizado y esto es una complicación evidente. Hay una diferencia abismal con la Autoridad Portuaria donde sí hay un sistema de cogestión. Ha asumido el 100% de la transformación del Paseo Marítimo de 42 millones de euros, muy ligado a los intereses del ayuntamiento de Palma. Esto demuestra que, con la cogestión, la otra parte entiende mucho mejor tu realidad y participa directamente en tus proyectos.

¿Limitar la compra de viviendas a no residentes es un brindis al sol?

Es una realidad objetiva que las islas son un lugar idílico para vivir. Nosotros ya hace tiempo que planteamos este debate a nivel europeo a través de un estatuto de islas pobladas donde pueda haber una mirada diferente sobre territorios como el nuestro. Las normas europeas deberían tener en cuenta las limitaciones que tienen las islas. Nuestra intención es aprovechar la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea para conseguir ese estatuto y ver si se pueden tomar decisiones especificas sobre la compra de viviendas por parte de no residentes.

Depende de la Unión Europea y el planteamiento no es inmediato, aunque es un camino que debemos recorrer. Estamos haciendo un diagnóstico para ver qué porcentaje de compradores es extranjero o europeo, o quién compra para especular y quién lo hace para tener su segunda residencia. Precisamos datos concretos para hacer una propuesta a nivel europeo. Pero necesitamos que España lo asuma y negocie con Europa, por lo que el camino es largo.

La vivienda es su gran asignatura pendiente.

Es uno de los retos más importantes que tenemos como sociedad. Somos conscientes de que tenemos un territorio limitado, el suelo tiene un precio muy elevado, la población aumenta cada año y, por tanto, hay una problemática clara para que la gente acceda a una vivienda. Desde 2015 empezamos a priorizar la política de vivienda en Balears porque veníamos de una época en la que no se había hecho absolutamente nada.

La solución del problema de la vivienda no viene solo de una medida sino que es muy amplio. Hemos hecho más viviendas de protección oficial que en toda la historia democrática de esta Comunidad. Acabaremos esta legislatura con un 72% más. Hasta que el parque público no se asemeje a los países europeos, no conseguiremos rebajar el precio de mercado. La política de vivienda en Balears solo la hacen los progresistas, eso está demostrado.

A partir de ahora todo la vivienda que construimos será siempre pública porque cambiamos la ley. Antes se especulaba. Hemos acordado con los promotores privados construir pisos con un límite de precios, hemos aumentado las ayudas al alquiler e introducido el bono joven.

Hemos tenido que esperar ocho años para impulsar el Tren de Llevant o el Tranvía de Palma. ¿Por qué no lo pusieron en marcha en 2015?

Estos ocho años hemos tenido la capacidad para pensar y planificar las cosas. Heredamos un metro que Jaume Matas decidió sacar adelante sin consultarlo con el ayuntamiento de Palma. Es una forma de hacer política ineficiente con el dinero público y con la planificación de las necesidades de infraestructuras. Cuando empezamos nos encontramos con un tren que iba con gasóleo y unas importantes necesidades en materia de autobús. Ahora somos la única región que tiene toda la red de transporte terrestre con gas o eléctrica, con autobuses nuevos, accesibles y bien equipados.

Dibujamos los proyectos del Tren de Llevant y el Tranvía de Palma como prioridades porque hasta ese momento no teníamos la financiación necesaria. Llegó el covid y nos cambió el planteamiento. Tuvimos que reprogramar estos proyectos. Siempre dijimos que el Tranvía de Palma debía hacerse con financiación estatal porque si no era inviable para las arcas públicas, sobre todo con la pandemia y la caída de nuestra economía.

¿Los consellers Pons (Menorca) y Marí (Eivissa) son menos sensibles con el tren de Mallorca?

Marc Pons y Josep Marí han hecho un gran trabajo en materia de movilidad. Para nada son menos sensibles al tren. Tenemos más usuarios que nunca en la historia del transporte público y ahora, la gratuidad. Sabemos que es un año complicado y hemos conseguido 42 millones de euros para que todos viajen sin pagar. Cuantos más usuarios tengamos, más capacidad de crecimiento tendremos. Creemos que se deben quitar coches privados de las carreteras y los ciudadanos deben tener un buen sistema de transporte público. Con el Tranvía de Palma cambiará la forma de vida porque habrá más silencio y menos contaminación.

Acaban de aprobar los octavos presupuestos consecutivos. ¿Cómo afronta las elecciones de mayo?

Ha sido una legislatura complicada por la pandemia y la inflación, pero hemos gobernado desde el diálogo. Hemos salido con buena nota de las dificultades, pese a que soy consciente de que sigue habiendo personas que lo pasan mal. Estos octavos presupuestos ofrecen una imagen de estabilidad política que no se había visto nunca en Baleares. Somos un Govern solido, riguroso y que no ha creado problemas. La sociedad balear ha dado una lección enorme a aquellos que pensaban que iría mal.

Estos octavos presupuestos ofrecen una imagen de estabilidad que no se había visto nunca en Baleares. Somos un Govern solido, riguroso y que no ha creado problemas

La recaudación fiscal se sitúa en máximos históricos. ¿En algún momento se planteó bajar impuestos como pedían los partidos de la oposición?

La situación de Balears es diferente a la de otras Comunidades Autónomas. No puedo entender a aquellos partidos políticos como el PP que pregonan aquello que le dicen desde Madrid. No somos Castilla-La Mancha o Extremadura. Tenemos una realidad diferente. Fuimos la única comunidad que, cuando estalló la guerra en Ucrania, hizo un plan de choque y apoyamos al sector de los transportistas y de la agricultura.

Evitamos la huelga porque somos conscientes de lo que sucede aquí y porque hablamos con la gente. Sabemos sus necesidades. Teníamos presente que lo difícil no era la temporada alta porque habría una buena ocupación y una mejora del mercado de trabajo gracias a la reforma laboral, sino que las dificultades llegarían en invierno. Por tanto las rebajas de impuestos no servían, aunque optamos por incluir más deducciones fiscales que nunca sobre todo para las familias que más lo necesitan. Bajar impuestos de forma indiscriminada, sea cual sea la renta, y bajar sobre todo el Impuesto sobre el Patrimonio a los más ricos y el Impuesto sobre las Transmisiones Patrimoniales cuando tenemos un problema con la vivienda, que es lo que propone la derecha, no me parece una buena medida para Balears.

¿Qué le diría a la gente que no llega a fin de mes y escucha que el Govern paga guardias a los sanitarios de 1.900 euros?

En una sociedad como la nuestra sigue habiendo desigualdades, y estoy en política para romperlas. Los sanitarios deben tener un sueldo adecuado para poder afrontar una situación de un sistema sanitario que tiene algunos problemas, y creo que es de justicia. Hemos conseguido acuerdos sindicales importantes. Hay garantizar una buena sanidad pública, buenos servicios sociales y buena educación. ¿Qué pasaría si estas personas no pudieran pagarse una operación de corazón? ¿O si tuvieran que pagar un colegio privado? Gracias al diálogo social no tenemos una huelga sanitaria en Baleares. Antes de 2015 había una manifestación detrás de otra. Ahora tenemos paz social.