TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Los progresistas mantienen la fractura y no logran despejar la incógnita sobre la Presidencia del TC

Balaguer y Conde-Pumpido se reafirman en su intención de concurrir y todo queda abierto para el pleno de este miércoles

Entrevista a Maria Luisa Balaguer , Magistrada del Tribunal Constitucional.

Entrevista a Maria Luisa Balaguer , Magistrada del Tribunal Constitucional. / DAVID CASTRO

Cristina Gallardo/Ángeles Vázquez

La reunión celebrada este martes entre los siete magistrados del sector progresista del Tribunal Constitucional no ha logrado fijar un único candidato para concurrir a la Presidencia de este órgano, lo que supone que el puesto clave no se decidirá hasta el pleno de este miércoles. Tanto Cándido Conde-Pumpido como María Luisa Balaguer -ambos pertenecientes al tercio más antiguo del tribunal y al grupo mayoritario- han manifestado su intención de optar al cargo, por lo que todo queda abierto y será en función de los apoyos que cada uno de ellos reciba mañana como se decidirá quién presidirá la institución durante los próximos tres años, han informado fuentes jurídicas a este diario.

Según fuentes presentes en la reunión en ningún momento se han perdido las formas y el debate y la presentación de proyectos de los dos 'presidenciables', que reflejan las dos formas de trabajar habituales en el alto tribunal, la de los magistrados y la de los catedráticos, siempre se ha desarrollado de forma "cortés", con independencia de la propia tensión que supone el no haber podido llegar a un acuerdo para acudir al pleno con un solo candidato progresista.

A la incógnita sobre lo que ocurrirá el miércoles se une el hecho de que la votación será secreta. En una primera ronda se requerirá mayoría absoluta para elegir al presidente. Si no se lograra, se procederá a una segunda votación, en la que resultará elegido quien obtuviese mayor número de votos. De este modo, a pesar de ser el exfiscal general del Estado el candidato que en principio podría obtener el favor de la mayoría de sus compañeros, si no logra el apoyo mayoritario de los progresistas, Balaguer tendrá opciones de convertirse en la segunda presidenta del Constitucional, tras María Emilia Casas.

APOYO CONSERVADOR

A la catedrática de Derecho Constitucional le bastaría obtener el apoyo de los cuatro conservadores, algo que parece bastante probable, y sumar su propio voto y el de alguno más del sector progresista. En este punto se especula con la decisión que pueda adoptar la recién nombrada magistrada del TC María Luisa Segoviano, una mujer de carácter independiente y firme defensora del acceso de las mujeres a las altas responsabilidades en la justicia. Ella misma rompió un techo de cristal al ser la primera en presidir una Sala (la de lo Social) del Tribunal Supremo.

Las fuentes consultadas señalaron que durante la reunión, que se prolongó durante unas tres horas, la hasta ahora magistrada del Supremo no ha dejado traslucir la posición que adoptará en el pleno convocado por el magistrado Ricardo Enríquez, que lo presidirá por ser el de mayor edad de los que se encuentran en el último tercio de mandato.

Se da la circunstancia de que él es el único magistrado de tendencia conservadora que se encuentra en esta situación, lo que le da muchas papeletas para convertirse en el próximo vicepresidente del Constitucional, si pese a disponer de dos candidatos los progresistas logran, como está previsto, la Presidencia.

En su día María Emilia Casas, de tendencia progresista, fue aupada a ella, pese a que el pleno era mayoritariamente conservador, una circunstancia que dificultó en gran medida su mandato, en que, entre otras, se dictó la sentencia del 'Estatut'.

¿QUÉ APORTA CADA CANDIDATO?

Conde-Pumpido, cuyo entorno le considera el 'candidato nato' para el puesto, parece tener asegurado el apoyo de la mayor parte de sus compañeros dada su reconocida talla jurídica y su experiencia en puestos de responsabilidad como fue la Fiscalía General. Su candidatura iría dirigida, según las fuentes consultadas, a lograr un Tribunal Constitucional más ágil en asuntos de calado político que se encuentran pendientes desde hace meses, o incluso años, y que podrían precisar del impulso que puede dar alguien experimentado en órganos cuyas decisiones también suelen tener trascendencia como es el Tribunal Supremo.

Además de su veteranía, el magistrado del Supremo ya ha demostrado don de mando en el propio Constitucional en temas de especial sensibilidad, ya que fue quien dirigió la comisión que preparó todos los borradores de las sentencias que rechazaron los recursos de los de los condenados del 'procés', e incluso acabó recusado por los líderes independentistas Oriol Junqueras y Carles Puigdemont.

En su contra, pesa ser considerado el 'candidato oficial' del Gobierno de Pedro Sánchez, lo que le ha convertido en una especie de 'bestia negra' para determinados sectores de la derecha política, judicial y mediática. Desde allí, recuerdan las palabras que pronunció en 2006, siendo el fiscal general de José Luis Rodríguez Zapatero al señalar en concidencia con el alto el fuego de la banda terrorista ETA su conocida frase: "el vuelo de las togas de los fiscales no eludirá el contacto con el polvo del camino" en alusión a una necesaria aproximación del ministerio público a la realidad social.

A ello se suma el malestar que causó entre sus compañeros lo que el mismo Conde-Pumpido calificó de filtración de un borrador de su voto particular a la sentencia que declaró inconstitucional el primer estado de alarma. En dicho texto se calificaba la resolución de "extravagante, propia de un lego y un jurista de salón".

Frente a ello, la candidatura de María Luisa Balaguer, reconocida feminista y defensora de la introducción de la perspectiva de género en las resoluciones judiciales y cuyo carácter conciliador, según algunas fuentes consultadas, podría arrastrar a parte de sus compañeros del sector mayoritario y sumar a los cuatro conservadores, que la verían como un escape a la designación de Conde-Pumpido como candidato más cercano al Ejecutivo. La aspiración de su compañero, conocida desde hace años, no le ha hecho dar un paso atrás, y menos en un tribunal que, por primera vez, ha logrado sumar cinco magistradas frente a un pasado de presencia femenina muy minoritaria.

La catedrática, que en las últimas semanas ha brindado entrevistas en varios medios de comunicación, siempre se ha comportado como de forma ajena a los bloques y algunos la consideran un 'verso suelto' dentro del órgano, lo que contribuiría a acrecentar una imagen de independencia que muchos consideran que es básico recuperar. Siempre ha sido, además, defensora de separar el debate jurídico del ruido político, y así lo ha demostrado con los amplios tiempos que se ha dado para ponencias que le han sido encomendadas, como la del recurso contra la primera reforma judicial que vetó los nombramientos en el Consejo General del Poder Judicial cuando éste se encuentra fuera de mandato.

 Sus convicciones progresistas están además fuera de toda duda, como demuestra en publicaciones como su "Contranarrativa de la Transición Política en España" de 2021, donde argumentaba que La Ley de Amnistía de 1977 no puede ser obstructiva al deber de investigación de las desapariciones durante el franquismo.