PERSPECTIVAS POLÍTICAS

El horizonte de Pedro Sánchez: tres elecciones, una crisis de Gobierno y ningún puente con Feijóo

El presidente encara un 2023 en el que habrá comicios autonómicos, municipales y generales con las medidas sociales frente a las consecuencias de la guerra y la buena marcha económica como ideas fundamentales

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

"Imagino que será una pregunta retórica, si me permite el sarcasmo", contestó Pedro Sánchez cuando le interrogaron, la semana pasada, por sus expectativas sobre la relación con Alberto Núñez Feijóo. Básicamente, vino a decir el presidente del Gobierno, ninguna. El Ejecutivo y el principal partido de la oposición no han sido capaces de pactar nada desde la marcha de Pablo Casado, y la crisis institucional a cuenta del Tribunal Constitucional ha ensanchado todavía más la desconfianza mutua. Ni siquiera en un choque de tanta entidad, sin apenas precedentes, Sánchez y Feijóo se pusieron en contacto.

Para el presidente del Gobierno, el líder del PP ha entrado de lleno en una espiral “trumpista”. Cualquier tentación de descolgar el teléfono quedó disipada, explican los colaboradores de Sánchez, al ver el último vídeo de los populares, en el que mezclaban los pactos del Ejecutivo con fuerzas independentistas, los indeseados efectos de la ley del ‘solo sí es sí’ y la Lotería de Navidad para acabar concluyendo: “A los socios de Pedro Sánchez y los agresores sexuales ya les ha tocado el Gordo”.

En este nuevo año nada hace pensar que la dinámica vaya a cambiar. Al contrario, asumen en la Moncloa. Con tres elecciones a la vuelta de la esquina, cualquier diálogo será “casi imposible”. El PSOE se juega muchísimo en las municipales y autonómicas de mayo: los socialistas confían en recuperar ciudades de tanta relevancia como Barcelona, pero al mismo tiempo se exponen a perder territorios como Castilla-la Mancha, Extremadura o Aragón, y si algo así ocurriera se instalaría sobre la política española una sensación de fin de ciclo que teñiría por completo las generales de finales de año. Más aún si Podemos y la ministra de Trabajo, Yolanda Díazno logran sellar un pacto para una candidatura única. 

Antes de las dos primeras citas con las urnas, en cualquier caso, Sánchez tendrá que remodelar el Gobierno. Reyes Maroto, ministra de Industria, será la aspirante del PSOE a la alcaldía de Madrid, y Carolina Darias, titular de Sanidad, se presentará en Las Palmas de Gran Canaria. Ambas dejarán sus carteras en los próximos meses, pero la intención del secretario general socialista es retrasar al máximo el relevo, como ocurrió con Salvador Illa en Catalunya, para aprovechar el tirón electoral que puede suponer la presencia de las dos candidatas en el Gobierno. ¿Aprovechará Sánchez para cambiar más piezas? Fuentes cercanas al presidente no lo descartaron durante la copa de Navidad celebrada en la Moncloa. 

El mensaje central

Lo que no admite dudas en el núcleo duro del jefe del Ejecutivo es el mensaje que desplegará desde ahora hasta las generales. El vaticinado apocalipsis económico por la guerra de Rusia en Ucrania no ha llegado. En la Moncloa sacan pecho estos días por un reciente estudio de la revista británica ‘The Economist’, en el que España aparece como uno de los cuatro países con mejor evolución económica durante el recién acabado año. El crecimiento ha sido mayor de lo esperado por el Gobierno y se sitúa en torno al 5%. La inflación, pese a situarse en el 5,8%, es la más baja de la UE. Y la electricidad cuesta un 54% menos que en Alemania. 

Así que Sánchez, una vez sellados los pactos más polémicos con ERC (derogación de la sedición y rebaja de la malversación, reformas de las que se beneficiarán los encausados por el referéndum del 1-O) y solventado a corto plazo el choque institucional gracias a la renovación 'in extremis' del Tribunal Constitucional, quiere alejarse del ruido y centrarse en la gestión, con la “protección” a la “clase media y trabajadora” como idea central.

“Quiero reiterar una certeza: ante cualquier escenario, el Ejecutivo va a seguir tomando medidas, todas las necesarias, para proteger a la gente. Estas medidas son muy distintas de las que haría un gobierno de la derecha con la ultraderecha. Si va a hacer algo este Gobierno de coalición progresista, es seguir protegiendo a la gente de a pie”, dijo el presidente durante su comparecencia para hacer balance del convulso 2022, tras un Consejo de Ministros en el que se aprobó un nuevo paquete social que incluye, entre otras iniciativas, la rebaja del IVA de los alimentos básicos y un cheque de 200 euros para las familias con menos ingresos. 

La relación con ERC

Sánchez, en el mismo sentido, se prepara también para tomar distancia de ERC. Una vez aprobadas las modificaciones penales, y ante la sucesión de convocatorias electorales, el jefe del Ejecutivo exhibe ya cierta confrontación con los republicanos, a quienes acusa de ir “en contra de los tiempos” con su insistencia en celebrar una consulta sobre la independencia de Catalunya que él, subraya cada vez que le preguntan, no autorizará en ningún caso. 

Aquí, en el flanco territorial, el mensaje es muy similar al del económico y social. Sánchez también se presenta como escudo. En este caso, de la integridad de España. Frente a quienes le acusan de haber cedido demasiado frente a ERC y EH Bildu, dentro y fuera de su partido, el presidente suele repetir, y lo hará más en los próximos meses, que los referéndums sobre la independencia se celebraron con el PP, mientras que desde que él está en la Moncloa “no se ha hecho ninguna consulta”. 

“Me preguntan qué hará en año electoral el Gobierno progresista –dijo Sánchez la semana pasada, durante su repaso a 2022-. Bueno, pues va a hacer lo mismo que en años que no son electorales. Subir el salario mínimo, revalorizar las pensiones, proteger a la clase media y a los trabajadores frente al alza de los precios. Es decir, el Gobierno de coalición progresista va a hacer lo que hemos venido haciendo: gobernar para la mayoría social, gobernar para la gente. Y eso, yo no tengo ninguna duda, va a dar su resultado electoral”. En un momento en el que las encuestas plasman su desgaste tras los acuerdos con ERC, y con Feijóo por delante en casi todas, no son pocos en el PSOE quienes lo ponen en duda.