ACUERDO DE INVESTIDURA

El PSOE se comprometió con ERC a cambios legales para hacer posible una consulta en Cataluña

El Gobierno rechaza el reférendum pero no descarta una consulta que los socialistas ya pactaron con los republicanos en el acuerdo de investidura

Rufián

Rufián / Kiko Huesca /EFE

Con el PSOE absolutamente traumatizado con la reforma de la malversación y la sedición para rebajar las penas de los condenados y procesados por el 1-O, la propuesta de referéndum de ERC ha acabado por embarrar el debate político nacional y la vida interna de los socialistas, por más que desde Ferraz se haya pedido silencio. Los republicanos han incluido en la ponencia política del congreso que celebrarán en enero un plan para lograr la autodeterminación, con la fórmula reconocida en el caso de Montenegro: un mínimo del 50% de participación y un apoyo del 55% para proclamar la independencia.

Este anuncio ha provocado mucho estrés en el PSOE porque se encadena con la modificación de la sedición y la malversación, dos cambios que Pedro Sánchez nunca descartó pero sobre los que el Gobierno no se ha mostrado transparente.

El Ejecutivo asegura que un referéndum como el que pide ERC es "inconstitucional" y no se celebrará. Pero en el acuerdo de investidura que los socialistas firmaron para la elección de Sánchez, en enero de 2020, se incluye una consulta a los catalanes. Y de hecho, el Gobierno rechaza la votación que piden los republicanos pero no otro tipo de fórmulas.

El PSOE se comprometió en el documento firmado con ERC a la creación de la Mesa de diálogo y negociación entre Gobiernos, de cuya última reunión en julio sale precisamente la rebaja de penas de los delitos del 'procés' para avanzar en la desjudialización. Pero, el objetivo final es llegar a más acuerdos que "serán sometidos en su caso a validación democrática a través de consulta a la ciudadanía de Cataluña". Esto se hará, prosigue el texto, mediante "los mecanismos previstos o que puedan preverse en el marco del sistema jurídicopolítico". La ´última parte apunta a cambios legales.

REFERÉNDUM NO, CONSULTA SÍ

La posibilidad de una consulta sobre cuestiones que puedan suponer una solución para el conflicto catalán está claramente sobre la mesa. Y, según el pacto de investidura, debe realizarse antes de que concluya la legislatura a finales de este año. Pero los socialistas, sobre todo el PSC, se esfuerzan en diferenciar referéndum de consulta.

En una entrevista este miércoles en El Confidencial, el primer secretario de los socialistas catalanes, Salvador Illa, aseguró que "si fruto del diálogo entre catalanes y sus partidos se llega a un consenso y a un mínimo acuerdo sobre cómo organizar el autogobierno de Cataluña que competa a la comunidad catalana, estoy de acuerdo con una consulta y me parecería bien. Illa no apuntaba a la mesa de diálogo -Gobierno y Generalitat- y ni mencionaba el documento de la investidura pero sí a un pacto de las fuerzas catalanas.

En unas declaraciones posteriores el dirigente catalán reclamaba ERC "que paren de engañar a los catalanes y tengan el coraje de decir la verdad". "Cataluña ha pasado página de una década perdida y del 'procés', y en Cataluña no habrá un referéndum", defendió. Illa sostiene además que no se celebrará porque el PSC "garantiza, ha garantizado y seguirá garantizado siempre el cumplimiento íntegro de la Constitución".

Precisamente este es el mensaje que trasladó al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, con quien el líder del PSC intercambió este miércoles algunos mensajes. Page ha sido muy crítico con la reducción de las penas del 1-O, como exigía ERC, e incluso ha prometido públicamente que llevará al Gobierno de Pedro Sánchez a los tribunales si autoriza un referéndum sobre la independencia. Sus declaraciones han abierto una profunda brecha con la dirección socialista pero en Castilla-La Mancha se consideran el camino más seguro para afianzar la mayoría absoluta en las elecciones autonómicas de mayo.

El primer secretario del PSC, Salvador Illa, este miércoles en el Parlament.

El primer secretario del PSC, Salvador Illa, este miércoles en el Parlament. / David Zorraquino / EFE

Illa quiso transmitir a Page que "conviene tener altura de miras para garantizar la convivencia y la concordia desde la evidencia" de que "Cataluña está mejor ahora que hace cinco años". A este argumento se agarra el socialismo catalán pero también la Moncloa para defender la controvertida reforma de la malversación y la sedición y apuntar ahora a una consulta.

Fuentes socialistas explican que ahora, a diferencia de lo que sucedió con el desafío separatista, "no se pone en cuestión el futuro de este país". De lo que se está hablando es que "con qué intensidad castigarlo" y los castigados "en vez de humillarse sacan pecho (con un nuevo referéndum). Esto sucede, señalan, porque "tienen que vender algo" porque lo que prometieron es que iban a declarar la independencia.

INQUIETUD EN EL PSOE

Pero este discurso no cala igual en todos los territorios ni en todos los cargos del PSOE. Muchos de ellos se han impuesto silencio para no exportar este debate nacional al ámbito autonómico. Como ha contado este diario, el PSOE andaluz ha ordenado cierre de filas con Pedro Sánchez y “no contribuir al ruido” por la reforma del delito de malversación. Otros como el presidente de Aragón, Javier Lambán, han optado por reiterar su rechazo a esta modificación y defender de nuevo que "malversar para financiar aquellos gravísimos hechos contra la Constitución debería recibir un tratamiento penal agravado respecto al que existía con anterioridad" en lugar de una rebaja, pero sin palabras tan gruesas como las de Page.

La realidad es que tanto los más cautos como los más explícitos están preocupados, como se puso en evidencia en la reunión del grupo parlamentario del martes en la que el portavoz, Patxi López, tuvo que sofocar el malestar. La consigna de la dirección socialista es que "hay que aguantar" y que "pasará" pero el acuerdo de investidura está ahí e incluye una consulta.