BATALLA POR EL VOTO DE LA DERECHA

Vox despeja el camino a Ayuso tras su error en la negociación de los presupuestos

La dirección nacional de Vox reconoce que envían un mensaje "muy malo" a sus electores tras quedarse sin margen de maniobra en los presupuestos de Ayuso y desvían la responsabilidad a Monasterio

El PP ironiza sobre la utilidad de Vox: desliza que más de la mitad de sus enmiendas eran contrarias al reglamento y que las "26 válidas" apenas suponían una "revolución" de 69 millones

La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio

La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio / Gustavo Valiente - Europa Press

"Andalucía marca una camino de inflexión", apunta un relevante miembro del PP de Isabel Díaz Ayuso en referencia al papel que le puede quedar a Vox en la Comunidad de Madrid tras las próximas elecciones autonómicas y municipales. El último error de la formación de Rocío Monasterio en la Asamblea de Madrid, que se ha quedado sin poder negociar una sola partida de los presupuestos por haber registrado fuera de plazo sus enmiendas, ha dejado al PP manos libres para decir que la representación numérica de sus políticas llevan solo sello del PP y que la influencia de Vox ha sido nula.

La argumentación que Vox ha regalado al PP con la vista puesta en las próximas elecciones no se debe solo al error de haber presentado tarde esas enmiendas, sino a su resignación y renuncia a poner en aprietos al Ejecutivo regional al asegurar que se abstendrán en la votación el próximo 22 de diciembre (de manera que Ayuso sacará adelante sus presupuestos) con el argumento de que no quieren estar en la foto junto a los grupos de izquierdas, como explicó su portavoz adjunto, Iñigo Henríquez de Luna.

El PP y Vox llevan negociando los presupuestos desde el pasado mes de octubre y la conclusión de estas semanas de conversaciones ha sido, según dijo la semana pasada su portavoz en la Asamblea, Rocío Monasterio, "humillante" para los votantes de Vox. De Luna, por su parte, advirtió de que la posición de los populares era un "insulto" para las simpatizantes de esta formación. Pero a pesar de eso, a Vox le sigue pareciendo más peligroso para sus siglas votar cualquier enmienda junto a una formación de izquierdas que permitir que el PP logre sacar adelante sus proyectos sin lograr condicionarlos.

Territorio complicado para Vox

Los de Vox se agarran a que todo ha sido por culpa de un "error informático" y que, de haber querido y en línea con otros antecedentes de la cámara regional, los populares podrían haber permitido que sus enmiendas al menos se debatieran. Se referían así a que en 2017 la Mesa aceptó que se debatieran las enmiendas de Izquierda Unida y Ciudadanos a los presupuestos de 2018 pese a que se presentaron fuera del plazo establecido.

Lo sucedido en Andalucía está muy presente en la derecha madrileña, no solo en el PP de Ayuso, que aspira a no necesitar a Vox después de las próximas elecciones, sino en la propia formación de Santiago Abascal. Fuentes de la dirección nacional se suman a la tesis de que un error informático impidió al grupo en la Asamblea registrar debidamente las enmiendas pero, al mismo tiempo, reconocen que el mensaje que envían a sus votantes "es muy malo" en un territorio que, además, es muy complicado para Vox: competir con Ayuso. De hecho, las mismas fuentes, a pesar de compartir el argumentario del partido madrileño, insisten en desviar la atención y responsabilidad de lo ocurrido a Monasterio.

Unos días antes de la votación de los presupuestos, sus señorías tendrán que decidir en la Asamblea qué hacen con la ley de economía circular, la ley ómnibus, la ley de farmacia, la de servicios sociales o la que afecta directamente a las VTC, y todas ellas parece que saldrán adelante sin problema. Cierto es que han sido previamente debatidas y negociadas en comisión, y que en la ley ómnibus, por ejemplo, el PP aceptó suprimir, a petición de Vox, que dos artículos de las leyes LGTBI de la región no sean de aplicación en la ley del suelo, de forma que, mientras no consiguen que el Gobierno autonómico derogue estas normas, solicitadas permanentemente por Rocío Monasterio, al menos, van diluyendo su impacto. Pero de momento, el balance de Vox en la región es que han apoyado con "generosidad" a Ayuso, según palabras de la propia Monasterio, tanto en su investidura como en cerca de 20 leyes que el Gobierno de la Comunidad ha querido sacar adelante esta legislatura y el retorno de todo ello no es especialmente visible.

Los errores, según el PP

En el PP, una vez que han alcanzado prácticamente sacar adelante todos sus proyectos de legislatura y que en los presupuestos no parece que deban temer nada puesto que Vox ya ha adelantado que su abstención permitirá que salgan adelante las cuentas, no dudan en sacar partido de la situación. "Todo es campaña" ya a estas alturas, según un responsable del PP, y desde la Asamblea de Madrid su portavoz, Pedro Muñoz Abrines, utilizó la información a su alcance para desacreditar la labor de Vox como partido serio y eficaz para lograr cualquier fin.

Así, informó primero de que "los servicios de la cámara no avalan" las alegaciones presentadas por Vox respecto a los problemas técnicos. Después, apuntó que de las 89 enmiendas presentadas por Vox, "38 no hubiesen sido admitidas porque incumplen el reglamento", otras 25 modifican partidas vinculadas a ingresos, algo que el reglamento tampoco permite, y las 26 enmiendas restantes que consideró "válidas", tampoco iban a suponer una gran transformación del proyecto, ya que, según explicó, apenas sumaban un gasto de 69,9 millones de euros. "Esa era la gran revolución de Vox", ironizó el dirigente popular. Además, procuró de alguna manera hacer de menos la labor de Vox, comparando sus poco más de 80 enmiendas con las 1.900 de Más Madrid, las 1.700 de Podemos o las 600 que registró el PSOE.