MONCLOA ENCADENA TROPIEZOS

El Gobierno rompe su discurso con la malversación y el 'sí es sí' y desaprovecha la crisis de Ayuso

Incomprensión en cargos del Ejecutivo y del partido por dar fuelle a la reforma de la malversación, tras el impacto de la sedición

No se entiende que estos debates se abran con el conflicto de la sanidad en Madrid abierto en canal, ni que Maroto se presentara el día después de la manifestación

Isabel Rodríguez y Nadia Calviño

Isabel Rodríguez y Nadia Calviño / A. Pérez Meca / Europa Press

Hay jugadores que cuando acumulan una buena racha se confían y piensan que siempre van a ganar. En el momento en que más seguros se sienten dejan de calibrar los riesgos y se produce el error. Desde el debate del estado de la nación, el Gobierno había logrado unas cuantas victorias, con las medidas anticrisis y su buena aceptación social y el liderazgo del debate energético en Europa. Tras una campaña sin tregua contra Alberto Núñez Feijóo, las encuestas empezaban a dar un respiro. Salvo el tropiezo de la discusión fiscal, que al principio el PP supo capitalizar, o las fricciones por la ley Trans, en general en Moncloa se mostraban satisfechos.

Esta sensación de mayor estabilidad, percibida incluso en los territorios, se ha evaporado en apenas unos días. La semana pasada ya había nervios en el Ejecutivo por la crisis de Melilla -la muerte en junio de al menos 23 inmigrantes en la valla- que ha colocado al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en una situación muy delicada. El jueves el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció una reforma de la sedición, que convulsionó la política española. Con las únicas críticas de Javier Lambán y Emiliano García-Page, el PSOE pasó rápidamente el trago.

Pero la exigencia de ERC de que se modifique también la malversación para favorecer a Oriol Junqueras y a altos cargos de procés ha acabado de embarrarlo todo. El Gobierno respondió con un mensaje posibilista, dando a entender que estudiarán la enmienda anunciada por los republicanos para tocar la malversación, ligándola a la sedición. Y el incendio, sólo por contemplarlo, es mayúsculo. La reflexión de algunos ministros de que no es lo mismo si hay enriquecimiento personal o no, que es un argumento que en el Ejecutivo llevan semanas utilizando para defender al expresidente andaluz, José Antonio Griñán, condenado por el caso de los ERE y que en apenas 10 días debe ingresar en prisión, ha acabado por tener un efecto bumerán.

"LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN"

La reforma del delito de malversación de caudales públicos obligaría a revisar centenares de sentencias de casos tan conocidos como los ERE, Gurtel y Noos. Y aunque ERC concretó este martes que sería algo sólo "quirúrgico", vinculado a la sedición, este tema ha supuesto un huracán político extremo para el Gobierno. Tan intenso que la portavoz, Isabel Rodríguez, se vio obligada este martes a destacar el compromiso "conocido" del Ejecutivo en la lucha contra la corrupción y en favor de la "ejemplaridad en la vida pública".

Esta modificación ni la comparte Unidas Podemos ni socios del mismo espectro ideológico como Compromís. Y menos aún se ha entendido en el PSOE. "La sedición pone como una moto y moviliza al electorado de derechas y la malversación cabrea a la izquierda", aseguran fuentes del partido.

El Gobierno ha roto así su discurso contra la corrupción, ha visto diluirse su defensa de los derechos humanos tras la muerte de al menos 23 inmigrantes en la valla de Melilla el pasado 24 de junio, una tragedia con la que inicialmente se mostró muy frío, y ha perdido la bandera de la defensa de las mujeres tras las primeras rebajas de penas a delincuentes sexuales que se han producido por la entrada en vigor de la llamada ley del 'sí es sí'.

Una consecuencia de la que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) había avisado aunque no fue atendido y que genera ahora un problema político y jurídico de primera magnitud. El Ministerio de Igualdad de Irene Montero mantiene que "el problema no es la ley" pero los socialistas ya apuntan que es necesario estudiarlo.

"TAPANDO LO DE AYUSO"

Todo esto se ha producido en un mal momento para el PP, después de que el domingo hubiera una multitudinaria manifestación contra Isabel Díaz Ayuso por el estado de la sanidad en Madrid, que el Gobierno no ha querido o no ha sabido aprovechar. En los días previos, con el conflicto por las urgencias extrahospitalarias abierto en canal, Sánchez se descolgó en una entrevista en La Sexta con la reforma de la sedición. Y el mismo día de la protesta que llenó las calles de la capital y el siguiente desde el Ejecutivo se dio fuelle a la malversación, extendiendo la idea de que se "estudiará". "Nadie entiende nada", señalan en el PSOE.

Los errores, al menos así se perciben entre altos cargos del Gobierno y el propio partido, continuaron este lunes. No sólo por la atención a las peticiones de ERC. En la resaca de la manifestación contra Ayuso, se decidió que la ministra de Industria, Reyes Maroto, hiciera pública su candidatura a la Alcaldía de la capital, en un sombrío acto con el sector. La incomprensión interna es absoluta. Sobre por qué no se frenó el debate de la sedición para cerrar antes el acuerdo con el PP para la renovación del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional. Ni el motivo de alentar ahora el cambio en la malversación. Ni la presentación de Maroto "tapando todo lo de Ayuso", aunque la razón podría ser que encadenaba un par de viajes. Resulta "incomprensible", insisten. Un asombro que es muy transversal y que comparten fuentes del Ejecutivo y del PSOE.

Ahora falta por comprobar cómo el presidente reconduce la situación. Sánchez es uno de los jugadores con más afición al riesgo en política. Esta semana está en Bali (Indonesia), en la cumbre del G-20, pero este miércoles tiene una comparecencia de prensa allí. A él corresponderá poner el broche final al debate de la malversación, aclarar qué va a pasar con la ley del 'sí es sí' y, como en las últimas tres semanas, volver a arropar a Marlaska.