RECONFIGURACIÓN DE LA IZQUIERDA

Irene Montero y Yolanda Díaz, enfrentadas por la 'feminización' de la política

La vicepresidenta aboga por la capacidad de la mujer de impulsar una 'manera distinta' de hacer política, mientras la titular de Igualdad critica esta posición

Irene Montero, Yolanda Díaz y Ione Belarra.

Irene Montero, Yolanda Díaz y Ione Belarra.

La brecha entre Podemos y Yolanda Díaz se agranda a pasos agigantados. A las críticas del partido en cuanto a la estrategia política de la vicepresidenta se unen también las profundas diferencias en materias especialmente sensibles en la izquierda, como es la igualdad y el papel que ejerce la mujer en la política. Un asunto sobre el que se ha pronunciado Irene Montero, que ha sorprendido con una visión diametralmente opuesta a la de Díaz al considerar que abogar por la 'feminización' de la política para evitar conflictos supone asumir las tesis del "poder heteropariarcal". Se han exhibido, en definitiva, dos formas distintas de entender el rol femenino en el ejercicio de poder. Esta diferencia, que a priori podría considerarse meramente formal, alberga, sin embargo, dos maneras irreconciliables de entender la política.

La máxima representante de Podemos junto a Ione Belarra -ahora de baja por maternidad- ha tratado de marcar distancias con Díaz en su nuevo perfil candidatable en caso de que se consume la ruptura. Montero preparó el terreno la semana pasada en el marco de la Universidad de Otoño de Podemos, y lo hizo criticando la idea de que la mujer hace política de manera más conciliadora, un ataque en toda regla a los planteamientos defendidos públicamente por Yolanda Díaz. Estas palabras llegaban unas pocas horas antes de que Pablo Iglesias descargara una retahíla de reproches sobre la vicepresidenta.

Este domingo se cumple un año desde el acto de Valencia donde Yolanda Díaz dio el pistoletazo de salida a su proyecto propio, tal como avanzó este medio. Lo hizo uniendo a mujeres políticas de distintos partidos -Ada Colau, Mónica García o Mónica Oltra-, bajo el título de Otras Políticas. Este encuentro de mujeres supuso toda una declaración de intenciones sobre la concepción del papel femenino en la res pública. Las protagonistas, entre las que no estuvieron Montero ni Belarra, reivindicaron "otra manera de hacer las cosas" frente a la política del enfrentamiento.

"A nosotras nos une que nos queremos. Y frente a los del ruido y el odio las mejores herramientas son los afectos y la esperanza", expuso la vicepresidenta en el Teatro Olympia de Valencia.  “La política tiene que ser negociación y acuerdo. Hay que dar más espacio al diálogo y no a los gritos”, coincidía la portavoz de Más Madrid Mónica García. “Queremos bajar de esa política ruidosa y que el feminismo venga a solucionarlo”, resumió. "Otra política es posible y vamos a ello", defendió la alcaldesa de Barcelona, que abogó por la "política bonita".

"Es mentira que ejerzamos el poder de manera distinta"

Cuando se cumple un año de aquel acto, que marcó un punto de inflexión en la relación de Yolanda Díaz y Podemos, ha sido Irene Montero quien ha lanzado una enmienda a la totalidad a los planteamientos de la dirigente gallega. La ministra de Igualdad no ha dudado en cuestionar la llamada “feminización” de la política defendida por Díaz, y lejos de la huida del enfrentamiento que propugna la vicepresidenta, la titular de Igualdad defiende que “ejercer el poder implica conflicto”, y que la huida del conflicto supone asumir las tesis de la “masculinidad hegemónica”.

Irene Montero aprovechó unas jornadas sobre feminismo para lanzar “una reflexión sobre cómo ejercemos las mujeres el poder”, rechazando el hecho de que sea posible hacer política "de una manera distinta" y enmendando así la plana a Colau, García y Díaz. “Muchas veces nos dicen ‘las mujeres ejercemos el poder de una manera distinta', 'en un mundo sin mujeres no habría guerras’... Porque las mujeres son de consenso, buenas palabras, sonreímos y hablamos bajito porque si gritáramos seríamos histéricas, y básicamente ejercemos el poder sin ejercerlo... Nos sentamos, cruzamos bien las piernas, somos muy agradables...”, ironizaba Montero. "Pues no. Eso no ocurre", zanjaba. "Las mujeres no tenemos una esencia que nos hace ejercer el poder diferente a los hombres”. 

En este sentido, la dirigente ha defendido la necesidad del conflicto a la hora de hacer política: “Nosotras sabemos que ejercer el poder implica conflicto con quienes no quieren que ejerzamos el poder. No se puede ejercer el poder sin conflicto, sin confrontar". "Nos podrá gustar más o menos, pero es mentira cuando nos cuentan que las mujeres cuando llegamos al poder lo hacemos de una manera distinta, más sonriente, más bonita. En realidad lo que nos están queriendo decir es ‘ponte ahí para figurar, no ejerzas realmente el poder, no te metas en los temas que son de hombres’, te dejamos ser diputada, incluso ser ministra, pero con sonrisa", argumentaba la ministra de Igualdad. "De una mujer no queda bien confrontar o plantear una idea que genere debate".

"Es mentira cuando nos cuentan que las mujeres cuando llegamos al poder lo hacemos de una manera distinta, más sonriente, más bonita. En realidad lo que nos están queriendo decir es ‘ponte ahí para figurar". Irene Montero

"En realidad cuando nos dicen 'las mujeres ejercéis el poder de otra manera, más dulce, más bonita, más simpática, nos están queriendo expulsar del ejercicio del poder incluso cuando ya estamos ejerciéndolo y señalarnos desde el privilegio cuáles son las formas legítimas en las que una mujer puede estar en política y cuáles son las formas en las que una mujer nunca debe atreverse a hacer política. Y eso es también una forma de violencia política. ‘Es una histérica, siempre grita, es muy dura en las formas’… Todas esas definiciones nos dicen que incluso cuando las mujeres ejercemos el poder lo tenemos que ejercer en la forma en que nos digan ellos”.

Después de la diatriba que Montero dedicó, sin citarla, a Yolanda Díaz, ésta contestó varios días después en un acto de Sumar en Pamplona, donde insistió de nuevo en la feminización de la política. "Sumar se reivindica como una manera diferente de hacer política. Una manera de hacer política que cuida, no confronta, no está todo el día peleándose, que busca dialogar, que tiende la mano", aseguró, en una referencia velada a la ofensiva iniciada días atrás por Iglesias y Podemos. Una reivindicación sin matices de Díaz, que quiso destacar y diferenciar el rol femenino en política, rechazando de plano las tesis de la titular de Igualdad. "Las mujeres queremos hacer un país mejor sin confrontar, haciéndonos mejores. El feminismo va de esto".