CRISIS INTERNA EN CIUDADANOS

La refundación de Ciudadanos tendrá que lidiar con las fuertes críticas internas

La plataforma Somos Ciudadanos pide la dimisión de Arrimadas y reprocha al partido que no atienda las demandas de las bases

Inés Arrimadas, durante su reciente visita a Lugo.

Inés Arrimadas, durante su reciente visita a Lugo. / Europa Press

EFE

Ciudadanos

ha querido poner patas arriba el partido para intentar sobrevivir en las elecciones de 2023 con un proceso de refundación que, según algunos sectores críticos, ha elaborado unas conclusiones "que son cien por cien igual al programa electoral de 2019", con el que

Albert Rivera

se presentó.

"Para este viaje no eran necesarias estas alforjas", censura en una entrevista con EFE Sergio García, portavoz de la plataforma Somos Ciudadanos que en verano pidió la dimisión de Inés Arrimadas

y la convocatoria de una Asamblea extraordinaria, un cónclave que la dirección ha propuesto celebrar a mediados del próximo enero y que se convocará formalmente en dos o tres semanas.

Cuestiones como la legalización de la prostitución, suprimir los aforamientos, centralizar la educación y la sanidad, bajar los impuestos, la defensa de los autónomos y pymes o reducir el tamaño de la administración constituían ya la armadura del programa electoral de 2019 -recuerda el portavoz- con el que Rivera casi supera al PP en las elecciones de abril de ese año. También es el mismo proyecto con el que se hundió en la repetición de los comicios de noviembre.

Y, sin embargo, los críticos reprochan al equipo de refundación que ha elaborado este programa cuasi electoral que no atiendan las demandas de las bases a ser escuchados, que piden descentralizar el partido para que las autonomías tengan independencia en las decisiones que les afectan, como la elección de los portavoces autonómicos.

Según el diputado naranja, la militancia se va porque no se les tiene en cuenta y afirma que si aún quedan 6.000 afiliados en Ciudadanos ya es bastante.

Una cifra que es la mitad de la que reconoce la dirección de la formación liberal, que llegó a superar los 30.000 en la 'época dorada', antes de la hecatombe de 2019 y de los posteriores desastres políticos (Murcia) y electorales en Madrid, Castilla y León y Andalucía.

A la Asamblea de enero, Cs llegará con el presidente del partido nombrado puesto que se elegirá previamente en unas primarias, a las que Arrimadas todavía no ha desvelado si encabezará o no una candidatura. Tampoco se lo han planteado en Somos Ciudadanos, y desde luego ni él ni los que están en este mismo barco lo harán, subraya el portavoz.

El objetivo de esta plataforma, dice, no era presentar una candidatura nacional sino forzar un congreso para que saliera la dirección actual y reflotar el partido dando peso a los afiliados, según explica García al puntualizar que eso no quita para que él se pueda incorporar a los órganos del partido si hay una alternativa que le seduzca.

Tienen también claro que quieren a Arrimadas fuera y creen que si ésta no repite, el partido no debe caer en la tentación de los "hiperliderazgos" ni en pensar más "en los nombres que en un proyecto que piense más en la militancia".

Ahora bien, explica el portavoz, si caras más visibles del partido como Edmundo Bal, Begoña Villacís o José Ramón Bauzá apuestan por la participación de la militancia y la descentralización "serían más que bienvenidos" y tendrían el apoyo de Somos Ciudadanos.

Otros debates que se han abierto durante este proceso de refundación que culminará en diciembre, entre ellos el cambio de marca como revulsivo a unas siglas quemadas, le parecen estériles porque lo verdaderamente importante es decidir los nuevos Estatutos del partido.

Lo primero que hay que cambiar es el formato "para convencer primero a los parroquianos y luego poder dirigirnos al ciudadano de a pie", opina Sergio García al recordar que Ciudadanos está al borde de la desaparición electoral.

En el último

CIS

publicado este mes, la formación naranja cosecha un 2,7 % en intención de voto, pierde una décima con respecto al sondeo de septiembre, y Arrimadas se sitúa en la cola de los líderes peor valorados al superar solo al presidente de Vox, Santiago Abascal.