MEMORIA DEMOCRÁTICA

El alcalde de Sevilla calma la polémica y asegura que la Macarena exhumará a Queipo

El regidor hispalense se muestra convencido de que el general golpista será exhumado y se cumplirá la ley de memoria democrática pero evita la confrontación con la Iglesia

Tumba Queipo

Tumba Queipo / María José López /EPC

Sevilla

El alcalde de Sevilla, el socialista Antonio Muñoz, ha optado por bajar el ruido alrededor de la exhumación del general golpista Queipo de Llano de la Basílica de la Macarena. El regidor ha cerrado filas con la Hermandad y con su máximo responsable, convencido de que cumplirán la ley de memoria democrática. Sus valoraciones llegan un día después de que el Gobierno, a través del Secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, haya enviado una carta a la Hermandad pidiendo que los restos sean retirados “a la mayor brevedad” de la Basílica, donde permanecen en un lugar público.

“Al asunto Queipo de Llano hay que ponerle punto y final. Existe una normativa, una ley, existe una comunicación a la Hermandad, me consta por mis conversaciones con el Hermano Mayor que van a cumplir la ley, como no puede ser de otra manera, y hay que cerrar ya este paréntesis de la salida de Queipo de Llano. Punto y final”, aseguró el alcalde. Muñoz ha hablado sobre este asunto con el máximo responsable de la Hermandad, José Antonio Fernández Cabrero, que públicamente ha mantenido en todo momento que cumplirán la ley y que esperaban instrucciones del Gobierno de la nación.

En un comunicado oficial, la Hermandad de la Macarena confirma que ha respondido con otra carta al Ministerio de Presidencia y que "en su afán de cumplir escrupulosamente la ley, ya había realizado algunas acciones para tal fin, que serán completadas a partir de ahora". "La Hermandad trabaja ya en la ejecución" de la ley, es decir en la exhumación de Queipo y de Francisco Bohórquez, otro "auditor de guerra y responsable de la aplicación de sentencias", también enterrado en la Basílica y sobre el que previene el Secretario de Estado de Memoria Democrática.

La Hermandad no quiere alargar tampoco esta polémica y confía en que la salida de Queipo de su Basílica no se convierta en un espectáculo televisado como ocurrió con la exhumación del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos. El plan que ha barajado la Hermandad hasta la fecha, siempre que la familia estuviera de acuerdo y sus nietos no reclamaran los restos de Queipo de Llano, es que pase a estar enterrado tanto él como su viuda, Genoneva Marti, en el columbario, un enterramiento privado bajo la Virgen de la Esperanza que es cerrado al público y se estrenó en el año 2000 para dar cobijo a unos 3.000 nichos.

El Gobierno ha requerido a la Hermandad, una vez que entró en vigor la ley de memoria democrática el pasado viernes, que se proceda “a la mayor brevedad” con el traslado de los restos y confían "en la buena disposición" de la Hermandad "para facilitar al máximo" los trámites. El hermano mayor de esta asociación católica que congrega a 17.000 fieles ha asegurado que solo estaban esperando instrucciones para proceder en un asunto que, admiten, divide a los hermanos. La carta del Gobierno ha llegado este lunes y no da plazos.

La flamante Ley de Memoria Democrática recoge en su artículo 38.3: “Los restos mortales de dirigentes del golpe militar de 1936 no podrán ser ni permanecer inhumados en un lugar preeminente de acceso público, distinto a un cementerio, que pueda favorecer la realización de actos públicos de exaltación, enaltecimiento o conmemoración de las violaciones de derechos humanos cometidas durante la Guerra o la Dictadura. Corresponderá a las administraciones públicas garantizar lo dispuesto en este apartado”. Asimismo en su articulo 35.5 señala que “cuando los elementos contrarios a la memoria democrática estén ubicados en edificios de carácter privado o religioso pero con proyección a un espacio o uso público, las personas o instituciones responsables titulares o propietarias de los mismos deberán retirarlos o eliminarlos”.

La ley andaluza de memoria democrática, aprobada en 2017 sin votos en contra, también apuntaba que “cuando los elementos contrarios a la memoria democrática estén colocados en edificios privados con proyección o uso a un espacio público, las personas propietarias de los mismos deberán retirarlos o eliminarlos”. Sin embargo, la Junta de Andalucía, tanto con el PSOE como con el PP, se amparó en un informe jurídico que decía que las tumbas habían sido desprovistas de todos los símbolos franquistas, por decisión de la Hermandad, en 2009.

Ni los ayuntamientos de signo socialista ni el Gobierno andaluz cuando mandaba el PSOE han querido avivar este asunto ni presionar por una exhumación que genera polémica en la ciudad. El propio alcalde se ha apresurado a cerrar filas con la Hermandad y asegurar el cumplimiento de la ley. El PSOE admite en Sevilla que azuzar esta división no ayuda en periodo electoral y con municipales el próximo mayo. Nadie duda de que hay que cumplir la ley pero sí de que se haga polarizando o tratando de sacar rédito político, avisan. “Sería un error”, asumen fuentes socialistas lejos de Madrid.

La Basílica de la Macarena es uno de los lugares más visitados en Sevilla, el tercero tras el Alcázar y la Catedral, según la propia Hermandad, que cuantifica entre 800.000 y un millón de visitantes al año. Ante uno de los altares de la Basílica, están las tumbas de Gonzalo Queipo de Llano y su esposa, Genoveva Marti. El aspecto de las lápidas ha mutado en los últimos años, conforme se avanzaba en la conciencia de la memoria histórica. Se retiraron las fechas del golpe militar y los cargos militares para evitar cualquier exaltación del golpe franquista.