CATALUÑA

Jordi Turull llama al cierre de filas en Junts para construir la alternativa a la "resignación" de ERC

Insufla moral a sus dirigentes tras la salida del Govern para afrontar "sin hipotecas" unas elecciones catalanas que sitúa en cuestión de meses

El secretario general de JxCAT, Jordi Turull.

El secretario general de JxCAT, Jordi Turull. / EFE/ Quique García

Sara González

Las elecciones catalanas serán en cuestión de meses. Este es el pronóstico que hace el secretario general de Junts, Jordi Turull, que ha llamado este sábado a un cierre de filas de sus dirigentes para que entiendan el paso por la oposición no desde la pérdida sino desde la oportunidad para actuar "sin hipotecas" y ganarse por la vía de los hechos la "credibilidad" dentro del independentismo. Una etapa fuera de la Generalitat que desean que sea un corto y fructífero paréntesis, una aspiración, junto a la de situar el nuevo envite en las urnas en un horizonte no muy lejano, que no deja de ser una estrategia interna para insuflar moral y compactar el partido para ser la alternativa a un Govern, el de ERC en solitario, al que atribuyen "resignación" y el abandono del objetivo de la independencia.

El objetivo del Consell Nacional, que se ha reunido en Vic por primera vez desde la ruptura con los republicanos, ha sido demostrar que se ha alejado el fantasma de la división o las deserciones, cuestión en la que ha hecho también hincapié una Laura Borràs que a puerta cerrada ha sacado pecho de la decisión de abandonar el Govern pero al mismo tiempo ha apelado a recoser. Lo que ha venido a transmitir Turull, especialmente a los dirigentes que han vivido con desasosiego la salida del Executiu, es que toca apretar los puños y huir del "catastrofismo" para que esta no sea una larga travesía por el desierto. Toca llenar de contenido ese "y ahora qué" que buena parte de sus cuadros se preguntan ante un año en que, como mínimo, habrá elecciones municipales y generales habiendo perdido la principal atalaya institucional.

Para ello, ha advertido, no se puede ser el "pitufo gruñón" de la oposición, actitud más propia de quien tiene lejos llegar al poder, porque Junts tiene "vocación de ser partido de gobierno" . Una manera de apuntar que, más allá de hacer morder el polvo a ERC en el Parlament como han hecho esta semana para que la soledad del 'president' Pere Aragonès sea pública y notoria, tocará encontrar el equilibrio en un rol de oposición que combine firmeza con responsabilidad. "Solvencia e independencia" es su nuevo lema. "Más allá de este pleno, habrá medidas en las que, si tienen impacto sobre los ciudadanos, tendremos que valorar la aprobación", reconocen fuentes internas, que admiten que tendrán que contemporizar en algunos momentos.

Eso no quiere decir que no se mantenga la contundencia verbal y el pulso contra sus ya exsocios, de quienes han dicho que son más "administradores" de un territorio que está viendo "empequeñecido" su autogobierno que no mandatarios de una nación. De hecho, el repertorio contra los republicanos ha ido desde acusarlos de estar supeditados a la estabilidad Pedro Sánchez y "boicotear" movilizaciones independentistas a haber renunciado al estado propio y "blanquear" a los que "reprimen".

Junts se ha erigido en justamente la "antítesis" de todo esto desde la coherencia que sitúan en el balance de ganancias frente a la pérdida de efectivos para proyectar su proyecto que ha reconocido el mismo Turull. Porque ahora, ha insistido, sus dirigentes pueden mirar a los ojos de los votantes siendo "ellos mismos" y "sin servidumbres". Y no solo para la estrategia de confrontación en el eje nacional, si no también para defender la "moderación" de la presión fiscal o la estimulación de la colaboración público-privada. Es decir, para apuntalar aspectos ideológicos que habían quedado difuminados en el espacio.

500 nuevas altas

"¿Qué se pensaban, que por cuatro despachos y cuatro coches oficiales renunciaríamos al espíritu y el alma de Junts?", ha espetado el secretario general apelando al orgullo más que al sentimiento de pérdida del 42% que expresó que quería mantenerse en el Govern. Para convencer de que se ha tomado la decisión acertada, Borràs ha revelado durante la reunión que tras la consulta se han producido 500 nuevas altas frente a 47 bajas en la formación, que da por hecho que contará con la mayoría de alcaldes del PDECat para las municipales.

En todo caso, el Consell Nacional se ha diseñado para hacer catarsis, desahogarse -ha habido medio centenar de dirigentes que han intervenido para manifestar su opinión- y asumir por parte de todos una nueva etapa sin vencedores y vencidos. Pero la herida interna existe y habrá que ver si se reabre o no en función de los resultados electorales que vendrán. Mientras tanto, se irán poniendo paños calientes. Como muestra, el reconocimiento a los ya 'exconsellers' y a los altos cargos que también ha arrastrado la ruptura y los numerosos aplausos, muchos, sintomáticos de que la aclamada coherencia quizá no acaba de compensar a todo el mundo.