CARA A CARA CON FEIJÓO EN EL SENADO

Sánchez aprieta a las grandes empresas y a bancos: "Tienen el deber moral" de ayudar contra la crisis

El presidente pide al líder del PP aparcar de la sesión del Senado la polémica sobre el poder judicial para allanar su renovación

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), a su llegada al pleno del Senado.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), a su llegada al pleno del Senado. / EFE/ Fernando Alvarado

Ángel Alonso Giménez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha recordado este martes en el Senado que tiene una hoja de ruta muy clara para amortiguar los efectos de la crisis económica y social que está provocando la guerra de Ucrania, y después, para salir de ella. Y en esa hoja de ruta los bancos y las grandes empresas jugarán un papel protagonista. "Tienen el deber moral ahora de devolver la solidaridad que recibieron durante la pandemia", ha proclamado.

Es la segunda vez en dos meses que el líder del PSOE acude al Senado para explicar sus medidas anticrisis, y de paso, para disputar con Alberto Núñez Feijóo los modelos político y económico. A Sánchez le interesa tener la iniciativa en un contexto en el que el PP, demoscópicamente, estaría mejor. El Centro de Investigaciones Sociológicas, a tenor del último barómetro conocido este lunes, víspera de la sesión en la Cámara Alta, no lo comparte.

Para el presidente del Gobierno, esa particular pelea entre ejecutivos de las comunidades autónomas por bajar impuestos es una "disputa fiscal indiscriminada a la baja" que "no es razonable", por cuanto provocará un debilitamiento del Estado de Bienestar. Sánchez no ha tenido que irse muy lejos para encontrar el contexto en el que hubo que reforzar la sanidad o la educación: la pandemia. Esas "lecciones" no las olvidará nunca.

La manera de proteger y fortalecer el Estado de Bienestar pasa por "la corresponsabilidad fiscal", lo que, según los márgenes de beneficios que están logrando las más importantes empresas del país y las entidades financieras, pasa por gravar esas ganancias. En eso está el presidente, de ahí los gravámenes para ambos sectores y el impuesto a las grandes rentas, el "impuesto de solidaridad", como lo viene llamando estos días.

En varios momentos de la intervención, ha destacado que gobierna para "la mayoría social", a diferencia de quienes piensan en el 2% de la población más adinerada, y ha reiterado sin descanso que no dejará de adoptar cuantas medidas sean necesarias para endurecer la protección social. A su juicio, "la buena noticia" es la llegada de los fondos europeos, una fuente ingente de ingresos que, como ha recordado, ayudará a la modernización del país y a "tener un Estado de Bienestar vigoroso".

En la tarea podrá cometer "errores", lo ha reconocido Sánchez, pues al igual que ante la pandemia, no dispone de "manual de instrucciones" ante la guerra de Ucrania. "Pero nunca nos daremos por vencidos", ha subrayado acto seguido, y ha sido entonces cuando ha elogiado las gestiones de sus tres vicepresidentas: Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera. "Un gran equipo", ha dicho.

"Máxima determinación"

El presidente no ha anunciado nuevas medidas durante su alocución de casi una hora. Sí ha sacado pecho de la gestión hecha. Gestión que, como con la pandemia, se ha caracterizado por el "compromiso social". Fruto de ello es su apuesta por "un reparto equitativo de las cargas de la crisis", de manera que "a diferencia de otras ocasiones -alusión a la anterior crisis financiera- las clases medias trabajadoras no paguen los efectos".

Clave en la apuesta, y en la firmeza para llevarla a cabo, es el cambio obrado en "la ortodoxia europea", que ha abandonado las recetas neoliberales y los recortes para dar prioridad al papel del Estado como garante del Estado de Bienestar. En definitiva, "proteger a su gente". Ha citado a la presidenta de la Comisión Europea, lo que es ya una constante en las intervenciones de Sánchez, y entonces ha abogado por "más justicia fiscal para más justicia social". Aquí ha enmarcado ese impuesto a las empresas y a los bancos y el impuesto a las grandes rentas. Estas medidas, junto con todas las demás, las adoptará e impulsará el presidente con "la máxima determinación".

Nadia Calviño.

Nadia Calviño. / epe

Blindar el CGPJ

Al líder del PP no le ha atacado mucho. Eso lo ha dejado para la segunda intervención, y ha abundado en la ironía, salvo en un comentario sobre el Consejo General del Poder Judicial, cuya renovación están negociando socialistas y populares. "Parece que podemos llegar a un acuerdo en el Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Constitucional, y por el bien del acuerdo creo que es importante que lo dejemos a un lado", han sido sus palabras.

Pero en la primera exposición, acaso, críticas disimuladas. Sánchez le ha reprochado que esté en "la ambigüedad calculada" en ese debate sobre la aplicación de doctrinas liberales o socialdemócratas cuando, a su entender, "siempre será partidario de podar el Estado de Bienestar".

El presidente del Gobierno, por tanto, ha optado por una defensa cerrada de su gestión. Ha enumerado las propuestas más granadas de los "nueve paquetes de medidas" aprobados desde que comenzó la guerra. Son decretos, convalidados todos en el Congreso menos el último, que ha salido este martes del Consejo de Ministros y que la Cámara Baja debatirá la semana que viene.