CRISIS POLÍTICA EN CATALUÑA

Atrapados en la contradicción: ni Govern catalán en minoría ni alternativa de la oposición

Los partidos señalan que Pere Aragonès está solo para continuar la legislatura pero, al mismo tiempo, no piden elecciones ni plantean una moción de censura o están dispuestos a negociar los presupuestos

Pere Aragonès, Salvador Illa y Albert Batet, en el hemiciclo del Parlament.

Pere Aragonès, Salvador Illa y Albert Batet, en el hemiciclo del Parlament. / FERRAN NADEU

Sara González

Un Govern que "nace muerto", que "no tiene legitimidad", una legislatura "agotada" o "falta de liderazgo" en la Generalitat. Son muestras del largo repertorio de descalificativos por parte de la oposición que acumula el 'president' Pere Aragonès, dispuesto a continuar con su mandato a pesar de no tener en estos momentos ningún aliado consolidado. Sin embargo, por mucho que sus rivales pongan el grito en el cielo, ni hay una petición mayoritaria de elecciones ni nadie está dispuesto a enrolarse en la aventura de presentar una moción de censura que se dé de bruces con la realidad: no hay una mayoría gubernamental estable, pero tampoco una alternativa viable. Con este escenario de todos contra todos sin que la sangre llegue al río, las contradicciones se imponen en el argumentario de los principales partidos.

ERC: Govern "del 80%" con 33 diputados

Pere Aragonès presume de haber confeccionado un Govern que representa los consensos "del 80%" de los catalanes, con la incorporación de exmiembros de partidos como el PSC, la extinta Convergència y Podem. Pero esos guiños o golpes de efecto ante sus rivales políticos no le resuelven que en el Parlament tiene 33 diputados y que gobierna en minoría habiendo quedado en segunda posición en las elecciones. A pesar de esta debilidad aritmética, el 'president' ha dejado claro que está dispuesto a continuar la legislatura y que, por lo tanto, no convocará elecciones.

Tampoco considera que deba someterse a una cuestión de confianza, como le piden Junts o la CUP, para ahorrarse una foto que haría más hincapié en su soledad, pero al mismo tiempo ERC sostiene que puede gobernar sin nadie más. Su estrategia pasa por tirar de geometría variable, una apuesta que queda limitada con su rechazo -al menos inicialmente- a pactar grandes leyes como los presupuestos con el PSC y el hecho de que Junts le haya dejado claro que no dará tregua desde la oposición. Incluso en el caso de tener que prorrogar finalmente las cuentas, Aragonès está dispuesto a seguir con su exigua minoría.

PSC: ser azote desde la estabilidad

Salvador Illa encuestas le sonríen "estabilidad"no piensa "rescatar" a Aragonèsdar cuerda a la legislaturaalargar la presidencia moción de censura

Los socialistas son conscientes que la estabilidad catalana tiene vasos comunicantes con la estatal y que Pedro Sánchez necesita los votos de ERC para aprobar los presupuestos. De ahí sus equilibrios y el margen de actuación limitado del líder del PSC para ser azote del Govern y, al mismo tiempo, tenderle la mano sin fecha de caducidad. Y es que si saltara por los aires la legislatura en Catalunya y se impone un escenario electoral, nadie puede asegurar que esa onda expansiva no impacte también en la Moncloa.

Junts: exigencias sin poder

cuestión de confianza o elecciones. Es la dicotomía en la que sitúa Junts a Aragonès, con el gran inconveniente que ni una cosa ni la otra está en sus manos, sino que forman parte de las prerrogativas del 'president'. Lo único que dependería de ellos es la presentación de una moción de censura, pero para ello hace falta dos ingredientes que en estos momentos no tienen los posconvergentes: alianzas y un candidato. Jordi Turull está inhabilitado y Laura Borràs está suspendida del cargo de presidenta del Parlament, situación con la que también tendrían que lidiar si se precipitaran unas elecciones.

Lo que sí que depende de Junts es el grado de beligerancia contra el Govern y la capacidad para someterlo a un vía crucis parlamentario que ya empezó a entreverse en la junta de portavoces del pasado martes. Eso sí, a costa, en ocasiones, de rechazar propuestas que ellos mismos han promovido participando hasta ahora del Executiu, como por ejemplo los presupuestos elaborados por el 'exconseller' Jaume Giró. Tampoco será sencillo compaginar el bloqueo a ERC con el discurso de reivindicarse como partido responsable y de gobernabilidad.

CUP: negociar con "los ex"

legislatura está "agotada"no da más de síir a elecciones no cambiaría "programa de mínimos"

Los anticapitalistas han bautizado irónicamente el nuevo gabinete de Aragonès como el "Govern de los ex" por incluir dirigentes que provienen de otras formaciones políticas que ya abandonaron. Pero a pesar de ese menosprecio, están dispuestos -eso sí, con pocas expectativas- a sentarse en la mesa si son llamados a negociar los presupuestos. Mantienen que el 'president' debe someterse a una cuestión de confianza, pero tampoco lo ponen como condición 'sine qua non' para hablar de las cuentas.

'Comuns': oxígeno a un Govern "muerto"

La líder de los 'comuns' en el Parlament, Jéssica Albiach, esperaba más de Pere Aragonès tras la ruptura con Junts, pero la oferta para tejer una alianza estable no llegó. La dirigente no dudó en sentenciar que el Govern remodelado nacía "muerto", pero a pesar de ello quiere mantenerlo vivo ejerciendo un rol clave para aprobar los presupuestos. Como Salvador Illa, con un ojo puesto en la Moncloa y el otro en al Ayuntamiento de Barcelona, pide estabilidad y no menciona ni elecciones ni cuestión de confianza ni moción de censura.

Como el resto de la oposición, los 'comuns' exigen al 'president' que explique qué quiere hacer a partir de ahora y con quién si en estos momentos están solos. Se han pasado un año y medio reclamando a ERC que se emancipe de Junts y, ahora que lo ha hecho, le afean que con esa minoría no va a ir a ningún lado. Y es que el grupo de Albiach proyectaba que, ante la necesidad aritmética, los republicanos contarían más con su grupo, que incluso se preparaba para debatir una eventual participación en el Govern.