DEBATE EN EL CONGRESO

Sánchez agita el Parlamento: más protagonismo, más relato y ni un milímetro al PP de Feijóo

El presidente venderá gestión este jueves en el Congreso, en un nuevo debate que él mismo ha propiciado

Su objetivo es imponer un relato de compromiso, cercanía, protección social y salida justa de la crisis

Las Cortes Generales serán un escenario más de este despliegue argumental

La oposición, de izquierda a derecha, ve una intención electoral y electoralista

Pedro Sánchez antes del inicio de la sesión de control al Gobierno esta mañana.

Pedro Sánchez antes del inicio de la sesión de control al Gobierno esta mañana. / DAVID CASTRO

Ángel Alonso Giménez

El presidente, Pedro Sánchez, va a efectuar este jueves la quinta comparecencia en una sesión del pleno del Congreso desde que empezó el año, la sexta si se incluye el debate sobre el estado de la nación. No en todos los casos acudió porque quiso. En tres ocasiones se vio obligado o condicionado por la posición de los grupos parlamentarios. Cuando algo así sucede, es porque la firmeza parlamentaria del Gobierno se reblandece con facilidad, por muchas leyes que apruebe o votaciones que gane. El presidente, a un año de las elecciones, metido de lleno en el último y decisivo set de la legislatura, no se puede permitir rendijas, grietas o, sencillamente, derrotas.

Sánchez tiene que coger la batuta y marcar el ritmo y los tiempos. Nada le gusta tanto, así que al menos el estado de ánimo juega a su favor. Lo está haciendo ya. Desde el batacazo del PSOE en las elecciones andaluzas, en junio, no ha parado. Primero, cambió las estructuras del partido y exigió trabajo y dedicación a destajo. Después, se propuso dar la vuelta a la narrativa política-social, que cree que el PP, junto a Vox, maneja con soltura porque es un discurso destructivo y eminentemente emocional. 

A pesar de la dureza económica de los tiempos (la inflación desbocada), urge imponer un relato de compromiso y cercanía, y luego de legislación a mansalva. La guerra de Ucrania ha motivado ya cuatro decretos leyes: el 6/2022 del 29 de marzo; el 9/2022 del 26 de abril, el 11/2022 del 25 de junio y el 14/2022 del 1 de agosto. Están plagados de medidas del llamado “escudo social”, como el descuento de 20 céntimos por litro en el combustible, la limitación a la subida de los alquileres o la ampliación de las ayudas para becas. 

Todo esto, y más, es lo que Sánchez va a exponer en el Congreso. Es una comparecencia que ha pedido él mismo. Será la primera de un paquete de dos, porque la siguiente se celebrará en el Senado el 18 de octubre. Volverá el duelo cara a cara con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, tras el que mantuvieron el 6 de septiembre. Sobre dos premisas pivotará la intervención de Sánchez, según recalcan a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA fuentes socialistas. Dos premisas que no son nuevas, no obstante.

Una: él gestiona para la mayoría social y para una salida justa de la crisis, mientras que Feijóo representa a la “minoría pudiente” del país y garantiza soluciones injustas y desiguales. Dos: Sánchez es un mandatario arropado por la UE, e importante en su seno, a diferencia del líder de los populares, quien además de carecer de peso internacional, no sabe leer los tiempos. Tiempos que demandan salidas socialdemócratas antes que liberales. Tiempos que ponen el acento en el papel del Estado, no en el del libre mercado. En fin, que no va a dejar ni un resquicio al PP. Su idea es ahogarlo, argumentalmente hablando, claro.

Clave electoral

Menos las fuentes socialistas consultadas, así como las de Más País, partido que prefiere expulsar de las alocuciones parlamentarias del presidente los tintes electoralistas (opta, por el contrario, por centrarse en la labor de fiscalización del Gobierno), las demás fuentes sí aprecian la larga, larguísima sombra de las urnas.

Que el Gobierno se apresurara a pedir la comparecencia cuando nadie contaba con ella demuestra ese objetivo de control de ritmos y tiempos. Todos los grupos sondeados para esta crónica dan por seguro que el presidente anunciará nuevas medidas y que también atacará ferozmente al PP, esta vez sin Núñez Feijóo, pues no es diputado. Le da igual al presidente: de lo que se trata es de insistir e insistir e insistir en que el Partido Popular, la alternativa al PSOE en el poder, es una amenaza al Estado de Bienestar.

Las fuentes parlamentarias socialistas hacen hincapié en el estatus de Sánchez dentro de la Unión Europea. Sin tapujos, afirman que “está liderando la respuesta a la guerra de Ucrania”. El presidente se mueve en un territorio con el horizonte claro, el de la protección social y de derechos. “El PP se mueve en una clave de poder aunque esto signifique mentir y transmitir una situación catastrofista”, añaden. Inciden en la idea fuerza de la estrategia del presidente: “Este jueves vamos a explicar que de las crisis se puede salir sin destrozar millones de empleos y millones de vidas”.

En el PP no dudan de la pretensión electoralista antes que electoral. Si el presidente se desenvolverá en el argumentario diseñado, lo mismo hará el Partido Popular. Cuca Gamarra, secretaria general y portavoz en el Congreso, asumirá de nuevo la responsabilidad de repartir las consignas narrativas de Génova, que básicamente son las siguientes: Sánchez no tiene credibilidad, su modelo de gestión económica lastra y lastrará cualquier posibilidad de recuperación y ataca sin pudor la estabilidad institucional (RTVE, Fiscalía…).

Alberto Núñez Feijóo.

Alberto Núñez Feijóo. / epe

En Ciudadanos, nueve escaños, usan un argumentario similar. Sus fuentes resumen la comparecencia así: “Si Sánchez viene es porque tiene propaganda que vender”. Para el grupo de Inés Arrimadas y Edmundo Bal, el electoralismo es indudable. “La subida irresponsable e insostenible de las pensiones y del sueldo de los funcionarios”, apuntan, sería dos muestras claras. “Los españoles se están viendo obligados a pagarle a Sánchez, cada vez con impuestos más altos, la campaña electoral más larga y cara de la historia”, zanjan. La formación liberal puntualiza a este medio que centrarán sus críticas en dicho aumento de las pensiones, por el daño que inflige a la solidaridad generacional. 

Entre los aliados habituales reinan las suspicacias. No son tan vehementes contra el presidente como el PP o Cs, pero no disimulan reproches. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, aseguró hace pocas semanas, en rueda de prensa, que la carrera electoral que se detendrá en las autonómicas y municipales de mayo y más tarde en las generales no ha hecho más que empezar. Es un clima que no le agrada lo más mínimo, lo lleva diciendo desde que lidera al grupo parlamentario. 

De hecho, en el grupo nacionalista vasco se resignan. La comparecencia del jueves será una enumeración más del elenco de medidas sociales del Ejecutivo, agrupadas en los cuatro decretos "anticrisis" derivados de la guerra, en otros decretos como el de la nueva cotización de los autónomos y en proyectos recientes como la regulación de las condiciones laborales de las trabajadoras de hogar.

Fuentes de ERC, en declaraciones a este medio, se expresan lacónicamente: “Sólo esperamos titulares”. “Y sí, a nadie se le escapa que el contenido del discurso del presidente, pero también de la oposición, será en clave electoral”. Esquerra, el aliado deseado porque sus trece escaños solucionan muchas cosas, no se siente presionado ni por lo que ocurra en Madrid ni por lo que pase en Barcelona. “Con debates no se ganan confianzas”, sentencian.

Seis sesiones de pleno han tenido lugar este año con Sánchez como protagonista (debates concretos sobre asuntos concretos). No le fueron del todo bien las comparecencias para explicar las nuevas relaciones con Marruecos a raíz del cambio de posición respecto al Sáhara Occidental; mejor le fueron las que pidió para relatar las medidas movilizadas contra los efectos de la guerra de Ucrania. Y sí salió más que satisfecho del debate sobre el estado de la nación, a mediados de julio. Ése es el Sánchez que viene. Un presidente más progresista, más socialista y más incisivo. El Congreso y el Senado lo comprobarán de primera mano.