VIVA 22

El festival de Vox: un esperpento de banderas, nostálgicos y los "aliados internacionales" Trump, Meloni y Orbán

Donald Trump, Giorgia Meloni, Viktor Orbán, Álvaro Uribe y el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, entre los participantes del evento en Madrid

Santiago Abascal ha presentado en su discurso 'España Decide', el documento que guiará la acción política de la formación

El presidente de Vox, Santiago Abascal, entre banderas de España en el acto 'Viva 22' en Madrid.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, entre banderas de España en el acto 'Viva 22' en Madrid. / EFE/Víctor Lerena

Óscar Hernández

Óscar Hernández

Los asistentes iban llegando a la puerta del espacio Mad Cool para asistir a la gran fiesta (Viva22) de Vox en Madrid. Un mitin político con aires familiares y mucha carga ideológica. El pretexto del encuentro ha sido "la historia que hicimos juntos", un repaso nostálgico de los acontecimientos de una España antigua que se quedaba en tópicos castizos. Toreros, conquistadores, curas y militares: lo mejor de la historia de España (según Vox), tal y como ha publicado este diario.

La gran baza del encuentro, los líderes políticos de Europa y América que han aparecido a través de una pantalla agradeciendo su labor a Santiago Abascal. Trump, Meloni, Orbán, Uribe y el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, han centrado la atención en "la extraordinaria victoria de Fratelli d´Italia", en los "aliados internacionales" y "la izquierda global, cada vez más matona", comentaban el senador estadounidense, Ted Cruz, y la líder italiana, desviando las miradas del cisma que atraviesa el partido.

Desde Vox hablan de "15.000 asistentes", una cifra optimista que se aleja de la realidad y que no se acerca ni por asomo al máximo de 80.000 personas que ofrece el espacio Mad Cool. En el único momento donde se ha visto más concentración de personas ha sido durante los discursos políticos, aunque en cualquier concierto organizado en el recinto se venden más entradas que las que regalaba el partido.

La única novedad en las directrices en la agrupación ha sido 'España decide'. Un intento de "recuperar nuestra democracia desde el parlamentarismo que han traicionado", explicaba Abascal desde la tribuna. También se reiteraba en los "millones de inmigrantes que invadan los estados de la Unión Europea" y otros dogmas que han acompañado al partido desde su fundación, como la unidad de patria, el ultraliberalismo y la negación del cambio climático.

Los enemigos quedaban claros. "El globalismo, los separatistas, el ariete feminista, Europa y las élites" en un sentido ambiguo e impersonal que no concretaba en nada. Una y otra vez repetían los mismos "enemigos" todos los representantes del partido y Ortega Lara, que hacía su intervención después de que sonara el himno de la Legión.

Durante dos días el espacio Mad Cool ha sido un intento de cónclave para resurgir el espíritu de Vox. Sin embargo, se ha quedado en la sombra de lo que fue el acto del año pasado.

El evento de Vox

Asistente al acto de Vox ondea una bandera con la Cruz de Borgoña.

Asistente al acto de Vox ondea una bandera con la Cruz de Borgoña. / EFE/ Víctor Lerena

Banderas, banderas y más banderas. Al cruzar la entrada, dos militantes te regalaban una de España y otra con las siglas del partido. Desde rojo y amarillo en las camisas, hasta en el collar de un perro a modo de bufanda. Paraguas, escudos del Capitán América... nadie se quedaba sin la suya. Hasta un niño corría a por la suya acompañado de sus padres, sin saber muy bien el por qué del acto. La mayoría de personas que estaban en el recinto eran personas de mediana edad y familias. Aunque algún grupo de jóvenes bajaba la media.

Nada más atravesar la puerta, una caseta para afiliarse a Vox. Aunque apenas unos pocos se acercaban hasta allí. Tenía más público la tienda de souvenirs a modo de carpa que vendía recordatorios del Viva22 o los puestos de las tiendas y asociaciones. Estirpe Imperial Moda o la Asociación Nacional del Arma (Anarma), tenían su hueco asegurado en el recinto.

Más adelante, dos hileras de tiendas representando a cada provincia mostraban en sus escaparates los productos y los personajes más reconocidos de la región. Siendo así, cada uno elegía el máximo exponente, aunque en Granada no aparecía Federico García Lorca, ni en Alicante Miguel Hernández. Lo que sí que se encontraba en el 'stand' de Gerona era una placa en el suelo que decía "municipi de la República Catalana", pintado sobre una estelada que los participantes se animaban a pisar.

La mayoría se congregaban frente al escenario. Allí estaba todo el público, el resto del espacio estaba vacío. Música, gritos, intervenciones de líderes latinoamericanos justo después de sonar una canción que abogaba por recuperar la tradición conquistadora. Todo un repertorio de los dogmas del partido que no podía pasar por alto los insultos al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. "Chorizo. Sin vergüenza", le hacían referencia constantemente. Por el contrario, los halagos se los llevaba la Guardia Civil, el rey y España.

El domingo ha sido el día más político. El sábado fue un día más familiar, aunque la actuación de Infovlogger y Los Meconios con estribillos franquistas dejó una petición de investigación a la Fiscalía por delitos de odio. "Vamos a volver al 36", cantaban los integrantes, entre otras cosas, haciendo referencia al golpe militar que dio el bando nacional en la Guerra Civil.

Los "vivas" fueron el coro de todo el acto. A cada oportunidad alguien se arrancaba a gritarlo, seguido por el resto de simpatizantes. Nada más concluir el discurso de Santiago Abascal, el ambiente se evaporó y todo el mundo se fue, apenas unos cuantos se quedaron. Pero antes, "como en cada acto de Vox", mencionaba la 'speaker', sonó el himno de España con la mano en el corazón de algunos, dando por concluido el festival 'Viva22'.

La frase que resume el acto fue escuchada en las afueras del recinto: "Nadie puede estar en contra de lo que ha dicho (Abascal). Nadie", se decían mutuamente una pareja mientras se alejaban.