RENUNCIA DE LESMES

¿Qué ocurre tras la dimisión del presidente del CGPJ y el Supremo?

Un informe técnico encargado por el propio Lesmes prevé su sustitución por el actual presidente de lo Civil del Supremo, Francisco Marín Castán, tanto en el alto tribunal como en el Consejo. Pero en el órgano de gobierno de los jueces muchos rechazan esta imposición automática.

El CGPJ encara el pleno para renovar el TC sin nombres ni esperanzas de un acuerdo

El CGPJ encara el pleno para renovar el TC sin nombres ni esperanzas de un acuerdo / EFE/ Mariscal

Cristina Gallaro/ Ángeles Vázquez

La renuncia de Carlos Lesmes, ante la incapacidad del PSOE y el PP de pactar una renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que él preside desde 2013, y que lleva en funciones desde diciembre de 2018, es una decisión que viene amparada en la propia Ley Orgánica que regula este órgano. Concretamente en su artículo 588.2, que prevé que el presidente del Consejo, que también lo es del Tribunal Supremo, pueda cesar en el cargo si renuncia expresamente a ello, como ha anunciado Lesmes que hará este lunes.

Pero Lesmes no se irá a su casa. Tiene 64 años, una edad próxima a la jubilación ordinaria, si bien los magistrados pueden mantenerse en sus cargos hasta los 72 años. Por el momento, el hasta mañana presidente más longevo del CGPJ volverá al servicio activo en la Carrera Judicial y se incorporará a su destino como magistrado en la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo. Además lo hará "de inmediato", tal y como ha anunciado en una nota de prensa a última hora de la tarde de este domingo.

Hasta su última intervención oficial el pasado 7 de septiembre, cuando anunció la posibilidad de su renuncia durante el acto de apertura de los tribunales ante el Rey Felipe VI, el presidente Lesmes siempre había negado la posibilidad de dimitir para forzar a los líderes del PSOE y PP a pactar. En este discurso, sin embargo, defendió la posibilidad de que los miembros del órgano de gobierno de los jueces puedan dejar sus cargos de forma individual y apuntó que sería el primero en hacerlo, ante su pérdida de esperanza en un acuerdo próximo. Solo rechazó que la renuncia se produjera en bloque, porque eso supondría dejar desatendidas las funciones propias del Consejo y considera que no se entendería en situaciones similares por parte de otras instituciones, como el Gobierno, por ejemplo.

¿QUIÉN QUEDA AL FRENTE?

Tras la marcha de Carlos Dívar en junio de 2012, por el escándalo de sus viajes mientras estaba al frente del Poder Judicial, la ley previó en su artículo 590 la sustitución del presidente de Supremo por el vicepresidente del alto tribunal en caso de abandono prematuro del primero. Actualmente, esa responsabilidad es ocupada en funciones por el presidente de la Sala Primera, Francisco Marín Castán, por ser el presidente de Sala más antiguo del Supremo. Hace unas semanas, Lesmes encargó un informe técnico que concluye que, con arreglo a la Ley Orgánica del Poder Judicial, si él dimitiera correspondería ejercer sus funciones a Marín Castán, tanto en el alto tribunal como en el CGPJ.

Para el Tribunal Supremo, no hay dudas, pero este reemplazo automático parece que no será pacífico en el CGPJ. Un sector del Consejo defiende que de producirse el relevo -como ahora va a ocurrir-, la ley obligaría a una bicefalia entre las responsabilidades de ambos órganos (Supremo y Consejo) y que la Presidencia de este último debería ostentarla el vocal de más edad, que actualmente es Rafael Mozo, perteneciente al grupo progresista.

En todo caso, no están dispuestos a aceptar a un presidente que se les imponga de forma automática, excluyendo cualquier participación del órgano. También existe el riesgo de que la renuncia de Lesmes anime a una cascada de dimisiones entre los vocales, que hasta el momento éstos parecían rechazar.

En cuanto a los antecedentes, la historia del CGPJ acumulaba ya dos casos de dimisión del presidente del Supremo y del CGPJ por motivos bien distintos. Uno lo protagonizó Pascual Sala para forzar también la renovación del órgano de gobierno de los jueces, tras sumar varias renuncias de vocales para asumir otras responsabilidades, y otro fue el de Carlos Dívar, que se vio obligado a dimitir por el escándalo de los viajes personales sufragados por el Poder Judicial. A este último acabó sustituyéndole Gonzalo Moliner, que fue el candidato más votado por los vocales.

El artículo 600 de la ley orgánica del poder judicial prevé las reuniones del pleno del Consejo se celebren con un mínimo de 10 vocales más el presidente. En la actualidad, con la jubilación de Rafael Fernández Valverde y el fallecimiento de Victoria Cinto, en el Consejo hay 18 vocales más Lesmes, por lo que, pese a su renuncia, podría seguir trabajando.