Pese a la ruptura del Ejecutivo

Aragonès buscará el apoyo de Junts a los presupuestos catalanes tras descartar al PSC

Esquerra no descarta una prórroga presupuestaria pero intentará explorar una mayoría para aprobar las cuentas de 2023

Rueda de prensa del presidente de ERC Oriol Junqueras.

Rueda de prensa del presidente de ERC Oriol Junqueras. / ELI DON

Xabi Barrena

Xabi Barrena

ERC buscará el apoyo de Junts a los presupuestos de la Generalitat. Puede sonar bizarro, a la vista de los últimos episodios, pero las huestes republicanas tienen previsto, dentro del plan de contingencia diseñado ante la marcha de los posconvergentes, abrir negociación con ellos. La marcha de JxCat del Govern no ha variado ni un ápice el pensamiento que Esquerra tiene del PSC.

A saber, los socialistas defienden un modelo de Cataluña opuesto al suyo, donde el mascarón de proa sería el veto al ejercicio de autodeterminación; es el máximo rival electoral, en general, y, en concreto, en el área metropolitana, y lo último que hará Esquerra es dejarle que se siente en la mesa de los mayores; y, también significaría cruzar las negociaciones de las cuentas catalanas con las de los Presupuestos Generales del Estado, es decir, maniataría a Esquerra.

El líder de ERC, Oriol Junqueras, lo ha descartado este sábado y ha abierto la puerta a prorrogar las cuentas de 2022 para el próximo año alegando que la línea roja de la formación para llegar a acuerdos son los partidos que no están comprometidos con el "fin de la represión" y con la defensa de un referéndum. El dirigente del PSC, Salvador Illa, ha asegurado que su partido mantiene la "mano tendida" para negociar las cuentas "pensando en el bien del país y en los problemas de los catalanes".

Los ases en la manga

En la sede de la calle de Calàbria son perfectamente conscientes de que el objetivo número uno, sino único de Junts, es hacer descarrilar el Govern, ahora sí, 100% republicano. Pero cuentan, creen, con una serie de ases en la manga. Primero, que el proyecto de las cuentas es de Jaume Giró. Si queda en Junts alguna capa de ‘realpolitik’ pueden jugar a lograr beneficios para sus ayuntamientos, a meses de las municipales, y, también a nivel “nacional”, de avance de 'procés', por ejemplo, la formación del ‘estado mayor’, algo a lo que ERC no se opone pero nunca bajos las alas de Carles Puigdemont. Y finalmente, se establecería el relato-debate sobre quién ha abierto la puerta del gallinero a los socialistas, si ERC, con sus pactos en Madrid, o Junts, con su renuncia a negociar sus propios presupuestos y pactando con el PSC la Diputació de Barcelona.

Los posconvergentes dejan la decisión en manos del proyecto final, de si se respeta o no el sello de Giró. Si pese a todo, se negaran en redondo a negociar o pusieran como condición la propuesta que ha acabado con sus huesos fuera del Govern, ERC se tendría que enfrentar al mayor dilema que ha conocido en los últimos años. Actuar por responsabilidad, con la inflación al 10%, y pactar con el PSC (dan por atado el apoyo de los ‘comuns’) arriesgándose a exponerse a una campaña de ‘tripartitis’ desde Junts o bien prorrogar las cuentas y esperar que el enfado amaine para el 2024.

Las relaciones, mientras tanto, con los ‘comuns’ son estratégicamente buenas. Se comparte la prioridad de la lucha contra la crisis y del camino hacia la resolución del conflicto político, la ‘vía canadiense’. Con todo, los de Jéssica Albiach no se fían de los republicanos y se descarta una entrada en el Govern, como mínimo, hasta que se negocien los presupuestos. Hacerlo desde el perímetro exterior del Govern permite mayor libertad de movimientos.