POSICIONES ENQUISTADAS

El PP "pierde toda esperanza" de renovar el CGPJ tras la visita de Reynders

La visita del comisario, que llegó a ser vista como "un punto de inflexión" para desbloquear la situación, no parece tener efecto en el corto plazo: las posiciones siguen enquistadas

El PP reconoce "haber perdido toda esperanza" y piensa que el Gobierno "seguirá adelante" con la renovación "aislada" del TC

El comisario de Justicia, Didier Reynders, en su visita al TC.

El comisario de Justicia, Didier Reynders, en su visita al TC. / CARLOS LUJÁN.

Paloma Esteban

Paloma Esteban

Las expectativas generadas durante semanas con la visita del comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, han caído en saco roto. El Gobierno consideraba que sería un punto de inflexión, convencido de que obligaría al PP a una renovación inmediata. Pero hace unos días empezó a desinflar las posibilidades e incluso especuló con que sus postulados eran demasiado cercanos a los defendidos por los conservadores. 

En el partido de Alberto Núñez Feijóo, que con el arranque de curso vieron cómo su estrategia se resquebraja y volvieron a tomar la iniciativa pidiendo una reunión con Félix Bolaños, consideran que la intervención del comisario “ha servido de poco” y reconocen “haber perdido la esperanza” de que realmente se vaya a producir la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPG), en funciones desde hace cuatro años.

En el Ejecutivo llevan tiempo insistiendo en que “no habrá acuerdo” por la negativa de los populares, y estos, sin embargo, insisten en que han rebajado sus requisitos el máximo posible: renovarían ya el órgano de gobierno de los jueces si se cumplen unos requisitos “mínimos” de independencia en sus nuevos vocales y, después, piden empezar a debatir sobre un nuevo sistema de elección

Fuentes de Génova afirman que su posición es a día de hoy “más laxa” que la de Reynders, teniendo en cuenta que el comisario dijo en varias de sus intervenciones en Madrid que hace falta renovar el CGPJ “e inmediatamente” abordar un cambio en el sistema que lo elige, siguiendo el documento de 2010 del Consejo de Europa (suscrito también por España) que establece que los jueces deben ser elegidos por sus pares.

Aunque en el PP consideran que “el mayor varapalo” se lo ha llevado el Gobierno, algunos dirigentes se lamentan al ver “que la visita no tendrá ningún efecto”. Las posturas se mantienen del todo enquistadas. El Gobierno no tiene intención de cumplir con ese aspecto y entiende que el sistema actual debe prevalecer. Los conservadores creen, pasados estos dos días con el comisario en España, que Moncloa “seguirá adelante en la renovación del Tribunal Constitucional de forma aislada”, “tal y como pretenden” insisten. Y si ese extremo llega, afirman: “Los puentes en el ámbito de Justicia quedarán demolidos”.

Ni la imposibilidad hasta ahora de llegar a un acuerdo para renovar el Tribunal Constitucional por parte de los vocales del Consejo (se volverán a reunir el miércoles) ni la posibilidad de que el presidente del CGPJ y el Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, pueda adelantar su marcha a la próxima semana, han hecho (al menos por ahora) acercar posturas a los dos partidos. Más bien lo contrario. En este momento no hay elementos que permitan confiar en una solución.

EL PP SIN MOVER FICHA POR AHORA

En el PP no se inclinan por el momento en volver a mover ficha. Entienden que es el turno del Gobierno después de que su interlocutor en la materia, Esteban González Pons, enviara una carta al ministro de la Presidencia reiterando la postura del PP y pidiendo una nueva reunión. En Génova ha sentado especialmente mal no tener ninguna respuesta. Y en el Gobierno, por su parte, reprochan “el elenco de excusas” de los populares para evitar una renovación inmediata.

El PP cree que debe ser el Ejecutivo quien haga un nuevo movimiento, pero, al mismo tiempo, admiten que no lo ven probable. El comisario europeo también descartó una reunión a tres desde el primer momento, a pesar de los rumores que saltaron al respecto. Reynders consideró que se trata “de una cuestión interna de España” en la que no debe inmiscuirse hasta ese punto. Pero sí lanzó otros mensajes. La preocupación en Bruselas ante la situación crónica de interinidad del órgano de gobierno de los jueces, entre otras.

Y también el deseo de que cuando España asuma la presidencia europea el segundo semestre del año que viene, la situación esté solventada. El PP pretende ejercer este aspecto como un nuevo elemento de presión hacia Pedro Sánchez. El próximo informe del comisario de Justicia que evaluará la situación en España verá la luz en el mes de julio, justo coincidiendo con el arranque de la presidencia comunitaria. “Siempre será mejor dar un buen ejemplo”, llegó a decir Reynders. “Si un año tras otro es imposible implementar las reformas, habrá que usar otras herramientas”, llegó a advertir.

Eso sí, a pesar de las críticas de algunos dirigentes populares sobre las supuestas comparaciones que el comisario hizo de España con otros países como Polonia o Hungría, Reynders dejó claro que la situación en nuestro país “es buena”, frente a esas naciones, que revelan “problemas sistémicos” que inciden en la independencia de sus jueces. Frente al margen “de mejora” en el caso español, el comisario recordó que Varsovia está siendo multada con un millón de euros diarios “por falta de implementación de sistemas de independencia de los jueces”, y que puede ver afectada la llegada de fondos europeos; o la de Hungría, que por problemas parecidos ha visto suspendido el envío de hasta 7.500 millones en ayudas, informa Cristina Gallardo.