Aragonès se sacude la presión e insiste en que la decisión de romper o no el Govern es de Junts

El 'president' de la Generalitat, Pere Aragonès, ha inaugurado la segunda sesión del debate de política general este viernes lanzando un mensaje a Junts, después de que hayan citado a la militancia para que decida sobre su continuidad en el Govern. Así, ha subrayado que piensa mantener las instituciones al margen de los rifirrafes de los partidos, y ha recordado que la decisión sobre la continuidad o no del actual Govern está en manos de quien va a decidir si sigue o no, es decir, de Junts. “Espero que se pueda mantener”, ha señalado tras lamentarse de que el debate político estos días en el Parlament se haya centrado más en la amenaza sobre la cuestión de confianza que en la crisis o la vía canadiense

"Necesitamos instituciones que estén al servicio de la ciudadanía y ciertos debates, dudas y ruido no contribuyen a proyectar que esto esté siendo así", ha espetado, en el hemiciclo. "Hay decisiones que no dependen de mí, todo el mundo debe tomar las decisiones con máxima celeridad. Mi apuesta y prioridad es que el Govern actual pueda continuar", ha insistido, pidiendo un Executiu "compactado" y centrado en dar respuesta a la crisis socioeconómica.

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La posconvergencia apuesta por negociar durante 48 horas con el 'president' la concreción de sus tres exigencias -mesa de diálogo acotada a la amnistía y la autodeterminación, unidad en Madrid y dirección estratégica del 'procés'- antes de decidir el contenido de la pregunta de la consulta.

Batet mantiene el pulso

El responsable del grupo de Junts en el Parlament, Albert Batet, ha contestado a la intervención del 'president' emplazando a Aragonès a cumplir con las “concreciones, garantías y plazos sobre el cumplimiento del acuerdo de Govern”. “President, todavía estamos a tiempo de arreglarlo, por nuestra parte tenemos toda la voluntad, por nosotros no quedará”. Batet ha anunciado que se le remitirá la propuesta al ‘president’, ha criticado el ces del ya exvicepresidente Jordi Puigneró y ha apelado al “espíritu” del 1-O para solucionar la crisis de gobierno.