ELECCIONES EN ITALIA

Preocupación en España por si Meloni rompe el consenso europeo contra Putin

En el Gobierno y en el PP coinciden en la inquietud sobre los efectos que el triunfo de la ultraderecha en las elecciones de este domingo tenga en la UE

Moncloa ha eludido opinar sobre una victoria de Meloni por la importancia de las relaciones con Italia, pero Sánchez ha lanzado mensajes de defensa de unidad ante Rusia

Meloni

Meloni / Alessia Pierdomenico

De un acontecimiento a otro, sin apenas capacidad de digestión. Del éxito de la contraofensiva ucraniana al reclutamiento parcial impuesto por Vladímir Putin y su nueva amenaza de utilizar armas nucleares. Europa ha vuelto a responder de manera unánime a Rusia, con la reafirmación de que seguirán apoyando militarmente a Ucrania y el anuncio de que estudian nuevas sanciones económicas. Pero las elecciones italianas de este domingo y la probable victoria de la líder de ultraderecha, Giorgia Meloni, al frente de Fratelli d'Italia (Hermanos de Italia), se ve con preocupación en España y en Europa por si rompe la unidad de la UE contra Putin.

Esta inquietud se ha disparado después de que expresidente italiano, Silvio Berlusconi, de Forza Italia, una de las formaciones que junto a la Lega de Matteo Salvini, formarían parte de un gobierno encabezado por Meloni, se mostrara el jueves comprensivo con Putin y apuntara que fue empujado a invadir Ucrania por sus ministros y los dirigentes de las repúblicas separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk.

Aunque desde el Gobierno se han esquivado esta semana declaraciones sobre las elecciones italianas, a la espera del resultado final, este temor está instalado en Moncloa. En su comparecencia en Nueva York, para participar en la Asamblea General de la ONU, Pedro Sánchez, hizo especial hincapié en la "importancia" de la unión de la comunidad internacional y de Europa y aseguró que, tras hablar con distintos líderes europeos en reuniones bilaterales y en conversaciones telefónicas, existe "la certeza de que Putin no está ganando la guerra y debemos continuar con la solidaridad hacia Ucrania". Después, en su intervención ante la Asamblea, insistió: "Ahora es cuando más falta hace que actuemos unidos en apoyo a Ucrania".

EL DESAFÍO DE LA RELACIÓN CON ITALIA

En el Ejecutivo sobrevuela el miedo a que Italia, uno de los países más importantes de la UE, abandone el consenso europeo frente a Rusia. Pero la cautela se ha impuesto por la profundidad de las relaciones con este país, socio y vecino de España, con quienes nos unen intereses comunes en Europa y unos intensos lazos de amistad. España no quiere que nada enturbie el día después, con Meloni o sin ella. Aunque el viernes por la noche, en el cierre de campaña, Sánchez apareció en el acto del Partido Democrático con un vídeo de apoyo a Enrico Letta

Pero, si como apuntan todas las encuestas la extrema derecha logra gobernar, para el Ejecutivo supondrá un auténtico desafío el modo en que conducen la interlocución con la nueva presidenta italiana. Esto no ha impedido que el presidente advierta estos días, como lo hizo en las elecciones francesas ante el peligro de una victoria de Marine Le Pen, de que el ascenso del populismo de extrema derecha en Europa es un fenómeno de extrema gravedad.

En lo que respecta al PP también existe la preocupación de que Meloni llegue finalmente al poder de una de las principales patas de la Unión Europea. Si hay un dirigente combativo con la extrema derecha en la familia conservadora bruselense es Esteban González Pons, hombre fuerte de Alberto Núñez Feijóo y su principal interlocutor en materia internacional. El eurodiputado nunca ha tenido pelos en la lengua a la hora de hablar sobre la candidata de Fratelli d’Italia. Es más, en intervenciones públicas y entrevistas a medios, preguntado tras la convocatoria italiana la posibilidad de que Meloni pudiera gobernar, siempre se ha mostrado taxativo: “Espero que no ocurra. Espero que no gobierne”.

EL AVAL DEL PPE

También es cierto que González Pons rechazó en el mes de julio la posible alianza electoral de Meloni con Forza Italia. “Si mi información no es mala, no va a haber coalición preelectoral. y si Forza Italia acaba apoyando un gobierno de Meloni, yo no lo voy a entender”, llegó a declarar en ‘El Español’. Un mes después, el 30 de agosto, el PPE que encabeza Manfred Weber (muy cercano al propio Pons) dio su bendición en Roma a la coalición de su partido socio con la extrema derecha de Meloni y la Lega de Salvini. 

Un sapo que muchos dirigentes populares criticaban ‘sottovoce’ a pesar de las explicaciones de Weber: “El programa, desde el punto de vista europeo, es completamente del PPE. Los detalles serán discutidos, pero el comienzo es bueno”, afirmó en los últimos días del verano.

TEMOR EN GÉNOVA

Lo cierto es que el PP de Feijóo no esconde que la victoria de Meloni (con un discurso absolutamente antieuropeista y contra “los despachos y los burócratas de Bruselas”) puede poner la unidad europea contra las cuerdas en el momento más delicado que se recuerda en años, no solo por la crisis energética, sino con la gestión humanitaria que los huidos de Rusia ponen ahora encima de la mesa. El propio Partido Popular Europeo se vio obligado este viernes a salir al paso del aval que Berlusconi ha dado a Putin con una declaración de "claro apoyo" a Ucrania. "La posición del PPE es inequívoca: condenamos la guerra de agresión de Putin contra Ucrania. Apoyaremos al pueblo ucraniano hasta que gane la guerra".  

Al mismo tiempo en Génova no evitan comparaciones “con otros extremos como Podemos”, ironizando con lo “enternecedor” que resulta la preocupación por posturas antieuropeistas, “teniendo en cuenta que Podemos, parte del Gobierno de España, acaba de votar en contra de la adhesión de Suecia y Finlandia en la OTAN”, zanjan. Un flanco de debilidad que Moncloa es muy consciente que arrastra y que trata de guarecer con el reiterado mensaje de que son "partidos distintos" y que "la política exterior, de seguridad y de defensa la lidera el presidente".

¿Y EL APOYO DE VOX?

En el plano puramente político, si Meloni gana, se abrirá otro melón: el del trato que los populares europeos empiecen a dar a la extrema derecha en sus propios Estados. El ejemplo de Vox en España es clarísimo y una patata caliente que hasta ahora Feijóo despacha, asegurando que su aspiración es llegar al Gobierno central sin necesitar su apoyo.

Y en este punto, con la respiración contenida sobre el resultado de las elecciones de mañana en la tercera economía de la UE y sus efectos en la unidad europea, el Gobierno sabe que puede tener argumentos para erosionar a Feijóo. En Moncloa apuntan que Italia puede obligar a profundizar en una pregunta fundamental: "¿Qué relación desean tener con la extrema derecha los partidos de centro derecha en Europa? Porque Meloni necesitará sí o sí el apoyo de la derecha más moderada de Berlusconi o en Suecia el Partido Moderado, hermano del PP, va a gobernar con el respaldo de la extrema derecha y los liberales.