MAYORÍA PARLAMENTARIA

La expansión de la OTAN a Suecia y Finlandia logra lo que no puede el poder judicial: unir a PSOE y PP

El Congreso afronta esta semana la autorización de los convenios por los que Suecia y Finlandia entrarán en la OTAN

El trámite consta de dos pasos: fijación del procedimiento, este martes, y debate y votación, el jueves

La posición a favor de PSOE, PP y Cs garantiza el respaldo a las solicitudes cursadas por ambos países nórdicos

Soldados españoles en un ejercicio militar de la OTAN en Letonia el pasado año.

Soldados españoles en un ejercicio militar de la OTAN en Letonia el pasado año.

Ángel Alonso Giménez

Suecia y Finlandia, cuyas capitales están a más de 3.000 kilómetros de distancia de Madrid, son capaces de conseguir algo que el Consejo General del Poder Judicial, aquí al lado, no puede: que PSOE y PP se pongan de acuerdo. Esta semana, en el pleno del Congreso, ambas formaciones serán las principales causantes de las ratificaciones de los convenios de anexión a la OTAN de los dos países nórdicos. Dado el grado de hostilidad que se profesan actualmente socialistas y populares, un consenso así, aunque sea de trámite, es digno de celebración.

La falta de acuerdo entre el PSOE y el PP, 208 diputados entre los dos, está detrás del incumplimiento, este mismo martes, del plazo para la sustitución de los cuatro magistrados del Tribunal Constitucional que dependen del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). La falta de acuerdo entre PSOE y PP ha provocado que este mismo Consejo lleve en funciones más de 1.300 días. No hay manera de que los dos primeros partidos españoles coincidan sobre quiénes deben gobernar a los jueces

La hostilidad entre ambas formaciones empieza a ser inquina. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido no desaprovechar una sola intervención para arremeter contra el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Este lunes, en el Congreso, durante la reunión con los diputados y senadores socialistas, ha vuelto a denunciar el bloqueo de los órganos constitucionales y ha vuelto a culpar al Partido Popular. La intención del mandatario socialista de buscar el cuerpo a cuerpo contra el dirigente gallego resulta arriesgadísima, pero parece que ya nadie podrá detenerle. Quizá las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2023, si los resultados son malos, o las encuestas si la estimación de voto se le estanca.

Mientras los portavoces del PSOE y los del PP intercambian golpes, en el Congreso sucederá algo extraordinario, tal y como están las cosas. Este martes, el pleno se pronunciará en un trámite fugaz sobre el procedimiento que seguirá para ratificar los convenios de adhesión a la OTAN de Suecia y Finlandia. El Gobierno ha pedido que se haga de urgencia y que sea en lectura única. Ello ha supuesto la contracción de los plazos a la mitad, por ejemplo el de presentación de enmiendas, que fue sólo de ocho días y expiró el pasado día 9, y significará que habrá solamente una sesión plenaria para la confirmación o rechazo. Nada de ponencia; nada de comisión. Un debate, una votación. Y esto tendrá lugar el jueves.

En tres días, en España, los convenios de ratificación, conforme a los protocolos firmados en Bruselas en julio, serán aprobados. Según han señalado a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA fuentes de cinco grupos parlamentarios, no existe el más leve indicio de que el proceso se tuerza. Por un lado, porque ningún grupo parlamentario ha registrado propuestas para la devolución de los convenios o para modificarlos; por otro, porque los seguros votos a favor de PSOE, PP y Cs garantizan una mayoría holgadísima, superior a la de tres quintos incluso. Vox estaría en el “sí”, al igual que el PNV y el PDeCAT. Imposible que descarrile el acelerado y comprimido trámite.

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet.

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet. / epe

Ello soslaya de algún modo la división de la izquierda parlamentaria, que es el bloque mayoritario de la Cámara esta legislatura porque desde la investidura de Pedro Sánchez, en enero de 2020, ha funcionado con relativa eficacia. Los presupuestos estatales de 2021 y de 2022 se apoyaron en los casi 190 votos que suman PSOE, Unidas Podemos, ERC, PNV, EH Bildu, PDeCAT, Más País, Compromís, Teruel Existe o Partido Regionalista de Cantabria.

Sin embargo, la OTAN no aglutina al sector progresista. Unidas Podemos, por lo que dicen fuentes conocedoras del debate interno de la confluencia, está muy cerca de decantarse por la abstención. El socio del PSOE en el Gobierno no es amigo de la expansión de la Organización Atlántica, pero tampoco quiere agrandar una fractura que de momento está pasando desapercibida y que espera mantener así. No obstante, la posición de los 33 representantes “morados” no es homogénea porque IU duda si elegir el voto en contra, puntualizan las fuentes. Alberto Garzón pertenece a Izquierda Unida y al Gobierno como ministro de Consumo. Dilema no menor. 

ERC, EH Bildu y Más País no respaldan la razón de ser de la OTAN, menos aún su creciente protagonismo. Su posición ha alcanzado resonancia a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania y la respuesta unitaria de la Organización, en armonía con la de la Unión Europea. Madrid fue sede de su última Asamblea, en junio, y testigo de la reformulación de su concepto estratégico. 

El debate no es nuevo

Cuando la Mesa del Congreso acordó la admisión a trámite de los convenios de adhesión de Suecia y Finlandia, a finales de agosto, la posición de los grupos parlamentarios era conocida. Una moción del PP sobre la “división” del Gobierno a la hora de diseñar la política exterior dibujó las posturas que sobre la OTAN y su expansión a otros países tienen las formaciones con representación en el Congreso.

La iniciativa de los populares pretendió trasladar a la Cámara un debate meramente político. Las mociones, al fin y al cabo, es lo que buscan. El partido de Feijóo pergeñó un texto en el que, tras criticar las discrepancias internas del Gobierno y la lesión que ello inflige a la política exterior española, lo que le llevaba a recomendar una alianza PSOE-PP, persiguió consensos contra Rusia, sobre el Sáhara Occidental y sobre la OTAN y su eventual ampliación a países como Suecia y Finlandia.

13 puntos compusieron la moción. Se votaron por separado porque el PP comprobó que así podría ganarlos todos o casi todos. Lo consiguió. Menos la petición para la “recuperación de una política exterior de Estado” a través de un diálogo permanente con los populares, el primer apartado, los 12 restantes salieron adelante. Entre ellos, el incremento del “apoyo militar a Ucrania” (punto 4), el reconocimiento de Ucrania como “país candidato” a ingresar en la UE (5), el reconocimiento de las fronteras de los Estados miembros de la OTAN como “fronteras” de la OTAN (8), el apoyo a los ingresos de Suecia y Finlandia en la Organización (9) y el respaldo al papel de los contingentes españoles en las misiones de dicho organismo (10).

En ninguno de los puntos mencionados se produjo la unidad de la izquierda. Sí se plasmó, uno a uno, la unidad del PSOE y el PP. El incremento de las contribuciones militares a Ucrania encontró el rechazo de Unidas Podemos, ERC, EH Bildu o Más País. Socialistas y populares lo doblegaron junto a Vox, Cs, PNV y PDeCAT. Las mismas correlaciones se fraguaron en las demás votaciones. UP, ERC y EH Bildu se abstuvieron sobre un próximo ingreso de Ucrania en la Unión Europea y sobre la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN. 

De hecho, este último punto es un espejo de lo que previsiblemente suceda el jueves, cuando el pleno deba pronunciarse sobre los convenios de adhesión. PSOE, PP, Vox, Cs, PDeCAT y PNV se expresaron a favor entonces; Unidas Podemos y los independentistas vascos y catalanes se abstuvieron.

Las ampliaciones de la OTAN han requerido siempre la autorización de las Cortes Generales, en virtud del artículo 94 de la Constitución. Desde la incorporación de España en 1982, ha sucedido así. El Parlamento se pronunció respecto de las expansiones de 1999, 2004, 2009, 2017 y 2020, cuando el pleno apoyó la anexión de Macedonia del Norte. La mayoría simple basta para dar salida al trámite.  

Con este paso, España se sumará al grupo de Estados de la OTAN que han completado el procedimiento, lo que han hecho ya Alemania, Francia, Italia o Reino Unido, entre otros.