Manifestación

La ANC aguanta el pulso a ERC en la Diada de la fractura

La Assemblea saca a la calle 150.000 personas, según la Guardia Urbana, y 700.000 según los organizadores | La entidad independentista exige elecciones si no hay avances hacia la independencia y defiende su lista cívica

La ANC aguanta el pulso a ERC en la Diada de la fractura.

La ANC aguanta el pulso a ERC en la Diada de la fractura.

Júlia Regué

Del blanco de Òmnium, al negro de la 

ANC

. De la ‘unidad’, a la ‘confrontación’. De la transversalidad, al unilateralismo. Y ERC, Junts y CUP, enfrentados. La 

Diada de este 2022

 ejemplifica la fractura entre (y en) la calle y las instituciones. La desorientación soberanista polariza las dos corrientes –el pragmatismo y el idealismo–, pero hay temor a que esta riña haga crecer una tercera: el populismo de la antipolítica. 

Los líderes de la ANC y Òmnium se estrenaban este Onze de Setembre. Dolors Feliu lidió con su primera gran ‘mani’ cumpliendo la expectativa que se marcó -alcanzar, como mínimo, el mismo número de manifestantes que el año anterior-, con la presión añadida de haber librado un pulso a

ERC

convocando contra los partidos y el Govern. Según la Guardia Urbana de Barcelona, acudieron a la cita 150.000 personas, mientras que los promotores contaron 700.000. En 2021, la policía municipal registró 108.000 y la ANC, 400.000.

La marcha arrancó en el cruce entre la avenida del Paral·lel y Drassanes con consignas a favor de la independencia. La ausencia de Pere Aragonès se contrarrestó a gritos de “Puigdemont, president”, al arranque y al final de la manifestación. Esquerra se desplegó en su propio acto, justo antes del comienzo de la manifestación, y, a tenor de los cánticos, pocos militantes de la fuerza política decidieron salirse del guion fijado por Aragonès y su cantera de ‘consellers’. Junts los llevó a todos y la CUP pasó desapercibida, centrándose en sus actos de partido.

Feliu, cifras en mano, no escatimó los dardos a los republicanos: "No más elecciones con proclamas y sin proyecto para la independencia [...] Si este Govern y este Parlament se ponen de espalda, hay gente para hacer una lista cívica para la independencia. Está en nuestras manos, hay que cambiar las reglas del juego", retó. El público respondió a gritos de "Govern, dimisión". "Hace falta fuego nuevo [...] La ANC pondrá todos sus medios para salir del inmovilismo. No más voto cautivo", continuó, para rematar exigiendo competición en las urnas. "Las opciones son claras: o hacemos la independencia o que convoquen elecciones".

La líder de la ANC cargó contra los que buscan "desmovilizar" y "se quedan en casa escondiéndose cuando la gente sale a la calle a pedir libertad". Aliñó la crítica reprochando los "falsos diálogos" y la relación con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, "aquel que saca pecho del 155". También se dirigió a Europa, en inglés, para exigir responsabilidades por el espionaje a políticos y activistas con el programa Pegasus.

Los manifestantes, de negro, exhibieron hartazgo y cabreo. Se repartieron carteles en los que se podía leer “botiflers”, “DUI o dimisión” o “ERC habéis perdido las calles”. "Sí, sí, todavía estamos aquí", clamaron. 

El 'consenso' de Òmnium

Òmnium Cultural sí juntó a la plana mayor del independentismo. Xavier Antich, con la camisa blanca que solía lucir Jordi Cuixart, solemnizó su mensaje en pro de la unidad rodeado de la junta de la entidad en la tarima. Pidió saber leer el nuevo ciclo y recetó una nueva dirección estratégica, otro ‘estado mayor’ con nuevos rostros, para avanzar hacia la independencia, con el fin de poder cerrar el círculo de 2017 y dejar atrás rencores y remordimientos. Pero, por la tarde, en su discurso en la manifestación anti-partidos, pidió “no buscar culpables” y “no confundirse de enemigo”. Y fue abucheado por ello. 

Es complejo calibrar quien ha ganado el pulso, pero lo cierto es que marca un punto de inflexión en el 'procés'. El manifiesto de la ANC, considerado “populismo” para destacados dirigentes soberanistas, provocó el descuelgue republicano, que lleva años alejado de las tesis de la ANC, cada vez más arrinconada en la unilateralidad y perdiendo peso ante Òmnium. El próximo termómetro: el quinto aniversario del 1-O.