Feijóo llevará el debate energético a la economía familiar: “En las casas no se habla de Scholz ni del Midcat”

El líder del PP se enfrentará por segunda vez al presidente del Gobierno en el Senado. Desde el salto a Madrid de Alberto Núñez Feijóo ambos líderes solo se han medido en una sesión de control (el 7 de junio). Este martes llegará un debate que Pedro Sánchez aceptó, aunque lo acotó estrictamente al asunto energético. Los populares pedían un duelo sobre política general, que ya se ha celebrado en otras ocasiones en la Cámara Alta, y no renunciarán a enfocarlo desde una óptica de economía doméstica.

En el partido de Feijóo dan por hecho que el objetivo de Sánchez pasa por exhibir su mejor perfil, el internacional, y vender los éxitos de negociaciones y relaciones europeas. El PP buscará retratar “los bandazos” en política exterior (especialmente con Marruecos y Argelia) que han terminado provocando una crisis de gran calado con Argel sin conocerse todavía los detalles del acuerdo que implicó un giro en la posición sobre el Sáhara en favor de Rabat. Y más allá de eso, explican en Génova, el objetivo será hablar de inflación.

A pesar de que el Gobierno considera que el líder conservador “no tiene una alternativa energética” y creen haber encontrado un punto débil para el dirigente gallego, que sigue en plena luna de miel con las encuestas, la posición del PP es de más comodidad tras el anuncio de bajar el IVA del gas al 5%, el mínimo que exige la Unión Europea. 

Los conservadores quedaron desconcertados al ver que Sánchez aceptaba el envite de Feijóo para debatir. Pero, después, al conocer que el líder de la oposición tendría un tiempo tan tasado (20 minutos en total) y que el Gobierno se rectificaba a sí mismo asumiendo propuestas de ADN popular (bajada de impuestos) la actitud cambió en Génova. “El que muestra debilidad es el presidente”, afirmaron.

“Si Sánchez quiere hablar de energía con precios de 400 euros el megavatio hora, nosotros no tenemos ningún problema”, aseguran en el entorno más cercano del presidente mientras preparan el discurso que Feijóo exhibirá en la Cámara Alta. 

Para el PP, el hecho de que el jefe del Ejecutivo haya entrado en el marco fiscal que afecta directamente al bolsillo de las familias “les llena de razón” para llevar el debate hacia la economía familiar y huir de la “política de alto vuelo”. “En las casas se habla de lo que cuesta hacer la compra y la vuelta al colegio de los niños. No del Midcat ni de la reunión de Sánchez con Scholz”, dicen desafiantes en Génova, convencidos de su estrategia de “llevar el debate a lo doméstico y a lo que entiende todo el mundo”. 

La posición de Feijóo será exactamente esa: los políticos deben hacer su trabajo en Europa y pelear por los intereses nacionales en el exterior, “pero no se puede tapar la gestión interna ni los problemas reales con las conversaciones energéticas entre potencias europeas”.

El principal reproche que hacen en el equipo de Feijóo es que hasta hace muy poco tiempo el Gobierno defendía que la situación en España “no sería tan grave” como en otros países, por ejemplo Alemania, por tener una menor dependencia del gas ruso. El plan de contingencia que la vicepresidenta Teresa Ribera debe enviar a Europa contemplará distintos escenarios, pero cabe la posibilidad de que muchas medidas no lleguen a implementarse.  De manera, insisten en Génova, “que no se entiende que ahora todo parezca un debate crucial en Europa mientras en España las preocupaciones son otras”.

Desde que asumió el liderazgo nacional del PP, Feijóo ha mantenido un perfil internacional bajo. De hecho, ha renunciado a cualquier gira exterior (más allá de algún encuentro puntual con el PP europeo) en sus primeros seis meses al frente del partido. Probablemente, a finales del otoño sea cuando empiece a madurar algún viaje significativo. Y en consonancia con quererse consolidar primero en España, Feijóo rehúye debates a gran escala y entiende que lo que toca es hablar de la subida de precios que asumen la mayoría de familias.