ENTRARÁ EN LA NEGOCIACIÓN

Feijóo pasa a la ofensiva energética para no desgastarse tras el no al decreto del Gobierno

Sin cumplirse una semana del no al decreto energético Feijóo avanza un plan propio y la voluntad del PP de negociar el plan de contingencia que debe enviarse a Bruselas

Aprovecharán la tramitación como proyecto de ley del decreto y la posible inclusión de enmiendas para pelear por sus exigencias

El objetivo es hacer ver una oposición con propuestas y no asumir el desgaste

Alberto Núñez Feijóo durante la rueda de prensa tras la reunión del Comité de Dirección del Partido Popular.

Alberto Núñez Feijóo durante la rueda de prensa tras la reunión del Comité de Dirección del Partido Popular. / JOSE LUIS ROCA

Paloma Esteban

Paloma Esteban

Pocos días después de votar en contra del decreto energético del Gobierno —la norma que incluyó las medidas de ahorro como regular la temperatura de los aires acondicionados o apagar los escaparates comerciales a partir de las diez de la noche, mezclada con otros asuntos como la gratuidad de los trenes de Cercanías— el PP trata de pasar a la ofensiva y recuperar la iniciativa con una propuesta. La formación conservadora está ultimando un plan propio (igual que hizo con el decreto anticrisis de medidas económicas) y lo presentará “en los próximos días”.

Alberto Núñez Feijóo desveló en una comparecencia este lunes en la sede nacional de Génova que será una propuesta de política energética integral, pero que también comprenderá un plan de ahorro “creíble” para el sector público y que la principal exigencia es que las medidas aprobadas que afectan a los sectores económicas sean “recomendaciones” y no “imposiciones”. A su juicio, aseguró, es la línea que defiende Europa e intentará que el Gobierno revierta esas obligaciones.

La posición de los populares para oponerse al decreto energético (Sánchez lo sacó con holgura apoyándose en la mayoría de su investidura y socios habituales) es que estaba plagado de “frivolidades” y no abordaba el debate energético en su conjunto. Pero la preocupación de que su no a un paquete que también incluía ayudas a estudiantes o la gratuidad de parte del transporte público es evidente y, por eso, el propio líder popular avanzó su disposición a negociar el plan de contingencia que el Gobierno debe llevar a Europa por si se producen realmente cortes de suministro de gas desde Rusia. Un escenario que cada vez parece más posible y para el que el resto de países europeos también se está preparando.

El PP quiere entrar en esta negociación y prueba de ello es la petición de una “reunión bilateral” más allá del encuentro previsto para este jueves entre la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y los grupos parlamentarios. El PP entiende que su peso como primera formación de la oposición debe traducirse en un encuentro directo y que no debe compartirlo con partidos minoritarios “de solo un diputado”.

Feijóo dejó claro que la hoja de ruta del nuevo curso político será el de una oposición “propositiva” con la que pretenden influir en las políticas del Gobierno, a pesar de que en realidad no se ha llegado a consumar un solo pacto de Estado entre los dos grandes partidos. El líder conservador reprochó muy duramente al presidente del Ejecutivo no haber contado con el PP para hablar “una sola decisión estratégica que afecte a España” y justificó haberse opuesto a decretos clave, precisamente, por no conocer el contenido de las normas antes de las votaciones. Con todo, en el PP recuerdan que el pasado jueves respaldaron al Gobierno en dos decretos (el relativo a los autónomos y el de las ayudas tras los incendios). 

ENTRAR EN LA NEGOCIACIÓN

Los detalles de la propuesta popular aún se desconocen. El líder conservador relató sin apenas información dos de las medidas. La de evitar “obligaciones” para empresas y, sobre todo, la necesidad de un plan de ahorro real que ayuntamientos, comunidades y Gobierno central puedan implementar. En el PP consideran “absurdas” medidas como fijar una temperatura máxima para aires acondicionados y calefacción u obligar a los comercios a apagar sus luces y escaparates mientras se siguen sucediendo episodios de derroche día a día. 

Por ejemplo, los populares creen que el foco debe ponerse en que no haya una sola luz encendida en las administraciones que no tengan gente trabajando dentro (con independencia de la hora que marque el reloj) o el hecho de que las luces funcionen en todas las plantas de aparcamientos de lugares como los aeropuertos aunque no haya coches en su interior. Son dos ejemplos que el propio Feijóo enumeró como “dispendio de gasto público” que debe cortarse de raíz. El principal partido de la oposición también insiste en medidas fiscales como la rebaja del IVA del gas (algo que ha implementado Alemania).

La otra pata del plan del PP pasa por asegurar que España utiliza “al máximo toda su capacidad energética” para ampliar las fuentes disponibles. Algo que permitiría abaratar el coste y aumentar al mismo tiempo la producción. La filosofía por la que apuestan en Génova es no cerrar ninguna puerta: alargar la vida útil de las centrales nucleares y el aprovechamiento de la energía hidráulica. “Hay que reformular la forma de producir y crear energía”, repiten en el cuartel general de los populares.

El hecho de que Feijóo se abra a negociar el plan de contingencia del Gobierno vuelve a situar al primer partido de la oposición en el tablero. Y, justamente, en el marco del compromiso del Ejecutivo con sus socios para tramitar como proyecto de ley el decreto de la semana pasada, lo que permitirá incorporar enmiendas. Los populares no descartan pelear por que alguna de sus exigencias pasen a estar en el plan definitivo. O, como mínimo, escenificar ese intento para evitar asumir el desgaste de que ni apoyan ni proponen alternativas.