ARAGÓN

40 años de la nueva política: la generación del Estatuto de Autonomía de Aragón

Conversación con cuatro aragoneses nacidos en 1982, el año en que se aprobó el primer Estatuto de Autonomía de Aragón

Sergio Melendo, Sara Castillero, Isabel Aparicio y Miguel Serrano nacieron en 1982, año en que se aprobó el Estatuto de Autonomía de Aragón.

Sergio Melendo, Sara Castillero, Isabel Aparicio y Miguel Serrano nacieron en 1982, año en que se aprobó el Estatuto de Autonomía de Aragón. / ANGEL DE CASTRO

Conrad Blásquiz

A Isabel, Miguel, Sara y Sergio les une haber nacido en 1982. El año del cambio que lideró la mayoría absoluta del PSOE de Felipe González. El año del Mundial de Fútbol de España en el que nada cambió y la selección cayó eliminada estrepitosamente. Y el año de la aprobación del primer Estatuto de Autonomía de Aragón, que supuso el cambio del centralismo franquista a una ilusionante autonomía, en aquel momento con muchas incógnitas y dudas.

EL PERIÓDICO DE ÁRAGÓN ha conversado con estos cuatro aragoneses que expresan en este reportaje cuáles son algunas de sus preocupaciones, principalmente relacionadas con la estabilidad laboral, y se muestran esperanzados con el futuro, a pesar de vivir momentos de "incertidumbre· por la crisis económica y la sombra del cambio que se avecina con la invasión rusa de Ucrania".

La Expo de Zaragoza y la pandemia serían los principales acontecimientos que, para ellos, han marcado a la Generación del Estatuto. La creación del autogobierno y la creación de Aragón Televisión son dos cuestiones que también serían, a su juicio, otros hitos destacados que ha vivido la comunidad en sus cuatro décadas de autonomía.

La cita tiene lugar a las puertas del Palacio de La Aljafería, la sede de las Cortes de Aragón. A la misma hora, los diputados celebran el último pleno antes de las vacaciones. La conversación entre los cuatro, junto al foso, en donde la institución recuerda los 40 años del Estatuto del 82, es distendida y sincera.

Es tan animada que pasa desapercibida la presencia de un grupo de turistas japoneses que pugnan por traspasar aquella barrera humana que les impide inmortalizar con sus cámaras el símbolo de cuatro décadas de autonomía. Los "jóvenes de 40" se retiran y tras las risas que provoca aquella escena, los rostros se tornan en preocupación cuando hablan del problema que más les preocupa: la estabilidad laboral.

Preocupación común

Miguel Serrano, politólogo, describe la situación: "Me preocupa la estabilidad en el empleo, consolidar un modo de vida y una familia. Hemos perdido la seguridad económica respecto a generaciones anteriores. Estamos consumiendo años pero no etapas vitales, que van más despacio que los años". El resto asiente al oír esas palabras.

Isabel Aparicio, realizadora de cine cuyo documental 'Ansó: rasmia, funcias y muita histori' acaba de ser galardonado con dos premios Simón, se suma: "Tengo la sensación de estar nadando contracorriente desde los 18 años. No llego a cubrir las etapas. Siempre he hecho lo que se me ha dicho y todavía estoy a la espera de conseguir lo que se me prometió. Mi situación laboral no puede ser más precaria. Creo que he tenido 20 trabajos distintos y en ninguno, un contrato que reflejara las horas reales que he hecho. Todos han estado infrapagados".

Sara Castillero, presidenta de la Asociación de Periodistas de Aragón y decana del Colegio de Periodistas, sostiene, además, que la mujer todavía tiene más difícil que el hombre poder avanzar profesionalmente. "Hemos vivido varias crisis y no tenemos la sensación de estabilidad de nuestros padres. El trabajo para toda la vida nunca volverá. Además, a los 40 te has tenido que plantear si quieres ser madre o no. Es un momento decisivo porque la biología es la que es. Y la situación laboral no es para nada estable. Todavía existe el techo de cristal. Hemos avanzado mucho, pero nos queda también mucho por recorrer".

Y Sergio Melendo, periodista deportivo de Aragón Televisión, dibuja cuál es a su juicio el momento complejo por el que atraviesa la generación del Estatuto: "Somos una generación que estamos a medio camino de todos los cambios que se producen. El mundo de la generación que viene por detrás no es el nuestro. No entiende qué es un empleo estable y tampoco lo busca. No tiene el mismo sentido de propiedad de las cosas. Esa generación nos queda lejos, pero la siguiente a la nuestra también nos queda lejos. Nos toca lidiar con esa incertidumbre. Creo que nuestra generación está en tierra de nadie".