Las aduanas argelinas piden a su Gobierno aclaraciones sobre la situación comercial con España

La situación real del comercio entre España y Argelia es confusa, también para los servicios de aduanas del país magrebí. Cinco semanas después de que Argel ordenara suspender el Tratado de Amistad y el comercio exterior con España, funcionarios de aduanas argelinos han pedido explicaciones al Gobierno Abdelmadjid Tebboune sobre cómo aplicar estas penalizaciones, según una noticia del diario digital argelino TSA titulada "Comercio España-Argelia: la confusión persiste". "Una situación que pone en un limbo total a las empresas argelinas que tienen vínculos económicos con España", se lee en el medio en francés.

El documento, del 23 de junio, informa de las "dificultades" encontradas "sobre la interpretación y aplicación de una nota del Ministerio de Hacienda relativa a la suspensión inmediata del Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con España". Según las fuentes citadas por TSA en su nota del sábado, la Aduana argelina aún no ha recibido respuesta del Gobierno sobre los términos de aplicación de la medida. "Aún no disponen de los términos de aplicación que tienen que ver con la aplicación de la medida relativa a la suspensión del Tratado de Amistad con España en su apartado comercial".

Cita en particular el caso de productos que hayan sido "sujetos a domiciliación o expedición" a Argelia antes de la fecha de suspensión del Tratado de Amistad, productos de origen español pero de países distintos de España y los procedentes de España pero con origen de países distintos de España .

Secretismo en España

La información sobre la situación comercial entre España y Argelia también escasea. La Comisión Europea y el Ministerio de Exteriores, consultados por este diario, rechazan dar cualquier tipo de actualización sobre los pasos que se están dando o la gravedad del impacto de la crisis comercial. Bruselas se remite a un comunicado emitido hace cinco semanas, cuando comenzó el conflicto. El ministerio que dirige José Manuel Albares asegura que el tema comercial es cuestión europea y que hay un tratado de la UE con Argelia.

Tampoco da datos actualizados la Secretaría de Estado de Comercio, como el número de incidencias reportadas o la tipología de los problemas con los que se están encontrando los empresarios españoles. Se remite este organismo a las palabras en el Congreso de los Diputados de su titular, Xiana Margarida, el pasado 29 de junio. En ella, dedicó cinco minutos de las dos horas de comparecencia a hablar de Argelia y del impacto que está teniendo en los exportadores españoles. El resumen no fue halagüeño: “Hemos visto una paralización prácticamente total de las operaciones de comercio exterior con Argelia”, dijo.

Sustitución del ministro de Hacienda

El pasado jueves, el presidente argelino Tebboune nombró a Brahim Djamel Kessali nuevo ministro de Finanzas, en sustitución del Abderrahman Raouya. Este fue destituido en el momento álgido del conflicto diplomático con España. Aunque no se dieron explicaciones, su expulsión llegó a los pocos días de la reprimenda europea a Argelia por haber decidido congelar las transacciones financieras relacionadas con las exportaciones e importaciones españolas. Del Ministerio de Finanzas depende la Asociación Profesional de Bancos y Establecimientos Financieros (ABEF) que el pasado 8 de junio ordenó la congelación "inmediata" de las domiciliaciones bancarias relacionadas con las operaciones de comercio exterior de productos y servicios desde y hacia España. 

El conflicto diplomático entre Argelia y España comenzó con la decisión de Pedro Sánchez de apoyar el plan autonomista de Marruecos para el Sáhara Occidental. Argelia acoge a refugiados saharauis después de que Marruecos tomara esa zona costera africana con la Marcha Verde en 1975. El 8 de junio, después de una comparecencia de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados para explicar su cambio de postura, Argelia anunció la suspensión del Acuerdo de Amistad y Buena Voluntad firmado con España en 2002 (entonces gobernada por José María Aznar y en plena crisis con Marruecos).