PERFIL

Adriana Lastra: lealtad hasta en el paso atrás

La asturiana ha sido uno de los pilares de Pedro Sánchez; ahora, cuando el ruido interno sacude al PSOE, se aparta para centrarse en su embarazo

Adriana Lastra.

Adriana Lastra.

Vicente Montes

La riosellana Adriana Lastra, de 43 años, ha dado un paso atrás en su carrera política, que la ha colocado como uno de los principales referentes del socialismo sanchista. La mujer que rescató a Pedro Sánchez tras su caída y que más le animó para que recuperase el poder en el partido, se aparta ahora cuando el ruido interno la salpica, pero también centrada en lo más importante para ella: su vida personal y su embarazo. La hasta ahora vicesecretaria general del PSOE, apenas se la ha visto en actividades públicas. No acudió al debate en el

Congreso del Estado

de la nación y tampoco a la Fiesta de la Rosa que los socialistas leoneses organizaron el pasado sábado, pese a que ella había confirmado su asistencia.

En todos los cambios y ajustes que hasta ahora Pedro Sánchez ha realizado en el partido, Adriana Lastra siempre mantuvo su papel pese a la caída de otros dirigentes. Ahora, justo cuando Sánchez se replanteaba cambios en el PSOE tras los malos resultados en las elecciones andaluzas y para recuperar el pulso electoral, Lastra da un paso atrás, facilita cualquier cambio interno y resuelve las tensiones que se habían producido en la cúpula de Ferraz por los últimos revolcones en las urnas en Castilla y León y Andalucía.

Dicen en el PSOE asturiano que si alguien quiere foguearse en el difícil arte de tener controlado el partido y ser consciente de su peso debería pasar por la FSA, una de las federaciones que históricamente más ha mantenido vivo el pulso político interno. Adriana Lastra aprendió en la secretaría de Política Municipal del partido en Asturias cómo apagar fuegos y llegar a acuerdos. Ejerció con lealtad a Javier Fernández y su equipo ese aprendizaje, sostienen quienes la conocieron en todas las etapas, pero hasta cierto momento: supo también cuándo sus convicciones debían estar por encima de esas lealtades. “En el fondo, cuando ella dio el paso de apostar por Pedro Sánchez pese a que tenía todos los vientos en contra lo hizo convencida de que era lo que el partido necesitaba. Y lo hizo aunque su posición en el aparato en Asturias podría haberle permitido permanecer cómoda : es decir, pensaba en el partido en todo momento, incluso contra lo que podría parecer más adecuado de manera egoísta”, asegura una de las personas más próximas en Asturias a la vicesecretaria general del PSOE. En la última reorganización interna del partido y del Gobierno que llevó a cabo Sánchez, Adriana Lastra mantuvo el mando. Y Sánchez se lo confirmó en el último congreso federal. Ya entonces, en el entorno de la asturiana señalaban un argumento que ella vuelve a recalcar en este paso atrás. “Pase lo que pase, su convicción de que el partido está por encima la hará aceptar lo que sea mejor para el PSOE”, sostenía un dirigente asturiano entonces.

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