POLÍTICA

El entorno de Yolanda Díaz ve la última campaña de Iglesias como un intento de dañarla

En la misma semana que se lanzaba Sumar, el exlíder de Podemos relega el protagonismo de Yolanda Díaz y le obliga a tomar una difícil decisión sobre su presencia en medios de comunicación

Yolanda Díaz

Yolanda Díaz / EFE

Pablo Iglesias y Podemos abren fuego contra los medios y Yolanda Díaz resulta ser una de las principales damnificadas. El exvicepresidente de Gobierno y el partido han lanzado a la par una campaña en los últimos días cuestionando la presencia de personas de izquierda en La Sexta después de verter duras acusaciones contra el presentador Antonio García Ferreras. Una campaña que, creen en el entorno de la vicepresidenta del Gobierno, no ha sido impulsada de manera casual y estaría también dirigida a desgastar su proyecto nacional, que se estrenó en la misma semana en que salieron las informaciones.

La primera noticia sobre este asunto, por la que el excomisario José Manuel Villarejo avisaba de una supuesta información sobre Pablo Iglesias en 2017 a la exministra María Dolores de Cospedal, salió en El País el pasado jueves 7 de julio, un día antes del primer acto de Sumar. Uno de los principales reproches que hizo Podemos poco después del estreno fue precisamente que la vicepresidenta no ofreciera condena alguna sobre lo ocurrido cinco años atrás. El episodio afectaba al partido del que Díaz ha tratado de desligarse en su nueva etapa política, y Podemos volvía a ser protagonista en una semana donde la vicepresidenta debía ser la figura indiscutible de la izquierda.

Un día después del acto, se publicó una nueva información relativa también al excomisario y Podemos, esta vez en un medio de nueva creación, Crónica Libre, dirigido por Patricia López, experiodista de Público. En esa información se desvelaba una conversación entre Villarejo y García Ferreras sobre una presunta cuenta de Iglesias en las islas Granadinas que en realidad nunca existió. El audio original habría sido filtrado días antes por el influencer derechista Alvise Pérez, apuntan con intención fuentes cercanas a Díaz. Sin embargo el asunto se reverdeció precisamente en la semana en que la vicepresidenta se lanzaba en solitario. 

“Eduardo, esto es muy serio, yo voy con ello, pero esto es muy delicado y es demasiado burdo”, fue una de las frases de presentador, en referencia a la información inicialmente publicada por el periódico de Eduardo Inda. Iglesias y Podemos hicieron una interpretación del textual para asegurar que el periodista publicó informaciones falsas a sabiendas de que lo eran, aunque el interesado ha defendido que la conversación fue posterior a que saliera la noticia. Alegaba además que contaron con la versión del propio Iglesias, que llegó a intervenir para defenderse en el mismo programa al que ahora pide al resto no acudir.

"Claro que nos parecía extraño y hasta burdo, y así lo decíamos, pero la Policía decía que tenía ese papel y que lo estaba investigando. Lo dimos citando al medio y por eso llamamos de inmediato, en ese mismo programa, a Iglesias", precisó Ferreras el lunes, el primer día de programa después de que salieran estas informaciones -y después de que se lanzase Sumar-. "Mienten cuando dicen que dimos una información falsa sabiendo que lo era. Eso es mentira”, zanjaba el presentador. La reacción de Iglesias a todo este asunto fue cargar contra el presentador, contra la cadena por mantenerlo, contra los tertulianos por asistir, y al mismo tiempo reclamar ser invitado. "Por dignidad periodística me deberías dejar entrar hoy en Al Rojo Vivo Ferreras. Acabas de decir que mentimos. Danos la palabra si tienes dignidad", exigía el exvicepresidente en Twitter.

Nuevo protagonismo de Podemos

Desde entonces, el fundador de Podemos ha lanzado un claro discurso contra el periodista, contra el programa -Al Rojo Vivo-, contra la cadena -La Sexta- y contra la presencia de tertulianos en este espacio, y alentando una campaña en redes que estos días también han sufrido los colaboradores de este espacio, por la que muchos de ellos se han visto esta semana ferozmente atacados. 

Esta campaña lanzada por Iglesias a través de sus distintos altavoces mediáticos -y en especial La Base, programa de Público que dirige- se percibe como una nueva exhibición de influencia del exlíder del partido, que ha querido mostrar su capacidad para condicionar la agenda mediática pese a haber abandonado, al menos sobre el papel, la política activa. Y un mensaje que podría advertirse como un aviso del papel hegemónico que aún ostenta Podemos, que mantiene fuertes tensiones con la vicepresidenta segunda del Gobierno, y sobre el que Iglesias aún tiene el control. 

El malestar en Podemos aumentó en los días previos al lanzamiento de la plataforma; la dirigente había pedido que fueran cuadros de los partidos, pero no sus caras más visibles, y la petición no sentó bien en la cúpula morada, que decidió vetar la presencia de cargos públicos en el acto y se esforzó por limitar al máximo la presencia de sus cuadros en este encuentro. Los nervios están a flor de piel en Podemos, donde se sienten amenazados por la posibilidad de convertirse en un actor más en una futura candidatura, perdiendo protagonismo y poder.

Es por ello que tratan de evitar cualquier apoyo que pudiera ser interpretada como una cesión. La formación no mostró entusiasmo alguno por el lanzamiento de Sumar, y en la primera intervención pública de su secretaria general, Ione Belarra, ignoró por completo la convocatoria, que había reunido a más de 5.000 asistentes, para destacar como “la mejor ministra” a Irene Montero. Algunos dirigentes territoriales de Asturias o Aragón han sido represaliados por haber mostrado su apoyo a la vicepresidenta segunda del Gobierno. Y es que los morados no quieren darle gratis ningún apoyo a la vicepresidenta, con la idea de cobrarse cualquier respaldo más adelante. La reflexión es que cuanto más débil esté Yolanda Díaz y más fuerte Podemos, más se podrá imponer el partido cuando llegue la negociación de las listas. Y no hay nada mejor para debilitar a un dirigente que una estrategia de desgaste. Mientras tanto, Iglesias sigue haciendo visible su peso dentro de Podemos y en el ala morada del Gobierno, con la idea de su vuelta sobrevolando algunos círculos.

A la estrategia de desgaste contra Díaz se suma ahora la nueva campaña emprendida por el partido contra La Sexta y contra todos los que acudan a la cadena. Una campaña que se ha interpretado también en clave destructiva contra la vicepresidenta. “Va contra ella”, aseguran algunas voces volcadas en el proyecto Sumar. La polémica, y su coincidencia con el lanzamiento de su plataforma, es interpretada como una forma de tratar de dañar a la política gallega, reduciendo sus espacios mediáticos, restándole protagonismo y obligándole a posicionarse sobre un asunto donde Podemos -esa fuerza que quiere diluir en su candidatura- tiene un papel principal. 

El periódico de Podemos, La Última Hora, dirigido por la exdiputada madrileña Dina Bousselham y donde escriben ex trabajadores y ex cargos del partido, fue uno de los que inició las críticas contra Yolanda Díaz; un episodio sintomático, puesto que en esas páginas dan voz a los argumentarios que manejan dentro de la formación. En un artículo publicado el pasado sábado criticaban que no se hubiera pronunciado sobre este asunto, insinuando la connivencia de la dirigente con el periodista por haber acudido a su programa para dar los detalles de su estreno. “Silencio también en Sumar, el proyecto político arrancó el pasado viernes en Matadero Madrid, fecha y lugar que en su día fueron anunciados en primicia precisamente por Ferreras en 'Al Rojo Vivo', el programa diario que el periodista conduce en laSexta”. Poco después, Díaz se pronunció sobre estas informaciones, advirtiendo de que eran “de una gravedad extrema. No solo deteriora a una organización política, deteriora a la democracia."

"Mucha gente a la izquierda del PSOE que no ha dicho esta boca es mía (...) porque entienden qué expectativas electorales tengo yo si Ferreras no me lleva dos veces a la semana a un dúplex o si la gente de La Sexta no me diseña una escaleta buena en los telediarios", aseguraba Iglesias el lunes en Rac1, en referencia velada a la vicepresidenta segunda del Gobierno.

Sin escaparate mediático

Pero Yolanda Díaz no sólo se ve afectada en términos de política doméstica de la izquierda; quizá el ámbito donde más estragos puede sufrir es en el mediático. El nuevo marco creado por Iglesias, por el que es censurable acudir a ciertos espacios televisivos de actualidad dirigidos a gran audiencia, obliga a la gallega a tomar una decisión sobre si renunciar a ir, al menos de manera temporal, a estos espacios tan cuestionados por los morados, o si continuar asistiendo, asumiendo así el posible desgaste que conlleva la reprobación de una parte de su electorado. No hay opción buena.

Siguiendo la hipótesis de Iglesias, por la que no se debe acudir, la vicepresidenta segunda quedaría huérfana de un gran escaparate cuando más lo necesita, en los primeros pasos de su proyecto. Un escaparate por cierto del que sí gozó Iglesias en sus inicios, cuando comenzó su andadura como tertuliano en programas de derechas para dar el salto después a las grandes cadenas, siendo La Sexta una de las que más visibilidad le han otorgado.

Y es que hace nueve años, cuando Iglesias era definido como “un tertuliano de izquierdas”, defendía su presencia en tertulias por encima de cualquier circunstancia, al considerar este formato como “los espacios de combate político más poderosos”. “La clave de las tertulias es que son los espacios de combate político más poderosos. Es más importante lo que se discute en las tertulias que lo que se discute en el Parlamento. La mayoría de la gente forma sus opiniones a partir de lo que escucha en la televisión. Hay intelectuales de izquierda que adoptan posturas más puristas, fuera de los marcos establecidos, y defienden que uno no debe rebajarse a participar en espacios televisivos que, por otra parte, tienen mucho de circo.”, defendía Iglesias en un artículo en El Confidencial en 2013, cuando su figura pública se estaba viendo impulsada por los medios de comunicación. 

Sólo hacía seis meses que se había estrenado en un plató a nivel nacional -en Intereconomía- y ya era un habitual en las principales cadenas. El dirigente, que entonces se presentaba como profesor de la Universidad Complutense e impulsor de iniciativas como Rodea el Congreso, defendía que la necesidad de estar en estos espacios de debate más allá de cualquier otra consideración, más allá incluso de los personajes con los que compartir mesa. “No tengo ningún problema en defender mis ideas delante de cualquiera, aunque sea un cinco contra uno, fuera de casa y en un formato poco favorable. Hay que arriesgar, aunque no marques las reglas del juego. La alternativa es no estar y, para mí, debemos seguir haciendo política”, defendía entonces Iglesias.

En los últimos días Iglesias ha dedicado varios espacios a lo que ha bautizado como Ferrerasgate y en su programa La Base abordó este asunto extensamente. Entrevistó por este motivo al director de Radiocable, Fernando Berlín, que también le lanzó un recordatorio sobre su falta de reticencias a la hora de sentarse en tertulias junto a figuras que él consideraba cuestionables. "También vosotros fuisteis objeto de un extraordinario impulso en los medios de comunicación”, advertía, en referencia a Podemos. “Quiero recordar, que tú y yo tenemos memoria, en fin, que yo me levanté de una tertulia después de un gran enfrentamiento con Eduardo Inda", relataba, a lo que Iglesias respondía un "lo recuerdo". "Decidí que no volvía a esa tertulia -continuó-, y la persona que me sustituyó fuiste tú. Yo había decidido que en esos términos, no, y a ti te pareció que en esos momentos era cómodo, era confortable y era aceptable".