Opinión | POLÍTICA

¿El antiautonomismo contra Vox?

Es posible que el menosprecio del partido de extrema derecha a las autonomías le haya pasado factura en las elecciones andaluzas

Abascal y Olona en un mitin de la campaña andaluza.

Abascal y Olona en un mitin de la campaña andaluza. / RAFAEL MADERO.

Macarena Olona ha convertido los 12 escaños y 396.607 votos (10,9%) que Vox logró en 2018 en 14 diputados y 493.932 sufragios (13,4%). Pero ello ha sido visto como un fracaso por la alta expectativa de voto (Santiago Abascal esperaba 26 escaños) y su irrelevancia para que el PP forme Gobierno. Las causas de este resultado son diversas, pero es posible que su antiautonomismo le haya pasado factura. Como es sabido, Vox rechaza el Estado autonómico ("el chiringuito de los 17 estaditos", según Abascal) y quiere crear otro unitario de "un solo Gobierno y un solo Parlamento".

Previamente desea devolver "de forma inmediata al Estado las competencias de educación, sanidad, seguridad y justicia" y limitar al máximo "la capacidad legislativa autonómica". Esta apuesta ha hecho que sus candidatos autonómicos no parezcan muy preocupados por el funcionamiento de las comunidades.

Así, su único diputado electo en 2019 en Castilla y León, Jesús García Conde, no supo contestar cuando se le preguntó cómo abordaría la "ideología de género" y la "unidad de España" desde la Cámara regional. Igualmente, en los comicios catalanes de 2021 el candidato de Vox, Ignacio Garriga, creía que el presupuesto de la Generalitat era de 27 millones de euros cuando es de 30.000, lo que no le impidió obtener 11 escaños (7,6%).

A la vez, su candidato en Castilla y León en 2022, Juan García-Gallardo, al lograr un resultado decisivo para que el PP formase Gobierno (13 diputados, 17,6%), negoció un recorte de estructuras y presupuestos, y también una vicepresidencia sin cartera en un Ejecutivo de coalición. Su sueldo supera al del presidente y ha nombrado tres altos cargos (uno de nuevo cuño: director de gabinete). La prensa ha señalado que este Gobierno ha aumentado la cifra y el presupuesto de altos cargos, pero Vox afirma que los últimos se han reducido un 20%. Por ahora, no parece que la formación perciba a la autonomía castellano-leonesa como una grave disfunción del Estado, pese a clamar contra los “estaditos”.

En este marco, posiblemente Olona ha reflejado este menosprecio del partido hacia las autonomías, unida a su creencia en la fuerza de la marca y el poder de convocatoria de su cúpula. De ahí que esta, en lugar de buscar un liderazgo local con tirón, haya empadronado como candidata a una de sus integrantes en Salobreña, lo que ha reforzado su perfil de “paracaidista”. Dado su rechazo al andalucismo político (Abascal tildó a su fundador, Blas Infante, de "pobre hombre"), Vox solo puede abanderar un regionalismo estereotipado, lo que explica el desfile de abanicos y trajes típicos de Olona.

Así las cosas, viendo que el nuevo líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, aludió a la "nacionalidad catalana" sin complejos y que el vencedor de los comicios, Juan Manuel Moreno Bonilla, ha hecho gala de un andalucismo discreto, cabe pensar que en el progreso acotado Vox refleje que su parroquia antiautonomista esté tocando techo. Al fin y al cabo, tras 40 años de existencia, la España autonómica goza de una mala salud de hierro.