REUNIÓN EN MONCLOA ENTRE BOLAÑOS Y VILAGRÀ

El Gobierno retoma el diálogo institucional con la Generalitat tras la crisis por 'Pegasus' 

Sánchez trata de reconducir las relaciones con ERC con un encuentro mañana en la Moncloa entre el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y la consellera de este área en Cataluña, Laura Vilagrà

En pleno incendio político en el PSOE por el batacazo electoral en Andalucía, el presidente optar por recuperar los lazos con la Generalitat

Félix Bolaños.

Félix Bolaños. / EFE

Con las cenizas aún ardiendo por el incendio político que la mayoría absoluta del PP en Andalucía ha supuesto para el PSOE, el Gobierno ha decido alejarse de ese fuego y explorar otros caminos. Tras semanas de mucha tensión con ERC por el espionaje a cargos independentistas, en los que los republicanos han abandonado en votaciones importantes en el Congreso al Ejecutivo, Pedro Sánchez opta por intentar reconducir la relación con uno de los sus más destacados socios parlamentarios. 

Este miércoles a las 16.00 horas el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, recibirá en la sede del Ministerio, en el complejo de La Moncloa, a la consellera Laura Vilagrà, responsable de este mismo área en el Govern. Inicialmente, cuando trascendió la investigación de la organización Citizen Labs, en la que se que apuntaba que hasta 60 cargos independentistas habían sido espiados con el 'software' Pegasus, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, reclamó una reunión con el jefe del Ejecutivo. Ese encuentro no llegó a producirse. Sánchez decidió primero enviar a Bolaños, precisamente para ver a Vilagrà, y tratar de evitar la crisis. En esa entrevista el ministro ya sugirió que detrás de parte de esas escuchas podría estar el CNI, al plantear una investigación interna en el Centro Nacional de Inteligencia para conocer qué había pasado. 

Esta hipótesis se confirmó unos días después con la comparecencia en el Congreso, en la comisión de secretos oficiales, de la jefe de la Inteligencia. Paz Esteban que reconoció el espionaje con aval del Tribunal Supremo a 18 personas dirigentes separatistas, entre los que se encontraba el propio Aragonès. Apenas una semana después, el Consejo de Ministros aprobaba su destitución, justificada por un nuevo escándalo en la política española: los ataques y el robo de información al teléfono del presidente del Gobierno y otros ministros por parte de un "agente externo", que se conoció porque Moncloa decidió revisar sus móviles a raíz de las primeras noticias en The New Yorker de las escuchas masivas al independentismo. 

EL DÉFICIT DE INVERSIÓN

El cese de la directora del CNI permitió al Ejecutivo depurar responsabilidades por este fallo de seguridad pero a la vez satisfacer e intentar congraciarse con ERC. Durante semanas parecía que no había servido de nada. Aragonès continuaba exigiendo al presidente más medidas y como muestra del enfriamiento de las relaciones, los republicanos votaron en contra del decreto de medidas anticrisis, que incluye la bonificación de la gasolina, a pesar de que días antes se habían mostrado favorables a apoyarlo. 

Pero el 'caso Pegasus' se ha ido apagando y ERC ha redirigido sus críticas al déficit inversor en Cataluña, justo cuando acaba de comenzar el proceso de elaboración de los presupuestos. Su secretaria general adjunta y portavoz, Marta Vilalta, advirtió la semana pasada que ahora mismo los republicanos no prevén negociar ni apoyar las cuentas de 2023: "Si no hay confianza, no puede haber nuevos acuerdos". En sus declaraciones no hizo ninguna mención al espionaje y se limitó a apuntar que se han incumplido los compromisos a los que se ha llegado con ERC en años anteriores. Según las cifras de ejecución presupuestaria las inversiones en Cataluña se limitaron a un 35,77% mientras que en Madrid se dispararon al 183,97%, casi el doble de lo previsto.

En este contexto se produce la recuperación del diálogo con la Generalitat. Como publicó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA en el grupo socialista empezaban a ver muy difícil poder contar con ERC para los presupuestos y preveían en centrarse en buscar el respaldo de EH Bildu y las formaciones más pequeñas, de un solo diputado, que ya permitieron salvar el decreto de la gasolina. 

¿CARPETAZO A ANDALUCÍA?

La reunión entre Bolaños y Vilagrà abre una ventana de oportunidad, aunque es complicado aventurar aún hacia donde conduce. En principio permite al Gobierno introducir otro asunto en la agenda y obviar todo el terremoto interno que han provocado la hecatombe electoral en Andalucía, la petición de parte del PSOE de una remodelación a medio plazo del Ejecutivo para encarar con más garantías las elecciones autonómicas, municipales y generales y la exigencia de los propios barones socialistas de un revulsivo porque la Moncloa "no rentabiliza" su gestión ni sus políticas sociales. 

 Recomponer la comunicación con ERC permitiría al PSOE afrontar sin tanto sufrimiento las votaciones en la Cámara, algunas de ellas salvadas por los pelos. Pero esta reconciliación incide en uno de los motivos que muchos destacados cargos socialistas consideran que erosiona al Ejecutivo: la constante exhibición de la dependencia de ERC y de EH Bildu.