CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

La máquina de hacer leyes del PSOE no para, pero tampoco alivia el malestar de 230 diputados

El PSOE, junto a su principal socio, Unidas Podemos, y a pesar de las muchas diferencias, ha logrado impulsar este jueves seis propuestas legislativas y un convenio muy sensible, el de las trabajadoras/es del hogar

Además, tres dictámenes quedan listos para ir a pleno tras densos trabajos en sus respectivas comisiones

Pese a todo, izquierda y derecha siguen molestos por cómo está afrontando las negociaciones el Gobierno

Pedro Sánchez.

Pedro Sánchez. / JOSE LUIS ROCA

Ángel Alonso Giménez

El Congreso es ahora mismo un lugar en el que conviven 120 diputados del PSOE con 230 de todos los demás grupos. No es una relación mal avenida, pues está permitiendo que el ritmo legislativo sea de los más altos que se recuerdan, pero es una relación conflictiva porque, a pesar de la circulación tan densa de decretos y leyes, reinan el malestar, la desconfianza y el recelo.

La sesión de este jueves del pleno ha sido un ejemplo. Se han debatido y votado tres dictámenes, las enmiendas de una norma proveniente del Senado, una derivada de ésta convertida en ley orgánica; una convalidación sobre la "excepción ibérica" energética y un convenio sobre las trabajadoras del hogar. Todo ha continuado su proceso, ha sido avalado o ha quedado listo para la entrada en vigor, incluida la ley de los planes públicos de pensiones, que ha protagonizado el desenlace más emocionante porque no ha muerto en la orilla del pleno por muy poco (172 síes y 164 noes) y tras un supuesto acuerdo (desmentido por el Ministerio de Inclusión) del PSOE con Unidas Podemos para acabar con los topes de las bases máximas de cotización. Sin embargo, los reproches, en público y en privado, no cesan.

En definitiva, seis iniciativas legislativas siguen su curso, lo que no es un bagaje como para tomárselo a la ligera. El Congreso está con una productividad alta, aunque también con un estrés y una tensión que no tiene precedentes.

Pedro Sánchez, junto a Félix Bolaños en el Congreso de los Diputados.

Pedro Sánchez, junto a Félix Bolaños en el Congreso de los Diputados. / epe

Los planes de pensiones como espejo

Sí, ha habido legislaturas más parecidas a una película de la factoría Marvel, pero la que está en curso, la XIV, se lleva la palma. Es así porque hay cifra máxima de grupos, diez, y una veintena de formaciones con libertad para determinar su posición propia. Por ejemplo, el Grupo Plural, que componen JxCat (4 escaños), PDeCAT (4), Más País (2), Compromìs (1) y BNG (1), doce votos entre todos/as. El PSOE, principalmente el PSOE, ha de negociar con cada uno por separado porque no hay dirección unitaria. Lo que quiera hacer JxCat es una cosa y lo que quiera hacer el BNG, por ejemplo, otra.

Entonces llega la ley de los planes públicos de pensiones. Hace un par de meses, el pleno debatió la totalidad de la norma, es decir, su devolución o no. La tramitación continuó porque a la mayoría interesó negociar el contenido en la Comisión de Trabajo, Inclusión y Seguridad Social, que es en donde recaló. Tras unas semanas en el limbo, el Gobierno metió el turbo y comunicó a la Mesa su deseo de tramitación rápida. El Departamento de José Luis Escrivá quiso hacerla un trámite tan fugaz que la oposición se rebeló en bloque. Aun y así, fue un procedimiento acelerado, pero plagado de riesgos, ya que por el lado izquierdo el PSOE no encontró apoyos, ni siquiera, en principio, en Unidas Podemos. Por el derecho no vio los suficientes. Aunque Inclusión aceptó planteamientos parciales del PP y de Cs en incentivos fiscales a las empresas para favorecer los planes de ahorro de sus trabajadores, los populares se desmarcaron, no así los liberales.

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, interviene en una rueda de prensa en la sede ministerial, a 21 de abril de 2022, en Madrid (España).

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, interviene en una rueda de prensa en la sede ministerial, a 21 de abril de 2022, en Madrid (España). / epe

La sesión de la Comisión que dio el visto bueno al dictamen, hace siete días, terminó con la abstención de EH Bildu tras una negociación que resolvió el aumento de las pensiones no contributivas, las más bajas. La decisión de la izquierda abertzale despejó el panorama en gran medida. Sin embargo, un error del PSOE en la votación de unas enmiendas de Unidas Podemos, que fueron en bloque pero que pensó que iban por separado, añadió intriga y misterio. Los socialistas incluyeron por equivocación en el dictamen la supresión de los topes a las cotizaciones máximas y se vieron obligados a registrar votos particulares contra ese punto del texto.

En la sesión del jueves, en el pleno, ha contado con el apoyo del PP (y otros grupos, incluido Unidas) para extraer el precepto, pero sólo para esto. Para aprobar la ley en términos generales no lo ha logrado, y al no concitar tampoco el visto bueno de la izquierda nacionalista, ha tenido que volcarse con Cs, PNV, PDeCAT, EH Bildu... Y con Unidas Podemos, al que habría arrancado un pacto sobre cotizaciones máximas.

Lío hasta en comisiones

La ley de los planes de pensiones ha representado fielmente el drama político en que se ha convertido el Congreso. La semana que viene la Cámara quedará desierta porque, como es costumbre, antes de unas elecciones (las de Andalucía) se suspende prácticamente toda la actividad. Pero, al margen de ese oasis temporal, el ritmo legislativo de mayo y junio ha sido muy alto y se prevé que lo sea durante la segunda quincena del mes.

Este jueves, el pleno ha enviado al Senado la modificación del Código Penal para endurecer los castigos por imprudencia en la conducción de vehículos a motor y ciclomotor y la reforma de la ley electoral para implantar un nuevo modelo de votación para los españoles residentes en el exterior. Además del proyecto de ley de los planes de pensiones, otra medida rumbo al Senado, ha convalidado el decreto que reduce el precio de la electricidad en el mercado mayorista, el de la excepción ibérica. Por último, ha terminado con la ley de telecomunicaciones, que en breve se publicará en el Boletín Oficial del Estado y entrará en vigor.

La enumeración muestra una densidad legislativa fértil, pero ha habido más. En las respectivas comisiones, el Congreso ha ultimado los dictámenes de las futuras leyes de ciencia, de acceso a información financiera para combatir el crimen organizado y el terrorismo, y la de transparencia. Ninguno de los tres procesos ha acaparado portadas en los medios ni ha discurrido por programas de televisión, pero eso no significa que no hayan tenido miga política. La han tenido.

Meritxell Batet, presidenta del Congreso.

Meritxell Batet, presidenta del Congreso. / EFE

Una fuente parlamentaria presente en la Comisión de Ciencia ha explicado a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA que durante la sesión de este miércoles PSOE y Unidas Podemos han ido por separado en numerosas enmiendas, hasta el punto, reseña, de que los socialistas han tenido que hacer pinza con el PP y con Vox para tumbar algunas de las peticiones de su socio de coalición. Los populares, debido a este juego, han conseguido una de sus propuestas más destacadas: que el personal investigador de los hospitales tengan las mismas condiciones que el resto.

En la Comisión de Interior, donde se ha pulido la ley de acceso a información financiera para combatir actividades delictivas, la disputa política no ha brillado tanto, pero no han cesado los gestos políticos, como las enmiendas socialistas sobre el impuesto de residuos que han sido un guiño a ERC, que lo llevaba reclamando desde diciembre; o la modificación del Código Penal para cambiar el tratamiento a los ladrones de pequeños hurtos multirreincidentes, que ha sido otro a PDeCAT, encumbrado como grupo clave de este tramo de legislatura.

Y hasta en la Comisión de Industria, en la que el miércoles se avanzó hacia la reforma de la ley de transparencia. El PP, no obstante, ha criticado que se haya avalado, dentro de la norma, una medida fiscal que nada tiene que ver, como la subida del impuesto de los gases fluorados, que son los que se usan para los sistemas de refrigeración, climatización o de aerosoles. Al PP, este "impuesto al frío" le ha sentado muy mal.

"No podemos seguir así"

Con apoyos cambiantes, las leyes van saliendo. Esta semana, por tanto, nueve iniciativas legislativas y un convenio crucial como el de las trabajadoras y trabajadores del hogar han seguido su curso o lo han terminado, como la ley de telecomunicaciones. Pero este método de "sacar las leyes como sea" está ocasionando un desgaste más que considerable, empezando por la dirección parlamentaria socialista. Una fuente del Congreso reconoce que las negociaciones resultan extenuantes porque, en la mayoría de las ocasiones, tienen que deshacer entuertos y corregir malentendidos. En ocasiones, los ministerios empiezan con mal pie las conversaciones con los grupos y es el PSOE, su grupo en el Congreso, el que ha de ir vendando las heridas.

La ministra de Igualdad, Irene Montero.

La ministra de Igualdad, Irene Montero. / EFE

En Unidas Podemos la dinámica es diferente porque no pueden cerrar acuerdos por sí solos ni tienen en el punto de mira negociador a ninguna formación de la derecha. Tal y como recalca una fuente de esta organización, su labor se bifurca por dos caminos: las conversaciones con el PSOE y las conversaciones con los aliados de la investidura de Pedro Sánchez. No es insignificante. Atar acuerdos con la dirección socialista resulta clave para encarar los cara a cara o las llamadas de teléfono con las demás formaciones. Igualmente, trazar un canal de interlocución con ERC y EH Bildu puede ejercer una inestimable función de mediación.

Pero el suspense no se mitiga. El malestar permanece en todos los flancos. Fuentes socialistas lamentan la falta de uniformidad de su socio de Gobierno, un grupo disperso en el Congreso. El presidente, este miércoles, se quejó de que aireasen las discrepancias con frecuencia, más de la debida. En las filas "moradas", apuntan fuentes consultadas, critican el excesivo pragmatismo de los socialistas, más tentados de cerrar acuerdos con el PP y Cs en materia económica. Mientras tanto, aliados asiduos como ERC, PNV y EH Bildu no pierden la ocasión de reclamar coherencia y claridad.

"No podemos seguir así", enfatiza una fuente de uno de los grupos de Gobierno. El periodo de sesiones lo saldarán con una cuenta de leyes aprobadas muy amplia, lo que tiene mérito. Pero el próximo, en otoño, ya más cerca del ciclo electoral, necesitará un cambio de rumbo. Y las elecciones andaluzas están a la vuelta de la esquina.