Investigación

Quién es quién en la trama rusa del 'procés'

Cuatro son los personajes principales de este nuevo capítulo de la conexión del soberanismo con Moscú

Víctor Terradellas, en una imagen de archivo.

Víctor Terradellas, en una imagen de archivo.

Víctor Terradellas

Fue responsable de relaciones internacionales de CDC y un defensor del que considera su amigo, el 'expresident' Carles Puigdemont, y de la causa independentista. Está muy conectado con el mundo soberanista y también a nivel internacional. Existe una foto, incluso, con el exprimer ministro israelí Shimon Peres. Entre los papeles que se le intervino en un registro hay una carta remitida en 2017 por el 'expresident' Jordi Pujol, sobre la actualidad catalana: "Víctor, veo que van produciendo, yo también voy haciendo cosas". Vive en Cornudella de Montsant (Tarragona). Fue detenido el 24 de mayo de 2018 en la primera fase de la operación por el presunto desvío de dinero de la Diputación de Barcelona.

Nikolay Sadovnikov

Desempeñó cargos diplomáticos en Italia. Según los registros del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, aparece como asesor en un departamento de planificación de política exterior en 2007 y estuvo en activo varios años. Una fuente italiana lo sitúan en el ministerio hasta "alrededor del 2018". Servicios de inteligencia occidentales lo definen como un intermediario no oficial de Moscú en Siria, Irán y Libia. Figura como fundador de varias empresas domiciliadas en el número 5 de la Plaza Roja de la capital rusa. Sus tentáculos empresariales llegan a Italia y Panamá.

Jordi Sardà Bonvehi

Gas Natural
planta de gas natural licuado850 millones de eurostraductor de ruso

Sergey Motin

Ciudadano ruso fallecido hace unos años. Al parecer, como director de la compañía Abianne Limited, una firma moscovita con oficina en las Islas Vírgenes Británicas. Motin llegó a Barcelona de la mano de Sardà Bonvehí. El 24 de mayo de 2018 ingresó en la Clínica Diagonal de la capital catalana. Las gestiones las había realizado Terradellas. Motin padecía un cáncer de pulmón. Tras estar cinco días en la UCI, pasó a planta y luego se fugó aprovechando un fin de semana, dejando una deuda de 19.842 euros. Volvió a Moscú. La clínica se puso en contacto con Sardà Bonvehí, que al parecer era su asistente y traductor, para reclamar el dinero.