POR EL ESPIONAJE

La oposición duda de la imagen exterior de España ante la cumbre de la OTAN

PP, Vox y Cs reprochan a Sánchez enviar señales de inestabilidad política y poner en duda el funcionamiento los servicios de inteligencia a menos de dos meses de un cónclave que reunirá a 30 líderes internacionales

Critican el cuestionamiento continuo de cargos tan sensibles como la ministra de Defensa o la directora del CNI

Cuca Gamarra a la salida de la comisión de secretos oficiales. Bal y Espinosa de los Monteros, detrás.

Cuca Gamarra a la salida de la comisión de secretos oficiales. Bal y Espinosa de los Monteros, detrás. / JUAN CARLOS HIDALGO.

Paloma Esteban

Paloma Esteban

Mientras el Gobierno busca fórmulas para amainar la crisis institucional desatada por el caso de espionaje con Pegasus en España —primero a 18 líderes independentistas confirmados por la directora del CNI en la comisión de secretos oficiales del Congreso y, después, al presidente del Gobierno y otros ministros como reconoció Moncloa en una inédita comparecencia— los principales partidos de la oposición emiten fuertes reproches hacia el Ejecutivo por enviar señales de inestabilidad política y poner en duda el funcionamiento los servicios de inteligencia a menos de dos meses de que Madrid acoja la cumbre de la OTAN, prevista para los días 29 y 30 de junio.

Un evento clave que reunirá a más de 30 jefes de Estado y Gobierno de todo el mundo y que pondrá a la capital en el centro de las decisiones estratégicas de la Alianza Atlántica en el contexto de la guerra en Ucrania que ha sacudido al mundo occidental. 

PP, Vox y Ciudadanos cuestionan la gestión de la crisis por parte del Gobierno, desde los intentos del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños (al que los tres partidos ponen en la picota) por tranquilizar a los socios independentistas con su primer viaje a Barcelona hasta el cambio de reglamento impulsado por Meritxell Batet para incluir a ERC y Bildu en la comisión que se tratan los secretos de Estado.

Y muy especialmente, dicen dirigentes de las tres formaciones, el “señalamiento” al CNI y el reconocimiento de que el presidente del Gobierno sufrió una intrusión en su teléfono móvil justo en el momento de mayor tensión con los independentistas espiados. 

Para los partidos de la derecha, la imagen de debilidad e inseguridad es “evidente” y se preguntan qué mensaje está enviando España al resto de países, que además participarán en la cumbre de junio. Será uno de los argumentos que la oposición esgrima en días futuros después de sus primeras denuncias públicas. Esta semana la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, lanzaba una reflexión al aire: “¿Qué pensarán los embajadores que están en España y que reportan a sus respectivos países lo que está pasando aquí?”.

El portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, no tardaba en recoger el guante en la misma línea. Dirigentes de este partido aseguraban que la imagen es “además de mala, muy preocupante” en mitad de los preparativos de un cónclave de las dimensiones que implica la cumbre de la OTAN. 

El portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros.

El portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros. / EFE.

La oposición considera “inasumible” la insistencia del presidente por desvincularse de la actividad del CNI, incluso después de que su directora, Paz Esteban, confirmara que el espionaje se llevó a cabo con la correspondiente autorización judicial. Y todo ello a pesar de que el servicio de espías españoles, dependiente del Ministerio de Defensa, actúe en base a una directiva general que considera el independentismo como un “conflicto activo”.

En Ciudadanos inciden en “lo preocupante” que resulta ver a uno de los partidos del Gobierno y sus socios independentistas cuestionar a Margarita Robles, pedir que “rueden cabezas” y exigir la caída de la responsable del CNI, también a las puertas de la celebración de la cumbre que contará con decenas de delegaciones diplomáticas.

Tras la intervención de Esteban en la comisión de gastos reservados, los tres partidos de la derecha hicieron un frente común para cerrar filas, defender su permanencia en el cargo y poner en valor su “capacidad y trayectoria”, además de la inconveniencia, según señalan a este diario, de que puestos tan sensibles puedan ser relevados en este momento. 

A pesar de todo ello, los tres partidos ven viable que el Gobierno acabe cesándola si la presión de los independentistas no frena. La ministra de Defensa no ha dudado en defender con uñas y dientes a los funcionarios del CNI y muy especialmente a su responsable. Incluso después de los ataques cruzados que protagonizó con Bolaños y de los que, veladamente, también ha participado el Ministerio del Interior.

La directora del CNI reconoce escuchas con permiso judicial a líderes independentistas

/ Vídeo: Agencia ATLAS | Foto: EP

SÁNCHEZ, A COMPARECER

Además de las dudas que está generando la gestión de la crisis a nivel internacional, el principal partido de la oposición estrechará el cerco sobre Sánchez en los próximos días en busca de una comparecencia en el Congreso. El miércoles, como publicó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, será el ministro de la Presidencia el que dé explicaciones en la Comisión Constitucional. Pero el PP entiende que la sacudida política requiere una intervención directa del presidente.

Sobre todo, porque como dijo el propio Alberto Núñez Feijóo, las explicaciones de Paz Esteban en el Congreso sirvieron para confirmar que la actuación de los servicios de Inteligencia se ajustó a la legalidad. “Ahora toca saber lo que la directora del CNI no pudo explicar porque no le corresponde”, dijo el líder popular. Se refería a las “órdenes políticas” dadas desde el Gobierno al CNI para que éste a su vez actuara contra una amenaza para el Estado.

El PP, como también Ciudadanos, han insistido en los pasados días en que Inteligencia “ejecuta” en base a un protocolo establecido por el Gobierno, al que después reporta sus averiguaciones. La oposición considera que Sánchez debe “asumir” las órdenes que emitió en un momento delicado y que afectan directamente a un partido que sostiene la legislatura. Los populares consideran que el presidente vive su mayor momento de debilidad.