ELECCIONES ANDALUCÍA

El PP se prepara para probar el 'efecto Feijóo' en Andalucía en junio

En el partido dan por hecho que las elecciones serán en junio y desechan ya el mes de octubre, aunque siguen esperando la decisión de Moreno Bonilla

El PP se juega mucho en las primeras elecciones con Feijóo al mando y tras su primera coalición con Vox en Castilla y León

Alberto Núñez Feijóo y Juanma Moreno en el congreso de Sevilla.

Alberto Núñez Feijóo y Juanma Moreno en el congreso de Sevilla. / JULIO MUÑOZ.

Paloma Esteban

Paloma Esteban

La sensación de una convocatoria electoral se palpa en el ambiente. El PP se juega mucho en Andalucía y todo el partido se volcará cuando Juanma Moreno Bonilla comunique oficialmente la fecha. En el entorno del presidente de la Junta se resisten a hablar de "adelanto" como tal porque en este año, antes o después del verano, tocaba celebrarlas. La cuestión es que todos los dirigentes miran junio y ya descartan octubre. Los tiempos son los que son y si las elecciones llegan antes de verano, la convocatoria debe anunciarse a lo largo del mes de abril o, como máximo, el 3 de mayo.

Las miradas se dirigían a este martes de vuelta de Semana Santa porque en el PP muchos daban por hecho que las elecciones serían el 12 de junio. Y en ese caso tendría que anunciar la convocatoria hoy. Pero fuentes muy cercanas al presidente andaluz aseguran que no es el día elegido. De hecho, el propio Moreno Bonilla bromeó ayer en la inauguración de un centro de salud asegurando que por ahora "no hay novedad".

En realidad, solo quedan dos domingos posibles más: el 19 de junio o el 26, un día que muchos cargos miran con recelo por ser demasiado próximo al verano, y sin colegio para los niños, lo que hace que las familias se organicen de otra manera. “Pero en junio son seguro”, repiten dirigentes de Andalucía y otras comunidades que están muy en contacto con el presidente.

La decisión es solo de Moreno Bonilla y en el PP señalan el hermetismo que ha imperado en estos días festivos que el presidente andaluz se ha tomado para reflexionar. “Él sigue pensando en la fecha”, aseguran a este diario. Cada vez hay más motivos, reflexionan algunos dirigentes, que sostienen el sentido de que las elecciones se hagan cuanto antes.

Sobre el papel, y el argumento que más repiten en la Junta, pero también en Génova (ahora de la mano del vicesecretario económico, Juan Bravo, consejero de Hacienda en Andalucía) es la necesidad de tener un nuevo presupuesto antes de que comience 2023 por la situación de crisis económica en España. Si hace unos meses la sensación que cundía era la de que “se podría aguantar”, la urgencia impera ahora en la cabeza de los máximos dirigentes andaluces.

No todos los ‘pesos pesados’ que acompañan a Moreno Bonilla se han mostrado siempre tan proclives al mes de junio, pero Bravo es de los que defiende esa fecha.

A la situación específica de la Junta se suman ahora nuevos factores en la familia popular que también van a influir notablemente. Serán las primeras elecciones bajo el mandato nacional de Alberto Núñez Feijóo y la primera prueba para ver si el efecto que ya recogen muchas encuestas publicadas se traslada a las urnas. Los sondeos, también el de GESOP para EL PERIÓDICO DE ESPAÑA y Prensa Ibérica, acreditan que el nuevo liderazgo ha sentado bien a las filas populares. En este momento, Feijóo estaría en disposición de ganar unas elecciones generales, aunque necesitaría los votos de Vox (o una vía alternativa) para ser presidente. En todo caso, como publicó este diario, el plan de Moreno Bonilla era darse "dos semanas" tras el congreso nacional y tomar su decisión pasada la Semana Santa.

Las andaluzas serán también las primeras elecciones después del pacto de gobierno inédito entre el PP y Vox. El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, toma posesión este martes en el cargo y tendrá por primera vez un vicepresidente y tres consejeros de la formación que lidera Santiago Abascal. La ausencia de Feijóo en el acto institucional (mantiene reuniones con empresarios y sindicatos durante toda la jornada) y otras decisiones recientes (como excluir a Castilla y León de su nueva cúpula dando prioridad a Castilla-La Mancha) dan prueba de la incomodidad que supone el pacto con Vox para el líder nacional.

Feijóo siempre ha defendido que Mañueco debía formar gobierno tras ganar las elecciones y reprocha al PSOE no haber hecho nada para impedir que la comunidad dependiera de Vox para después pedir un cordón sanitario. Pero, más allá de la teoría, el dirigente gallego no quedó satisfecho con la negociación, que también cedió la presidencia de las Cortes a Vox.

La convocatoria electoral andaluza abrirá de nuevo ese melón. El objetivo de Moreno Bonilla es frenar la ebullición que el partido ultra ha mantenido desde las últimas elecciones generales hasta ahora, con la única (relativa) excepción de la Comunidad de Madrid, donde creció mucho menos de lo previsto gracias al éxito electoral de Isabel Díaz Ayuso. La fórmula que Feijóo quiere (también la quería Pablo Casado) es la madrileña: que el PP consiga sumar más que todos sus rivales por la izquierda y Vox se vea forzado a una abstención.

Pero las cosas han cambiado mucho y, especialmente, la entrada de los ultra en el gobierno castellanoleonés abre un panorama totalmente distinto en la política española. Vox está decidido a entrar en la gestión y seguir teniendo presencia en gobiernos autonómicos, y muy especialmente, mirando al nacional. 

El partido de Abascal debe decidir qué hacer con su candidatura. Aunque ha estado promoviendo a la diputada Macarena Olona como cabeza de cartel, algunos dirigentes consideran que supondría “desperdiciar” un activo básico en el Congreso para obtener un resultado que la marca del partido ya garantiza. Vox descuenta un crecimiento muy importante y da por hecho que la gobernabilidad de Moreno Bonilla dependerá de su partido. No coinciden en el optimismo que muestra el PP, “no van a sumar más que la izquierda” resume un dirigente de peso, y esperarán a que se confirme la convocatoria para anunciar sus principales decisiones.