ADELANTO ELECTORAL ANDALUCÍA

El Congreso contiene el aliento ante las elecciones andaluzas: todo estará en juego

La composición del Congreso será la misma tras las elecciones andaluzas, pero hay una conclusión generalizada: el ánimo político cambiará por entero

El éxito del PP (con o sin Vox) robustecería el discurso de cambio de ciclo en la Moncloa

La izquierda tiene ante sí el reto del que depende su mayoría actual: movilizar. Tras los fallos en Madrid y Castilla y León, necesita el revulsivo andaluz

Un trabajador limpia la fachada del Congreso de los Diputados

Un trabajador limpia la fachada del Congreso de los Diputados / EFE/Emilio Naranjo

Ángel Alonso Giménez

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, del PP, está a punto de anunciar una decisión que marcará el futuro del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, del PSOE. Pero no sólo. De lo que decida, que es una fecha del calendario de 2022, dependerá el año y medio que queda de legislatura, y por tanto, el trabajo del Congreso de los Diputados hasta las próximas elecciones generales. Conclusión: toda la política nacional está pendiente de un solo hombre.

El domingo en que se celebren elecciones en Andalucía, que esto es lo que está sopesando Moreno, será un termómetro que medirá la temperatura electoral y la temperatura social en toda España, de ahí la relevancia de la decisión. ¿Está en declive la credibilidad de Pedro Sánchez o sus medidas y gestión están calando? ¿Tiene tirón Alberto Núñez Feijóo fuera de Galicia? ¿Se movilizará la izquierda? ¿Si se moviliza, a qué siglas favorecerá? ¿Da miedo Vox o la sociedad lo ha naturalizado?

Fuentes del PSOE y del Gobierno afirman a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA que la agenda legislativa programada para el presente periodo de sesiones, hasta el 30 de junio, no va a sufrir alteraciones. Lo que se tenga previsto aprobar en el Congreso y en el Senado, se aprobará, o al menos se intentará que así sea. No se incluirán en el programa normativo del Ejecutivo iniciativas que de repente se vuelven prioritarias por resultar especialmente beneficiosas para Andalucía, ni en consecuencia se caerán iniciativas que pudieran generar alguna discriminación o agravio, explican las fuentes.

Ahora bien, en cuanto Moreno oficialice la fecha, todas las flechas del mapa político español apuntarán a las provincias andaluzas. "Lo que pase allí marcará todo lo demás", afirma un cargo parlamentario con importantes responsabilidades en su partido.

Es una impresión generalizada en el Congreso. Tampoco hay que ser muy perspicaz. Veamos lo que está en juego.

Introducción sobre el contexto

Juanma Moreno se comprometió hace diez días a hacer pública la decisión tras la Semana Santa. El momento ha llegado, y qué momento. Los datos de ocupación hotelera, que aportan una tasa por encima del 80% desde el Jueves Santo y una media superior al 70% desde el inicio de las festividades, se sitúan cerca de la época anterior a la pandemia. La comunidad que preside ha sido uno de los destinos turísticos favoritos, así que el optimismo ha crecido tanto que llega incluso al verano. Ah, y ni rastro del coronavirus.

Fuentes del Gobierno andaluz enumeraron a este medio las cuatro variables que Moreno barajaba a finales de 2021 y primeros de 2022, cara a un hipotético adelanto electoral: la evolución de la situación sanitaria, la evolución de la economía, el tirón de la marca PP y la coyuntura interna de Cs. Desde aquellos cálculos a los actuales ha pasado un mundo, incluso un universo, porque, por poner dos ejemplos, Pablo Casado no es ya el líder del Partido Popular y el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, ha ordenado la invasión de Ucrania, en donde la guerra sigue causando destrucción, muertes y unas heridas en la fibra económica mundial más que profundas.

Pese a ello, y por lo visto en Semana Santa, el humor social se inclina hacia la alegría antes que hacia el desánimo, lo que en economía cristaliza en dinero que se guarda y en inversiones que se aplazan. No parece el caso en Andalucía. Por si fuera poco, que no lo es, la preocupación por el coronavirus ha desaparecido. Hasta aquí las variables económico-sanitarias. A partir de esta línea, las claves de lo que está en juego a escala nacional y parlamentaria.

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno (c); su mujer, Manuela Villena (i), y el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz (d).

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno (c); su mujer, Manuela Villena (i), y el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz (d). / Europa Press

El éxito del PP o la intuición del fin de Sánchez

Las elecciones de Castilla y León fueron un revés para el PP, a pesar de que uno de sus barones siga en el puesto de mando. El desenlace que tuvo Alfonso Fernández Mañueco desalentó a los cuadros nacionales y autonómicos, pues comprobaron que el vigor de Vox sigue intacto, si no al alza. Andalucía será el siguiente examen.

Para los populares, el resultado querido en la comunidad que preside Moreno se sitúa por encima de los 45 escaños. Dejaría a los de Santiago Abascal un margen ínfimo para la negociación y para la propuesta, incluso maniatados si la horquilla de escaños fuera más alta.

Un resultado así, aparte de empoderar a Moreno y catapultar el ritmo de Feijóo en la carrera a la Moncloa, inyectarían un ánimo renovado a los grupos del PP en el Congreso y en el Senado. El efecto sería sólo emocional porque la forja de alianzas que coloquen a los populares en las mayorías es imposible, tal es la aritmética actual. Con 88 diputados y sin apenas campo que pisar junto al PSOE, los populares no suman por ningún lado del hemiciclo más allá de Vox, Cs, Foro y los ex de UPN. La izquierda, por tanto, mantendría su hegemonía en el Congreso.

Ahora bien, frente a un discurso cultural que parece que va calando: el del cambio de ciclo, el del cambio de Gobierno. Si a Moreno le va bien, la consigna sonará incluso en la noche electoral, tanto en Sevilla como en Madrid.

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, comparece en la sede nacional del PP.

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, comparece en la sede nacional del PP. / A. Pérez Meca / Europa Press

El aguante de Espadas o las dudas del PSOE

Un diputado de un grupo de izquierdas considera que si efectivamente la derecha cosecha un triunfo electoral más, después de los de Madrid y Castilla y León, la reacción de la mayoría progresista en el Congreso debería ser el cierre de filas y el impulso legislativo. Que el Partido Socialista, ante una hipotética batalla por electorados centristas, coquetee con el PP o incluso suavice ciertas políticas (aparcar la derogación de la ley mordaza, aparcar la nueva ley de memoria democrática, ralentizar una nueva ley de vivienda o prescindir de una reforma fiscal) no contribuirá más que a agrandar el eco de la derecha. Es un supuesto, pero no descabellado, como han sostenido en este medio cuatro representantes de grupos parlamentarios de izquierdas.

Para comprobar qué actitud tendrá el PSOE será importantísimo el resultado que obtenga en Andalucía. Las encuestas por ahora dan la espalda a los socialistas, encomendados al exalcalde de Sevilla Juan Espadas. Es extraño no ver al PSOE como favorito para la victoria (ya se verá si puede gobernar en coaliciones), ya que ese título demoscópico se lo ha quitado el PP. Quedar segundo sería un fracaso, admiten las fuentes. Quedar por debajo de los 30 escaños podría ser un batacazo (actualmente suma 33).

Ambas posibilidades arrinconarían al grupo socialista, aunque también podrían servir de revulsivo para la agenda legislativa. Si la estrategia y el relato practicados no dan réditos electorales, habrá que cambiar ambos, opinan las fuentes. Con esa incertidumbre deberán lidiar los grupos aliados, desde ERC a Nueva Canarias.

Pedro Sánchez, en el Congreso.

Pedro Sánchez, en el Congreso. / epe

Vox desencadenado... Y un giro táctico

Una fuente parlamentaria consultada para este texto hacía hincapié en la vitalidad demoscópica y electoral de Vox. Nada les hace caer, nada les debilita sobremanera. Las encuestas que pronostican su declive suelen equivocarse. En Madrid, donde no les fue bien, retuvieron escaños. En Castilla y León, donde les fue bien, han alcanzado consejerías de gobierno.

En Andalucía tienen 11 diputados. Dice esta fuente que la dirección de Vox se estaría planteando ya si finalmente es Macarena Olona su candidata. La reflexión sobre su idoneidad no proviene de un hipotético estancamiento. Proviene de la sensación de que la marca supera en brío a cualquier candidatura. Se vio el 13 de febrero. Nadie conocía al aspirante castellanoleonés. Dio igual. Hoy es vicepresidente de la Junta.

En el PSOE creen que Andalucía será la prueba del algodón. Dan por hecho que el resultado de Vox dejará pequeños sus 11 escaños actuales, lo que aguaría las perspectivas de Juanma Moreno. Pasaría como en Castilla y León, pero con onda expansiva mayor, lo que la plana socialista aprovechará para cercar a Feijóo y revestir a Sánchez de una capa que le gusta: sólo él puede contener a Santiago Abascal.

La izquierda o saber movilizar

El miedo a Vox espoleó al progresismo en 2019, y de ello se aprovechó Sánchez sobre todo. Muchos diputados de izquierdas cuestionan que funcione el mismo mantra tres años después. No dan la batalla por perdida; lo que plantean es revitalizar las políticas públicas y revertir desde ahí el auge cultural de la derecha.

En Andalucía, la demoscopia ha puesto la vitola del éxito en Juanma Moreno y en Vox. Ni la izquierda ni Cs salen bien parados de momento. Piensan las fuentes que la razón estriba en que la movilización no existe. Un amplio sector de votantes son invisibles. ¿Cómo sacarlos de esa esquina? Podemos e IU lo intentarán por un lado y Teresa Rodríguez, por otro. Y por un lado más fino, la marca andaluza de Más País. La tarea es titánica.

Los aliados parlamentarios del PSOE, incluida Unidas Podemos y grupos que no competirán en el territorio andaluz, observan los acontecimientos con atención, no obstante. Si este espacio a la izquierda de los socialistas no da señales de energía, saltarán todas las luces de alarma. A Yolanda Díaz, en primer lugar.

Porque el PSOE y sus aliados retendrán la mayoría parlamentaria, sin duda, pero en un ambiente de cambio de ciclo que les apea del futuro, si es que es el caso.

Todo en juego en el Congreso a partir del momento que decida Juanma Moreno.