RELACIÓN PSOE-PP

La izquierda sospecha que Sánchez y Feijóo tantearán alianzas y se movilizará para evitarlo

Cuatro diputados/as de Unidas Podemos, ERC, Más País y BNG analizan para EL PERIÓDICO DE ESPAÑA la coyuntura política derivada del nuevo ciclo abierto en el PP y de la guerra de Ucrania

Pedro Sánchez recibe en el Palacio de la Moncloa a Alberto Núñez Feijóo.

Pedro Sánchez recibe en el Palacio de la Moncloa a Alberto Núñez Feijóo. / DAVID CASTRO

Ángel Alonso Giménez

Los grupos parlamentarios que el 7 de enero de 2020 permitieron a Pedro Sánchez ser el presidente del Gobierno sospechan que va a virar el rumbo cuando queda un año y medio de legislatura. El cambio de ciclo en el PP gracias al reemplazo de Pablo Casado por Alberto Núñez Feijóo y la incertidumbre económica que provoca la guerra de Ucrania tentarán al líder socialista para buscar acuerdos puntuales con su principal rival electoral. Sería una equivocación que, además, daría alas a la derecha, afirman a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA cuatro diputados de otras tantas formaciones con las que el PSOE logró la investidura.

El decreto de la reforma laboral, avalado por el Congreso por un voto, que además fue erróneo, descubrió los temores de estos partidos, que son Unidas Podemos, ERC, Más País y BNG. La invasión de Rusia a un país que está en la linde oriental de la UE no ha hecho más que engrandecer ese miedo. Íñigo Errejón lleva unos días describiendo así la situación política actual: "La legislatura está en un momento de bifurcación".

La sensación de encrucijada se alimenta de las siguientes conclusiones: el PSOE atraviesa un momento crítico (que sólo alivian los barómetros mensuales del CIS); la derecha está en auge por el empuje de Vox, y ahora por la esperanza que en este electorado despierta Feijóo; y los síntomas de malestar social resultan cada vez más palmarios. Que la inflación esté por las nubes y la vida se haya encarecido no ayuda a ser optimistas.

El líder de Más País, Íñigo Errejón (i), saluda al portavoz de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, a su llegada a una rueda de prensa anterior a una Junta de Portavoces, a 11 de mayo de 2021, en el Congreso de los Diputados, Madrid, (España).

El líder de Más País, Íñigo Errejón (i), saluda al portavoz de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, a su llegada a una rueda de prensa anterior a una Junta de Portavoces, a 11 de mayo de 2021, en el Congreso de los Diputados, Madrid, (España). / EUROPA PRESS/J. Hellín. POOL

El Gobierno y el PSOE esperan que el factor tiempo se incline a su favor. Antes de la última cumbre europea, reinaba una cierta angustia en las filas socialistas porque el pasillo por el que circulaba la gestión contra la crisis no hacía más que estrecharse. Tras la cumbre, y a pesar del nivel en el que están los precios, predomina la preocupación, pero con la convicción de que la coyuntura será más favorable en unos meses y la sociedad valorará el esfuerzo hecho y las medidas adoptadas. Los aliados del PSOE en el Congreso, los del bloque progresista, no lo tienen tan claro.

Más incertidumbre que certezas

El diputado del BNG en el Congreso, Néstor Rego, del ala más soberanista y más a la izquierda de la mayoría que propició la investidura de Sánchez, encuentra indicios suficientes para aventurar que el PSOE se va a acercar al PP. "Si el Partido Popular se sitúa en el centro, el Partido Socialista no va a desaprovechar la oportunidad de alcanzar acuerdos y seguramente se verá muy cómodo, porque romperá así la dependencia que tiene de fuerzas como Unidas Podemos o de la izquierda soberanista representante de las naciones del Estado". Son más numerosas las incertidumbres que las certezas, admite, pero este vaticinio, a su juicio, no es nada descabellado.

Gabriel Rufián, portavoz de ERC, cree que Pedro Sánchez está haciendo "lo que siempre ha intentado hacer" y los grupos progresistas que le apoyan en la Cámara Baja no le han dejado, y eso es una apuesta por unas políticas más centristas en las que participen el PP y Cs. El trabajo que estos partidos con presencia en el Congreso tienen por delante lo expresa así: "Seguiremos procurando arrastrar al PSOE a situaciones más progresistas".

En su opinión, cuesta mucho el pacto con las siglas de Pedro Sánchez. Si los ha habido, y ha habido unos cuantos esta legislatura, desde los dos últimos presupuestos a la ley de eutanasia, es porque el bloque que facilitó la permanencia del actual presidente en la Moncloa arrancó ciertos pactos. La lista de desacuerdos, no obstante, empieza a ser significativa: a la discordia por la reforma laboral, se unen ahora mismo diferencias por la derogación de la ley mordaza (estancada), por la aplicación de la normativa sobre memoria democrática y por la futura legislación sobre vivienda.

Rego es más contundente: "Creo que el Gobierno lleva tiempo decepcionando las expectativas de políticas transformadoras. No hemos visto aún la derogación de la ley mordaza. No hemos visto aún la derogación completa de la reforma laboral del PP, consolidando los aspectos más lesivos. Ha mantenido los recortes en materia de pensiones, en donde mantiene los factores más regresivos de 2011. No ha acabado tampoco con la impunidad del franquismo, no ha puesto coto a los beneficios de las grandes empresas eléctricas y no ha realizado la reforma tributaria para hacer que pague más quien más tiene".

 La diputada de Ciudadanos, Sara Giménez conversa con el portavoz de ERC, Gabriel Rufián.

 La diputada de Ciudadanos, Sara Giménez conversa con el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. / EFE/Mariscal

Su lectura es negativa, para los intereses socialistas y los de la mayoría progresista que hay en el Congreso, de momento: "En el ámbito socioeconómico, el PSOE no está distando mucho del PP".

Elegir si protege a la gente o no

Matemáticas: la potencia del bloque progresista reside en los 190 escaños. Es lo que suman los partidos de izquierdas más el PNV. Los presupuestos de 2020 y de 2021 retrataron con nitidez este poderío. Ahora bien, la potencia de una alianza puntual entre PSOE y PP se va a los 208 diputados. Para renovar el Consejo General del Poder Judicial, son necesarios los síes de 210. Y para gestionar una suerte de economía de guerra y una priorización de la política de defensa y seguridad dan más confianza esos 208 que aquellos 190, básicamente porque ni a Unidas Podemos, ni a ERC ni a EH Bildu les gusta esa música de sinfonías militares y notas liberales y conservadoras.

¿Qué hará Sánchez? El líder de Más País, Íñigo Errejón, aboga por la insistencia en "el rumbo de la mayoría de la investidura" a pesar de las muchas tensiones que ello provocaría en un porcentaje no menor de votantes y potenciales votantes socialistas, a los que no gusta ver a su partido caminar de la mano de partidos como ERC o EH Bildu (18 escaños entre los dos). Ahora bien, abrazarse a políticas que el PP aceptaría sin problemas generaría "desencanto" a otro porcentaje muy elevado de votantes y potenciales votantes del PSOE.

De todos modos, Errejón apunta que "la visión progresista de la gestión del Gobierno" está todavía por materializarse. Aún no es diáfana, afirma. El contexto actual es propicio para hacer una apuesta y mantenerla hasta finales de 2023 o primeros de 2024, o en cualquier caso hasta cuando el presidente elija una fecha electoral. "El Gobierno tiene que elegir, y no si ir a derecha o a izquierda, sino decidir a quién va a proteger", sostiene.

El pacto con el PP no es alternativa

La diputada de Unidas Podemos Gloria Elizo, una de las voces más díscolas sobre la línea que está siguiendo su partido como socio de la coalición de Gobierno, opina que el PSOE "debería ser consciente de que no existe alternativa". Es decir, a su entender: o mayoría de izquierdas o gobiernan la derecha y la ultraderecha.

"La única salida responsable en términos políticos y también electorales es precisamente ahondar en políticas públicas que garanticen a la mayoría de la gente sobrellevar esta especie de crisis continua en la que estamos instalados", señala. Tan convencida se muestra de ello que advierte un riesgo notable de que el Partido Socialista español termine como el Partido Socialista francés si no acomete dichas políticas públicas.

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijoo antes de la reunión en el Palacio de la Moncloa.

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijoo antes de la reunión en el Palacio de la Moncloa. / DAVID CASTRO

Considera la vicepresidenta tercera del Congreso que la profundización en la vía progresista movilizará a la izquierda, y por extensión, retendría la actual mayoría parlamentaria, que es espejo de la mayoría social. Porque la izquierda, según su análisis, no está ahora envalentonada.

"Es verdad que entre los bandazos del PSOE y las dudas existenciales de la izquierda, la realidad política mira a VOX y al PP", dice. Que sea temporal este estado de atonía dependerá de los grupos alrededor de los cuáles se construyó la investidura de Pedro Sánchez. "Cuanto más arriesgado y más complejo es el panorama, más responsabilidad tenemos en procurar dar una respuesta solvente, seria y realista", apunta. Así podrá haber una resistencia eficaz a "las grandes palabras de la ultraderecha", puntualiza acto seguido.

La narrativa política

Avivar el miedo a Vox puede valer, pero no será suficiente. En esto coinciden los consultados. Los partidos de izquierda plantean un cambio de relato y de narrativa. Los argumentos de ministros y dirigentes socialistas a favor de la gestión del Gobierno suelen caer en la autocomplacencia. Parece que a más gravedad económica y social, más grandilocuentes son las frases hechas, en plan "no estamos dejando a nadie atrás" o "sabemos gestionar las crisis".

"Fiar en el miedo a la ultraderecha la garantía de movilización del flanco izquierdo y agitar las contradicciones del PP entre diferenciarse de Vox y competir con Vox puede ser pan para hoy, pero es un enorme peligro sistémico", reflexiona Elizo, en unos términos parecidos a los de Errejón, quien advierte de que "como no mejore la situación, la gente humilde se va a enfadar. La derecha está a la ofensiva culturalmente. El cocktail es explosivo".

Santiago Abascal esta semana en el Congreso.

Santiago Abascal esta semana en el Congreso. / JESÚS HELLÍN.

Políticas públicas, pide Elizo. Proteger a las capas humildes de la población, demanda Errejón. "El Gobierno debe dejar claro a la ciudadanía española qué ha elegido. Decantarse por que las consecuencias de esta crisis no las paguen los más humildes, y dar esa batalla, decir 'tranquilos', enviaría una señal muy importante porque ya no vale el cuento de que viene la extrema derecha; da más miedo la factura de la luz".

El dilema de Sánchez queda dibujado. A un lado, unas políticas con el PP. Al otro, unas políticas con los aliados de la investidura. La izquierda cree que el presidente tanteará las primeras. Intentará evitarlo. Rufián lo resume así: "La derecha moderada en España son los barones del PSOE, así que no nos puede sorprender que en este momento de la legislatura que los socialistas tengan esa pulsión por la derecha. Dependerá de nosotros obligar al PSOE a moverse".