LA HUELLA DEL NUEVO LÍDER

“Los tiempos no le comen. Vuelve el PP serio”: dos semanas con Feijóo en Génova

Los dirigentes perciben cambios claros en los procedimientos, el tono y, sobre todo, los tiempos. Ni premura por reaccionar a lo que ocurra ni sobreactuación en ningún caso

Las primeras consignas están claras: que la vida interna deje de ser noticia y concentrarse en ganar elecciones sin estar tan pendientes del poder orgánico

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, comparece en la sede nacional del PP.

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, comparece en la sede nacional del PP. / A. Pérez Meca / Europa Press

Paloma Esteban

Paloma Esteban

“Esto ha cambiado mucho ya. Vuelve el PP serio”. Cuando apenas se cumplen dos semanas de la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del PP, la impronta del nuevo líder, el tono, los procedimientos y, sobre todo, los tiempos, ya se dejan notar. Los principales dirigentes que rodean al nuevo líder coinciden en que no hay lugar para las estridencias, los giros bruscos de guion y menos aún, para la sobreactuación. “La mayoría de las cosas no hay ni que preguntarlas, simplemente se ven”, asegura una de las personas con más peso en el nuevo equipo. Cuidar las formas y no abandonar nunca el perfil institucional son ya las nuevas señas de identidad que impone la era Feijóo.

El objetivo principal es que la vida interna del partido no sea noticia ni se haga noticia de ello”, explican varios dirigentes. La petición de un informe sobre la situación en la que se encuentran los territorios para decidir la fecha de los congresos habría sonado a burocrático en otros tiempos. Ahora no. “Será lo habitual y así quiere proceder Feijóo”, reconocen en Génova. Una semana después se confirmó que el congreso madrileño se celebrará los días 20 y 21 de mayo. La voluntad de Feijóo siempre fue elaborar un proceso exprés que permita a los territorios ponerse a punto para las próximas elecciones, pero el estudio de las candidaturas en algunas comunidades continúa.

“Lo que el presidente no quiere es que el día a día del partido vuelva a ocupar titulares a cinco columnas”, zanjan. Y está decidido a cumplir con los procedimientos, aunque tarde días o semanas en dar resultados. “¿Cómo lo puedo resumir? Los tiempos no le comen”, asiente otro dirigente con mucho peso para explicar que si algo diferencia a la anterior dirección de la actual es exactamente eso: no habrá premura por reaccionar, por dar respuesta ni por colocar un mensaje.

Núñez Feijóo preside el comité de dirección.

Núñez Feijóo preside el comité de dirección. / TAREK/PP

Los informes internos sobre los territorios los trabajan mano a mano el coordinador general, Elías Bendodo, y el secretario de Organización, Miguel Tellado, hombre de la total confianza del gallego. Ambos están al frente del ‘aparato’, las cuestiones de partido, frente al tándem que hacen la secretaria general, Cuca Gamarra, y Esteban González Pons, vicesecretario Institucional, a los que Feijóo ha asignado un papel más político y negociador. Los cuatro, junto a Mar Sánchez (responsable de Proyección e Imagen del presidente) y Marta Varela (jefa de gabinete), ambas de la total confianza del dirigente gallego, constituyen la primera capa de poder del nuevo PP.

Además de dar carpetazo al asunto del PP madrileño (el congreso cierra un círculo oscuro entre la anterior dirección y la Puerta del Sol, que reclamaba el poder orgánico para Ayuso tras su victoria electoral del 4-M), Feijóo ha marcado una clara distancia con la cúpula de Casado y García Egea dejando claro que su intención no pasa por mermar la capacidad de las baronías territoriales. Todo lo contrario: quiere liderazgos autonómicos fuertes que también resuelvan las cuestiones de sus respectivos territorios.

Y lo más importante: los resultados no se medirán en el grado de amistad que mantiene con los dirigentes, sino por lo que consiga el PP en las urnas. Como publicó este diario, Feijóo ha trasladado con total claridad que el partido tiene que ganar elecciones y que esa debe ser la única preocupación de cada comunidad y ayuntamiento, dejando a un lado la obsesión por el poder orgánico. Los dirigentes ya han ido tomando nota, especialmente aquellos que estrenan liderazgo o aún debe ser renovado, conscientes de que solo seguirán al frente si consiguen victorias. 

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. / JOAQUÍN CORCHERO.

DEL CGPJ AL GOLPE EN EL SÁHARA

La otra premisa de Feijóo pasa por dejar de mirar a un lado y a otro para fijar posición política. En el último pleno del Congreso se produjo un buen ejemplo cuando el PP decidió unirse a Podemos, PNV, ERC y Bildu en una votación sobre el Sáhara Occidental que criticaba el giro dado por el Gobierno y que sirvió para mostrar la soledad total del PSOE. Vox y Ciudadanos, igual de críticos que los populares, se quedaron en la abstención. “No es un tema en el que la abstención sirva. No tiene sentido”, insisten fuentes populares para evidenciar al resto de partidos de la oposición, a los que vieron “titubeantes” y sin una posición clara.

El PP, que normalmente venía votando en bloque con los otros partidos de la derecha, se desvinculó y apostó por defender su posición aunque implicara estar al lado de los socios de investidura de Pedro Sánchez.

Ese mismo día Feijóo se reunía durante casi tres horas con el presidente del Gobierno. En su encuentro defendió la posición del PP en política exterior, brindó apoyo al Ejecutivo en cualquier asunto relacionado con la guerra en Ucrania y se abrió a renovar los órganos constitucionales pendientes. La idea de “ponerse a ello rápido” enmendó de un plumazo la etapa de Pablo Casado al frente, que establecía como línea roja cambiar la ley orgánica del sistema de elección de los vocales del CGPJ. Un requisito que Feijóo no mencionó a pesar de mostrarse partidario de avanzar en una mayor independencia para la elección de esos cargos.

La idea es designar equipos negociadores pronto y, aunque Feijóo no tiene la misma prisa que el Gobierno, tampoco descartó la fecha límite de Sánchez: 12 de junio, momento en el que también debe renovarse un tercio del Tribunal Constitucional (que es elegido por el CGPJ). 

La idea del nuevo PP es no dejarse arrastrar por los tiempos del resto de partidos, marcar su camino y, al mismo tiempo, cumplir con las obligaciones constitucionales. Así lo expresan dirigentes conservadores, que enmarcan en ese proceder la renovación de CGPJ (la dan por segura) sin tener que entrar en el marco del Gobierno. Las primeras encuestas que recogen el ‘efecto Feijóo’ al frente de la presidencia avalan su arranque de camino.

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijoo antes de la reunión en el Palacio de la Moncloa.

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijoo antes de la reunión en el Palacio de la Moncloa. / DAVID CASTRO

OBVIA EL CASO DE LAS MASCARILLAS

El 'pelotazo' de las mascarillas en Madrid, que ya ha salpicado a José Luis Martínez-Almeida tras desvelarse el sumario del caso (Cibeles insiste en que se ve ratificada su versión y que el estafado es el ayuntamiento que él dirige) no ha servido tampoco para alterar los tiempos dentro del PP. De hecho, el nuevo líder ha obviado casi por completo la primera polémica que afronta como jefe de filas del partido y que afecta a una de las principales instituciones que su formación gobierna.

La semana pasada Feijóo se pronunció por primera vez reconociendo al alcalde haberse personado como consistorio (luego también lo hizo como Funeraria) al ser el principal afectado por la estafa. No dirigió una palabra de censura hacia el primer edil días después, cuando en una entrevista en la 'cadena Ser' calificó como "pillos" a los empresarios que, aprovechando la desesperación de las administraciones en la pandemia, hicieron negocios redondos con el material sanitario. Sobre Almeida insistió en que es una persona "íntegra".

Otros dirigentes de la cúpula reprochaban el miércoles en declaraciones a este diario "la doble vara de medir" teniendo en cuenta que en el Ayuntamiento madrileño "no hay un solo imputado" mientras que el Ministerio tiene "cuatro investigados". En el PP no esconden el desgaste que ha ido acumulando el alcalde y su deseo de que el asunto "baje pronto de una vez" para no empañar el arranque de Feijóo. Pero al mismo tiempo, insisten, "no alterará los tiempos ni la hoja de ruta" del presidente.