RENOVACIÓN ORGÁNICA

Presión en el PP con la llegada de Feijóo: los candidatos seguirán solo si ganan elecciones

El mensaje de Feijóo cala en los territorios, donde asumen que quien no gane en las próximas elecciones será relevado

Al congreso de Ayuso le seguirán el resto de cónclaves donde hace falta renovar el liderazgo

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. / JOAQUÍN CORCHERO.

Paloma Esteban

Paloma Esteban

El PP se pone en marcha mirando al próximo ciclo electoral. Alberto Núñez Feijóo tenía claro que una de las primeras decisiones que tomaría al llegar a Génova sería reactivar el calendario de congresos internos que la anterior dirección tanto estaba dilatando. El de Madrid, previsto para los días 20 y 21 de mayo, servirá para encumbrar a Isabel Díaz Ayuso, pero también dará el pistoletazo de salida a los cónclaves pendientes de renovar liderazgos.

Algunos territorios siguen pendientes de candidato como La Rioja o Extremadura. En el primero, las miradas se dirigían a Cuca Gamarra como principal referente hasta su nombramiento como secretaria general, que la deja fuera de esa carrera, según explican fuentes de la cúpula, situándola exclusivamente en la primera línea desde Madrid. 

En el segundo, José Antonio Monago, que también tiene peso en los nuevos sanedrines de Génova, ya ha pedido unidad en su relevo tras varias turbulencias en la anterior etapa. Igual que pensaba hacer Pablo Casado, los congresos de Cataluña y País Vasco quedarán para el final, precisamente porque son dos comunidades que no celebran elecciones en mayo de 2023.

La prioridad del PP pasa por poner a punto los territorios que acuden a las urnas el año que viene. En realidad, todos los municipios deben designar también a sus candidatos. Esta era una de las quejas recurrentes de Ayuso a la anterior cúpula, insistiendo en que si pretendía replicar el éxito del 4-M en 2023 necesitaba tomar las riendas del PP regional cuanto antes. A eso se sumaba el agobio que aguantaba desde hace tiempo por parte de muchos alcaldes, que reclaman saber si serán reelegidos como cabezas de cartel. La presión de los municipios se ha hecho notar en prácticamente todas las autonomías que esperan su renovación orgánica.

Alberto Núñez Feijóo, Cuca Gamarra, Alfonso Fernández Mañueco y Elías Bendodo, en el Congreso del PP de Sevilla.

Alberto Núñez Feijóo, Cuca Gamarra, Alfonso Fernández Mañueco y Elías Bendodo, en el Congreso del PP de Sevilla. / EFE

“AQUÍ SE VIENE A GANAR”

Con el nuevo presidente, según ha podido saber este diario, esa presión interna va en aumento. Si el anterior líder y su secretario general, Teodoro García Egea, gastaban muchas energías en dominar los territorios, el actual presidente ya ha dejado claro que tiene la intención de delegar los asuntos propios de cada comunidad en sus respectivos presidentes regionales. 

Lo que le interesa a Feijóo, coinciden varios dirigentes, no es controlar las provincias, sino ganar elecciones. En una reciente entrevista con el diario ‘ABC’ el nuevo presidente deslizó una frase que muchos cargos han grabado en su cabeza: “Yo voy a juzgar por sus resultados electorales, y una persona que pierda las elecciones no puede permanecer en su puesto. Aquí se viene a ganar. Y ganar significa mejorar los resultados electorales”.

La premisa no puede ser más clara y en el partido todos reconocen que está legitimada por las cuatro mayorías absolutas que acumula el líder. “Sabe lo que es ganar, sabe lo que es la política y para lo que estamos aquí. No es cuestión de caerle bien o de ser más o menos amigos”, dice un dirigente territorial con peso resumiendo el mensaje que ha calado en la cúpula nacional y que ya ha empezado a correr por todos los territorios.

Feijóo reúne por segunda vez a su comité de dirección en Génova.

Feijóo reúne por segunda vez a su comité de dirección en Génova. / Tarek/PP

La Comunidad de Madrid es el primer ejemplo porque su congreso está encima de la mesa. Feijóo quiso marcar distancia con la anterior dirección desde el primer momento, poniendo en valor “el activo electoral” que representa Ayuso y defendiendo por encima de cualquier polémica lo que la dirigente madrileña aporta a día de hoy a las siglas populares. Pero en la Puerta del Sol dan por hecho que la defensa del dirigente gallego sobre Ayuso se justifica realmente por los resultados de mayo del año pasado. “Lo que la presidenta consiguió en las circunstancias en las que estaba es lo que valora Feijóo”, zanjan.

Pero el mensaje electoral del presidente nacional ha sido anotado en todos los territorios. La primera prueba de fuego será Andalucía, aunque todas las encuestas apuntan a Juanma Moreno Bonilla como ganador. Cosa distinta será la aritmética que arrojen las urnas y la necesidad del PP por seguir entendiéndose con Vox.

La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. / JULIO MUÑOZ.

Y meses después llegará la gran batalla municipal y autonómica. Dirigentes de la cúpula nacional no restan importancia al mensaje de Feijóo. Al contrario, reconocen que sus exigencias son nítidas y conocidas ya por todos en el partido. A lo que sí apuntan es que no se trata de una decisión con efecto retroactivo y que no busca una revolución de liderazgos en aquellas comunidades donde no se ganaron elecciones. “Miramos al futuro”, aseguran, sin negar que los candidatos que no obtengan resultados en mayo de 2023 serán relevados.

Hay casos como el de Cataluña y el País Vasco que son delicados. Dos comunidades en las que el PP vive sus hojas más bajas (Feijóo lo reconoce públicamente) y en las que el partido debe trabajar intensamente para recuperar presencia. Pero la premura es mucho menor que en otras autonomías, que sí se medirán a sus rivales electorales el año que viene. Como publicó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, muchos dirigentes son conscientes de que podrían gobernar en territorios que hoy dominan los socialistas, pero sumando con Vox, tal y como ha ocurrido en Castilla y León. Ese pacto, que tanto incomoda a la plana mayor del PP, fue visto con alivio desde el primer momento por algunos cargos que se ven con opciones de gobernar de la mano de los ultras.