GUERRA DE UCRANIA

El vídeo B del acto del Congreso con Zelenski: 20 minutos de silencio y un hombre agotado

Un fragmento de 29 minutos que dice más que la grabación emitida en televisión, que muestra las pausas y escuchas del presidente ucraniano

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, durante su intervención telemática en el Congreso de los Diputados.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, durante su intervención telemática en el Congreso de los Diputados. / Congreso

Ángel Alonso Giménez

Hay un enlace en Youtube en el que se ve a Volodímir Zelenski hablar al Congreso sin la voz de la intérprete. Es un vídeo de 29 minutos que dice más que el vídeo de más de 40 que muestra el acto entero en el que el presidente ucraniano se ha dirigido al Gobierno y a los parlamentarios de España. El vídeo B.

Merece la pena repasar ese vídeo más corto, que tiene momentos de drama por la ausencia de técnica. Comienza con la proyección del escudo de Ucrania sobre fondo negro, en medio de un profundo silencio. A partir del minuto 5 y 25 segundos aparece Zelenski en camisa verde y barba de unos cuantos días, visiblemente cansado. Está sentado sobre una silla de respaldo acolchado, similar a las que sirven de escaño en el Congreso, de capa de cuero roja. La pared blanca del fondo realza las facciones del presidente, que revelan su desgaste. La iluminación es tenue porque no hay artefactos que la refuercen, y por ello, las cuencas de sus ojos se aprecian oscurecidas. La bandera de Ucrania reluce a un lado.

Al cabo de unos segundos, el presidente de Ucrania se lleva la mano derecha al pecho en señal de agradecimiento, pues los diputados y senadores en ese momento le han recibido con una ovación, puestos en pie. Esto no se oye en el enigmático vídeo porque no hay entrada de sonido. Zelenski, más tarde, inclina la cabeza hacia adelante, otra muestra de agradecimiento, y tras ello entona unas palabras que quizá signifiquen "muchas gracias". No se sabe, no obstante, porque en este vídeo no hay traducción ni voces ajenas.

Cuando Batet interviene, el mandatario ucraniano escucha callado. Está así, en silencio, cuatro minutos, lo que tarda la alocución de la presidenta del Congreso. No se le ve pinganillo, puede que nadie le esté chivando al oído, en ucraniano, lo que significan las palabras de la tercera autoridad española. Es probable que en la pantalla que observa casi todo el rato siga una traducción simultánea a través de subtítulos. En cualquier caso, esos cuatro minutos componen el retrato de un hombre angustiado, preocupado y agotado. Apenas se mueve, mira levemente a un papel sobre su mesa, sólo excepcionalmente. Serio siempre, se muestra muy atento a lo que ve en una pantalla fuera de plano.

En el 9' 35'' del vídeo, Zelenski comienza a hablar. Su voz es grave, ronca. La entonación, enérgica. A diferencia de los diputados, senadores, invitados, periodistas y demás invitados presentes en el hemiciclo del Congreso, los espectadores de este vídeo oyen a Zelenski sin intérprete. No está traducido tampoco; lo único inteligible son las palabras que se parecen fonéticamente a sus equivalentes en castellano, que no son muchas.

Diez minutos emplea en una intervención estremecedora porque relata, a retazos, el horror de la guerra. De acuerdo con la traducción de la intérprete, hace alusiones al estado en "ruinas" de Mariúpol, arrasada por las tropas rusas, y apela a la imaginación más tétrica porque perfila una vida sin agua, sin luz, sin comidas y sin medicamentos. Habla de una vida en los sótanos, bajo tierra, en donde las bombas hacen menos daño físico. Compara la situación de la Ucrania actual con "abril de 1937", cuando una ciudad llamada Gernika fue destrozada por los bombardeos. Además, pide a empresas españolas (Porcelanosa, la más conocida), que según él mantienen rutas comerciales abiertas con Rusia, que cesen el negocio. Para terminar, agradece la ayuda económica de España, la solidaridad con los refugiados y el envío de armas.

Después, calla. Pedro Sánchez se acerca a la tribuna del Congreso y empieza a hablar. Zelenski, en silencio, nuevamente serio, sonríe poco después; es la única licencia para una emoción más distendida. Recuperará a partir de este instante el desabrimiento y el silencio, y así permanecerá hasta el 27' 43'', momento en el que, tras recostarse levemente sobre el respaldo de su asiento, la conexión se corta. Vuelve entonces el escudo de Ucrania sobre fondo negro. El vídeo acabará un minuto y medio más tarde.

Así es el vídeo B del acto que el Congreso ha dispensado al presidente de Ucrania. El reverso. El vídeo A dura más de 40 minutos y hay ruido ambiente todo el rato, desde que los diputados y los senadores se van apostando en sus asientos hasta que los abandonan. Entre medias, las intervenciones de Batet, de Zelenski y de Sánchez. El vídeo B son 19 minutos de silencio y 9 de voz de Zelenski.

Como ha recordado la presidenta de la Cámara Baja, el hemiciclo se ha engalanado como en sus ocasiones solemnes, esto es, cuando interviene un jefe de un Estado extranjero o el Rey. La puesta en escena se altera. Los operarios del Congreso retiran los escaños habituales por sillas que pegan unas a otras, literalmente. Tan juntas están que diputados y senadores unen sus piernas con las de la persona a su lado. Los más corpulentos se muestran atorados, da un poco de angustia. En la tribuna de invitados, diversos embajadores, entre ellos, obviamente, el de Ucrania. También estaba el Padre Ángel, que es difícil que falle.

La demora ha sido de unos 20 minutos porque Zelenski ha hablado antes ante el Consejo de Seguridad de la ONU, lo que ha llevado más tiempo del esperado. Las pantallas en las que había de irrumpir el presidente de Ucrania enseñaban el escudo del país invadido sobre fondo negro. Cuando el marco de las pantallas quedó ocupado por el célebre invitado, los aplausos citados, y acto seguido, la voz de la intérprete por megafonía. La traducción ha sido cuestionada, sobre todo por el volumen y por no haber permitido escuchar nítidamente la voz del presidente ucraniano.

Ha sido un acto políticamente "blanco", sin críticas ni segundas lecturas, salvo la de los aplausos. Que si los de la CUP no han movido sus manos o que si a Sánchez sólo le han ovacionado los de su bancada. Aquí se ha producido una novedad, cabe reseñar. Aunque tímidamente, la mayoría de la bancada del PP ha aplaudido la intervención del presidente... español. Zelenski lo ha logrado, no es poca cosa.