ELEGIDO CON EL 98% DE LOS VOTOS

Feijóo reivindica la vuelta del PP de las grandes mayorías: "El cambio se ha iniciado"

El presidente ofrece "fiabilidad, madurez y sentido de Estado" mirando a Moncloa

Cambia el tono y ofrece apoyo al Gobierno "para rectificar errores" sin renunciar a hacer oposición

Exige el fin de las soflamas y de repartir "carnés de españoles y patriotas", reivindicando el PP de las mayorías "y de toda España"

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. / JULIO MUÑOZ.

Paloma Esteban

Paloma Esteban

Alberto Núñez Feijóo presentó las credenciales del PP que ya preside oficialmente, después de haber sido elegido líder con más del 98% de los votos en el congreso extraordinario de Sevilla. Un partido que vuelve a las esencias, que defiende el estado autonómico y la nación española, “el partido de los pueblos, las aldeas, las ciudades, el partido de toda España y de las mayorías”. Con muchas interrupciones de aplausos y ovaciones de unas filas que exhibieron rotunda unidad y necesidad de pasar página, el dirigente gallego dejó claro que a partir de hoy ofrece “fiabilidad, madurez, sentido de Estado y un rumbo claro” y que mira a la Moncloa.

Aseguró a todos sus cuadros que “no pueden esperar a que el gobierno caiga por su propia ineficacia”, sino que “ya hay que enseñar otra manera de gobernar” y hacer que los españoles “depositen su confianza, sus certezas y sus esperanzas” en las siglas populares. “Creo que esa gran mayoría es posible”, dijo en distintos momentos a los suyos.

Avanzó una oposición seria y de Estado, garantizando apoyo al Gobierno “para rectificar lo que se hace mal, para dejar de ocultar los problemas que ya hay y que sabe que vendrán,  para agilizar medidas que los españoles necesitan, para cesar a los ministros que hacen oposición desde dentro del gobierno, para bajar impuestos a la política energética y para no depender de los que quieren fracturar España”. La retahíla de propuestas marca un nuevo tono en la relación con el Ejecutivo. Pero, eso sí, zanjó: “No dejaremos de hacer oposición”.

De la misma manera Feijóo aseguró que “no tiene ansiedad por llegar de cualquier forma a la meta” porque desde la oposición el objetivo es “hacer que a España le vaya mejor”. Compatibilizó esa nueva forma de hacer oposición con duras críticas a Pedro Sánchez (“no podemos conformarnos con lo que hay, merecemos el mejor gobierno”) dijo, convencido de que “la inmensa mayoría de los españoles saben que el actual no lo es”. Y lanzando su compromiso: “Nadie puede decir que esto no tiene arreglo porque claro que lo tiene y lo vamos a arreglar”. Por eso pidió a todos sus cargos volver a casa anunciando “a todos vuestros vecinos que el cambio ya se ha iniciado, una vez más en Sevilla, y una vez más en el PP”.

Con palabras de cariño a un Casado que ya firmó su defunción política (dejará también el acta), Feijóo quiso dejar claro que José María Aznar y Mariano Rajoy son sus “referentes y ayudas imprescindibles”. Tampoco dudó en reconocer el sacrificio y la responsabilidad que implica asumir la presidencia del PP. “Si alguien cree que ser presidente de este partido es un honor, un privilegio o un cargo, se equivoca. Porque es un deber, un mandato y una carga. Y tenemos que tenerlo todos claros”, zanjó.

LAS BASES DE SU PROYECTO

Al “sentido de Estado y la responsabilidad” que garantiza como oposición, sumó algunas bases que, según explicó, harán de guía en su proyecto, compatibles con apoyar al Gobierno en determinados momentos. “La moderación no es tibieza, el diálogo no es sometimiento, no nos van a presionar con descalificaciones ni propaganda, ni van a decir qué es lo que tenemos que hacer, pensar o decidir en cada momento”, avanzó, volviendo a arrancar aplausos en la sala.

Fue en todo momento un discurso presidencialista, plagado de intenciones que miran a devolver el gobierno a las siglas populares y asumiendo “lo que realmente supone gobernar”: “Desgastarse para que no se desgaste tu país, gobernar supone tomar decisiones, no esquivarlas, no descargar responsabilidades, ni buscar la derrota de tus rivales, sino la convivencia y el entendimiento para que todo el país pueda avanzar”.

RECADOS A VOX

No mencionó en ningún momento a su rival por la derecha, pero en la intervención no escatimó ni un solo recado al partido de Abascal. Primero, reivindicando al PP como un partido “que no es bisagra ni tiene aspiraciones pequeñas de sumar con uno u otro”, sino “de alcanzar las mayorías” que ha tenido en muchos momentos, y que él conserva en Galicia. 

Pero también miró a Vox al pedir “guardar las soflamas y empezar a trabajar como adultos en la política española”, sin repartir carnés “de más españoles que nadie o más patriotas que nadie”. Y advirtió: “Aquí cabemos todos. Esto es la España de todos y este es nuestro partido”.

Internamente pidió “asumir críticas”, advirtió que no pediría tampoco el carné del PP porque a él no se lo pidieron nunca para empezar a aportar, pero sí exigió frenar el “entretenimiento infantil en el que ha degenerado la política española”, dejando claro que su salto desde Galicia implica “hacer una política seria”.

En un momento crucial, por la guerra de Ucrania y el giro político e histórico del Gobierno con respecto al Sáhara Occidental, Feijóo terminó dejando claro que “lo único innegociable es la integridad territorial” y que la política exterior “no es de un solo hombre” sino de “todos los españoles”. Brindó su apoyo a Felipe VI, “sin dudas, enmiendas o matices”. Antes de empezar a hablar a los suyos comunicó a Zarzuela su elección como presidente del PP. Empieza la era Feijóo.