GIRO HISTÓRICO

La polémica sobre el Sáhara obliga a Albares a subrayar que España está "en el marco de la ONU"

El ministro de Exteriores revela que ayer se reunió con el enviado especial de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura y sostiene que el Gobierno "está comprometido" con el Derecho Internacional

"Queremos contribuir a desencallar un conflicto que dura 46 años con una solución mutuamente aceptable"

Albares intenta trasladar que no hay giro en la postura de España porque Zapatero y Rajoy ya habían saludado los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos para solucionar el conflicto

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, con la de Justicia, Pilar Llop, en una sesión del Senado.

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, con la de Justicia, Pilar Llop, en una sesión del Senado. / David Castro

La enorme polémica interna que ha generado el cambio de postura de España sobre el Sáhara Occidental, que ha pasado de su tradicional neutralidad a avalar el plan autonomista marroquí, ha obligado este martes al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, a defender con ahínco en el Senado que el Gobierno continúa "comprometido con la legalidad internacional" y "con Naciones Unidas, con la carta de la ONU y con las resoluciones del Consejo de Seguridad".

Pese a que este miércoles comparece de manera voluntaria y urgente en el Congreso para explicar el giro del Ejecutivo de Pedro Sánchez, que por primera vez ha reconocido la propuesta de Rabat como la "base más seria, realista y creíble para resolver el diferendo" con el Frente Polisario, Albares se ha visto obligado a responder hasta cuatro preguntas sobre este asunto, no sin cierta incomodidad. Todos sus interlocutores, PP, PNV y ERC, le han afeado tanto la nueva posición como el modo en que se ha producido, a través del gabinete de la Casa Real marroquí. Así como como la falta de transparencia del acuerdo que ha puesto fin al mayor conflicto diplomático con Rabat abierto, precisamente, porque España no modificó su posición sobre el Sáhara cuando en diciembre de 2020 lo hizo Donald Trump.

Pero Albares no ha ofrecido nuevos datos más allá de insistir e insistir, una respuesta tras otra en que España permanece en el marco de la ONU "como siempre" y el apoyo al nuevo enviado especial de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, que lleva cuatro meses en el cargo. La única novedad es que el ministro ha revelado que en este tiempo se ha reunido cuatro veces con él, la última ayer. De hecho, antes de que se hiciera público este giro de España fuentes consultadas por EL PERIÓDICO DE ESPAÑA apuntaban que la implicación de EEUU, Francia y España en el trabajo de Mistura, podría acercar por primera vez una solución a este conflicto. Mistura viaja por la región para mantener contactos con todos los países del Magreb en una avión de las Fuerzas Armadas españolas, facilitado por el Gobierno.

España cambia su postura sobre el Sáhara: un análisis de Marisol Hernández

Marisol Hernández

Con las menciones a la ONU el ministro ha tratado de diluir el respaldo dado a Marruecos. Y también lo ha hecho con el argumento de que los Ejecutivos de José Luis Rodríguez Zapatero y de Mariano Rajoy ya saludaron los "esfuerzos serios y creíbles" de Rabat para solucionar el conflicto. Lo cierto es que nunca se llegó tan lejos como ahora, ni el momento era el mismo, porque EEUU aún no se había decantado a favor de Marruecos, como hizo Trump hace dos años.

Según Albares sólo había dos opciones, no hacer nada o "contribuir a desencallar un conflicto que dura 46 años con una solución mutuamente aceptable", que es lo que ha hecho España. Este movimiento, ha admitido, permite abrir una "nueva etapa" en las relaciones con el reino alauí -la prueba es que ha vuelto la embajadora en Madrid, que llevaba en Rabat desde mayo pasado- y es "muy similar" a lo que ha dicho Francia y Alemania.

Aunque la mayoría de su intervención ha estado centrada en defender el papel de la ONU el ministro ha apuntado también a que la propuesta marroquí es la "base más realista" para buscar una solución, lo que innegablemente apunta hacia esa dirección en el acuerdo que pueda plantear Naciones Unidas. "La relación con Marruecos es fundamental para la lucha contra la inmigración y el yihadismo", ha reconocido. Y frente a las críticas unánimes de la oposición ha apuntado que la solución alcanzada con Rabat ha sido aplaudida por "Canarias, Ceuta y Melilla".