RELACIÓN PP-VOX

Vox asume que ganará espacio por la derecha con las protestas sociales y el talante de Feijóo

La tesis de Abascal es que el discurso de centralidad de Feijóo permite un reparto de papeles en la derecha

Vox capitalizará el malestar social en la calle y el acercamiento del PP al Gobierno

Valoran la posición "previsible y moderada" del gallego frente los "bandazos" y la "mala relación" con Casado

Santiago Abascal

Santiago Abascal / EFE

Paloma Esteban

Paloma Esteban

La llegada de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del PP no inquieta por ahora a Vox. Las encuestas (que aún manifiestan el efecto de la demoledora crisis interna de los populares) siguen aupando al partido de Santiago Abascal —sus sondeos internos apuntan incluso al sorpaso, según fuentes de la dirección— y el primer acuerdo de gobierno en Castilla y León confirma a ojos del partido ultra un mayor entendimiento en esta nueva etapa. Pero, la tranquilidad que reflejan los principales dirigentes de Vox ante el discurso “del moderado Feijóo” tiene mucho que ver con el espacio que a su entender dejará por la derecha.

La tesis de Vox es que el discurso de centralidad que el presidente de la Xunta defiende en Galicia y que pretende hacer extensible a Madrid no convencerá a una inmensa bolsa de votantes que migraron desde las siglas conservadoras a las suyas. Y, de hecho, consideran que por eso Isabel Díaz Ayuso seguirá marcando perfil propio.

Dirigentes de peso aseguran que “el reparto de papeles” de los dos partidos se puede evidenciar aún más con la nueva dirección y que el discurso de Vox “quedará más claro” en los próximos días. El PP participará en la manifestación del mundo rural este domingo en la capital, igual que el partido ultra, que además ha convocado protestas en todos los ayuntamientos de España para el sábado por la escalada de precios en la energía, los carburantes y la cesta de la compra. “¡Sal a defenderte!” clama el cartel de Vox. El Gobierno no esconde su preocupación ante los próximos días de protestas, con los transportistas también a la cabeza, que evidencian el fuerte malestar en la sociedad.

En el nuevo PP, cuyas riendas cogerá Feijóo en el congreso de Sevilla del primer fin de semana de abril, habrá una apuesta decidida por la oposición institucional. En los últimos dos años los populares se han visto inmersos en un debate continuo sobre si competir o no por el malestar social en las calles. Vox siempre ha defendido las protestas y la agitación social contra el Gobierno de Pedro Sánchez por sus pactos políticos con independentistas y la izquierda abertzale, los indultos a los dirigentes del procés y la coyuntura económica que ahora irá a peor. En el PP, en cambio, nunca lo han tenido tan claro.

Y la conclusión a la que ya llegó la anterior dirección es que no podía seguir compitiendo con Vox en la calle. Pero los bandazos de Pablo Casado en sus posiciones generaban dudas continuas. El mandato del nuevo PP, insisten en la dirección provisional, es mucho más claro. La oposición ha de hacerse en las instituciones y el partido dará apoyo como organización a los sectores que decidan manifestarse contra el Gobierno. El ejemplo más claro es el del campo de este domingo. “Pero sin abusar”, matizan fuentes de la formación.

Vox considera que liderar las protestas le hará ganar peso en las bases sociales y permitirá al partido lanzar un mensaje que el PP no podrá permitirse. A eso, indican fuentes de la formación ultra, se suma la línea de mayor entendimiento de los populares con el Gobierno ante la invasión rusa de Ucrania. La posición del PP es la de estar al lado del Ejecutivo en las medidas económicas que deban tomarse, sobre todo por el inédito escenario que el conflicto bélico abre en Europa y las consecuencias “aún inimaginables”, insisten fuentes populares, que ya está conllevando la guerra.

De hecho, a pesar del malestar por la falta de concreción en esas medidas tras la primera reunión entre Gobierno y PP en el Congreso, fuentes del partido que ya encabeza extraoficialmente Feijóo aseguran que el entendimiento con Sánchez se producirá. Los populares consideran que el Ejecutivo llega tarde a una rebaja fiscal que podía haber avanzado sin esperar al Consejo Europeo de finales de mes. Y temen que el objetivo de Sánchez sea en realidad materializar una bajada de impuestos muy pequeña que se compense con otras medidas pactadas en Bruselas.

Pero el PP sigue abierto a respaldar el decreto que apruebe el Consejo de Ministros el día 29. Una posición muy distinta a la de Vox que, aunque ve con buenos ojos algunas iniciativas (como el aumento del gasto en Defensa hasta llegar al 2% del PIB), ni siquiera se sentará en la ronda de contactos con el Gobierno. Santiago Abascal tiene claro que no se hará una foto con los ministros de Sánchez y que sólo participará en debates públicos dentro del hemiciclo. “Que se hagan la foto con Bildu”, decían en su entorno.

Con estas diferencias encima de la mesa, Vox entiende que los actores en el mapa de la derecha quedan ahora mejor distribuidos. “Con Casado la relación era inexistente. Y el entendimiento, por eso mismo, también”, dicen en la dirección ultra. “Pero los bandazos de Casado también complicaban todo mucho”, reflexionan, frente a la posición de Feijóo que ven “más moderada, más previsible”, y más sencilla para ellos, añaden.

A pesar de la distancia ideológica (Abascal ha cargado duramente contra el presidente de la Xunta en muchas ocasiones, precisamente por sus políticas en Galicia) en Vox consideran que “el talante” de Feijóo permitirá espacios de entendimiento mayores. “Al menos no hemos visto insultos”, aseguran, recalcando el fuerte malestar que existía con la anterior dirección popular.

El gobierno de Castilla y León obligará además a mantener una mínima interlocución. En el entorno del presidente de Vox no ven con malos ojos un encuentro próximo con Feijóo y descuentan que se irán produciendo contactos. A pesar de que el PP gallego asegura que el acuerdo castellanoleonés es una excepción por el escenario general del momento y la necesidad de evitar nuevas elecciones y formar un gobierno cuanto antes, en Vox entienden que se trata de un primer paso que con Casado no estaba nada claro. “El PP a lo suyo y nosotros a lo nuestro”, resume un alto dirigente revelando la hoja de ruta: “Si Feijóo sigue por ese camino, nosotros tenemos despejado el nuestro”.