PRESUPUESTO DE DEFENSA

¿La gran renovación del Ejército español? Qué significa la propuesta del 2% para las Fuerzas Armadas

Si finalmente aumenta de forma importante el presupuesto de Defensa, se dedicará a grandes programas

El Ejército español se modernizará con el futuro programa de avión de combate europeo FCAS, las fragatas F 100 o los drones EuroMALE

El PERIÓDICO DE ESPAÑA analiza con varios expertos ese gasto en modernización

Simulación del submarino S80

Simulación del submarino S80

Mario Saavedra

Mario Saavedra

“¡Al fin, demos gracias a Dios!”. Entre efusivo y sarcástico se muestra el ex Jefe del Estado Mayor de la Defensa Fernando Alejandre Martínez cuando este diario le pregunta por su opinión ante el anuncio de Pedro Sánchez de que va a aumentar el presupuesto de Defensa hasta el 2% del PIB. “Será difícil llevarlo a la práctica. Pero si da la orden de gastar el dinero, será útil para modernizar las Fuerzas Armadas españolas”, explica el que fue Jemad entre 2017 y 2020, durante el Gobierno de Mariano Rajoy.

La OTAN sitúa el gasto real de España en Defensa en 12.000 millones, el 1% del PIB. Si España quiere cumplir el compromiso de Gales, firmado en 2014, de aportar el 2% del PIB a Defensa, debería sumar 12.000 millones de euros aproximadamente de aquí a 2024, algo que ninguna de las cinco fuentes consultadas considera viable. Si se toma como punto de partida el 1,4% de gasto en Defensa al que se ha referido Pedro Sánchez este lunes para comprometerse a llegar al 2%, harían falta aún unos 7.000 millones más en dos años. 

“Estoy de acuerdo con la necesidad de llegar a ese porcentaje, el salto real no sería tan alto”, apunta a

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA

Aurelia Valiño, catedrática de Economía Aplicada de la Universidad Complutense. “Es un compromiso y somos los primeros beneficiados. Las inversiones en Defensa se ha demostrado que son importantes para crear empleo y el crecimiento económico”, explica Valino, autora de trabajos sobre la financiación de la Defensa en España. El gasto en Defensa suele ir relacionado con la investigación y el desarrollo y con empleos sólidos y bien pagados. 

El compromiso, realizado por Pedro Sánchez en una entrevista de televisión, no tiene fecha, pero supone un cambio de discurso. En 2018 la ministra de Defensa, Margarita Robles, dijo que España no podía contribuir con el 2% a la OTAN “ni ahora ni a medio plazo”. Cuatro años después, la guerra en Ucrania ha provocado un cambio de rumbo. 

Esos miles de millones, aún por cuantificar y si es que finalmente se gastan, ¿en qué se usarían? Sobre todo en los grandes proyectos de armamento. Algunos son acuerdos ya adquiridos, otros son apuestas de futuro.

“En diciembre del año pasado se aprobó un programa especial de compras por valor de 9.133 millones de euros. El paquete más grande son los 2.500 millones destinados al proyecto de avión de combate europeo FCAS [Future Combat Air System] hasta 2027”, explica a

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Pere Ortega, del Centro Delás, que hace un seguimiento de los datos de gasto en Defensa en España. “También se han aprobado 1.900 millones hasta 2035 para fabricar el dron europeo EuroMALE”. Hay, además, una veintena de aviones de combate Eurofighter F-2000 pedidos, otros 4.200 millones en 14 años”. 

Proyecto del futuro avión de combate europeo (NGWS/FCAS)

Proyecto del futuro avión de combate europeo (NGWS/FCAS) / Ministerio de Defensa

Las compras de Defensa tienen sus peculiaridades. Primero, porque la Armada y los ejércitos de Tierra y Aire compiten por los recursos y las compras. Segundo, porque el planteamiento de este gasto nunca es puro: no se decide solo qué necesitan las Fuerzas Armadas, sino también a quién se le compra, primando a la industria nacional, europea o con fabricación local: Navantia, Indra, Airbus, Santa Bárbara… Y, tercero, porque son compras a muchos años vista. No se adquieren aviones de hoy para mañana. Se encargan, y se tardan varios años en construirlos y recibirlos. 

“Hay que aprovechar para emprender una nueva modernización, no pagar la que ya se hizo entre 1999 y 2005”. Entonces se realizaron grandes programas, algunas de cuyas entregas siguen llegando ahora, explica el Fernando Alejandre Martínez a este diario.

El general, autor de “Rey servido y patria honrada: Una visión de la defensa de España”, repasa la ‘lista de la compra’ de las Fuerzas Armadas: “Las fragatas F110 están en vías de compra; hacen falta también los submarinos S80, que reemplazan a los viejos de la serie Dafne y que tienen más de 30 años. En el Ejército del aire hay que sustituir los aviones de guerra electrónica. Los F18 empiezan a tener muchos años. De Tierra, ya en marcha pero retrasado desde 2008, está el programa de movilidad del [vehículo de combate sobre ruedas Dragón] 8x8. Y el de los helicópteros estadounidenses que hay que sustituir por los NH90”.

Simulación de la fragata S110

Simulación de la fragata S110 / Defensa

¿Genera empleo o detrae recursos?

Algunas fuentes que prefieren no ser citadas apuntan a que lo ideal sería tener una central de compras común, europea. Trasladar a las compras para el Ejército de Tierra y la Armada el modelo de las aeronaves. La empresa europea Airbus provee de los aviones de combate y Eurocopter de los helicópteros a las Fuerzas Armadas de los países. Convendría pensar en una industria militar común europea, sostienen. Previa, quizá, a un Ejército común. 

El previsible y anunciado aumento del gasto militar no es del gusto de todos. Unidas Podemos ha expresado este martes su rechazo a esa idea de Pedro Sánchez. Organizaciones por la paz, como la dirigida por Pere Ortega, apuntan a que ya gastamos demasiado en armamento. "Considerando la crisis que atravesamos por causa del covid y la que vendrá por culpa de la guerra, me parece un escandalo pues aumentar 10 o 12.000 millones el gasto militar. Recortará de otros ministerios y empobrecerá a los mas necesitados en ayudas sociales", opina Ortega.

Algunos analistas subrayan que en el actual contexto, con una inflación muy alta, no es el momento de gastar en armamento sino en políticas sociales. La invasión de Ucrania ha puesto a España en lo que algunos economistas califican ya de “economía de guerra”. 

El acuerdo de Gales de 2014 con la OTAN

España se ha caracterizado siempre por su bajo gasto militar, sobre todo comparado con otros de su entorno como Francia, Alemania o Reino Unido. Desde la entrada en la OTAN (el 30 de mayo de 1982), se ha confiado parte de la Defensa a la Alianza Atlántica. En 2014, después de la anexión rusa de Crimea, se celebró una cumbre en Gales (Reino Unido).

Barak Obama era entonces el presidente de Estados Unidos. En aquel encuentro, todos los países miembro tomaron la decisión de destinar el 2% del PIB al gasto militar. Aquel año, en el caso de España, ese porcentaje equivalía aproximadamente a 24.000 millones de euros al año, “y estábamos gastando un poco más de 9.000”, asegura el ex Jemad Fernando Alejandro Martínez.

Era un aumento sustancial. Y un 20% de ese dinero debería ir a la modernización de las Fuerzas Armadas. Donald Trump presionó mucho para que los países europeos, todos muy alejados de esa cifra, cumplieran. Llegó a amenazar con sacar a Estados Unidos de la organización de defensa, algo que no llegó a cumplir.