GUERRA DE UCRANIA

'Odesa 26/10/2021': el premonitorio viaje a Ucrania de un senador de Almería

Luis Rogelio Rodríguez-Comendador es el último representante del Parlamento que viajó a Ucrania en visita oficial, antes de que Vladimir Putin empezara la invasión

Fue el único español que acudió al foro de la asamblea parlamentaria de la OTAN y de diputados ucranianos, quienes transmitieron ya sus temores

El senador del PP por Almería Luis Rogelio Rodríguez-Comendador

El senador del PP por Almería Luis Rogelio Rodríguez-Comendador / Alba Vigaray

Ángel Alonso Giménez

El 26 de octubre de 2021, tras un largo viaje con escala en el aeropuerto de Estambul, el senador del PP por Almería Luis Rogelio Rodríguez-Comendador llegó a Odesa, la tercera ciudad de Ucrania, junto al Mar Negro. Nadie le esperaba a pesar de ser el representante de las Cortes Generales españolas en la reunión conjunta con parlamentarios de la Rada Suprema ucraniana que iba a celebrarse hasta el 28 en la localidad portuaria. Rodríguez-Comendador se subió a un taxi y se fue al hotel en el que trabajaría y pernoctaría durante las siguientes dos noches. Estaba cansado y decidió dormir; tenía que madrugar a la mañana siguiente. Por delante, intensas jornadas de escucha, preguntas y redacción de informes.

La OTAN tiene la culpa de este viaje. Rodríguez-Comendador es uno de los doce integrantes de la delegación de diputados y senadores (seis y seis) que forman parte de la Asamblea Parlamentaria de la Organización. Es un órgano que reúne a 266 representantes de los ciudadanos de los 29 Estados que la componen, a los que hay que sumar los de los países asociados. El senador no fue al sur de Ucrania por la Asamblea, esas son ocasiones de más boato y pompa; fue como miembro de la comisión que junto a una serie de parlamentarios ucranianos analizaba el proceso para que el hoy país invadido sea un socio más. Es un formato más modesto y nada mediático, pero muy denso.

Luis R. Rodríguez-Comendador durante la conversación con EPE

Luis R. Rodríguez-Comendador durante la conversación con EPE / Alba Vigaray

Odesa, el 26 de octubre de 2021, era una ciudad tranquila, alegre, cultural. Aunque estuvo tres años antes por un viaje similar, entonces acompañado por más colegas del Congreso y del Senado, Rodríguez-Comendador se propuso patearla bien. Lo haría al día siguiente, más descansado.

Sándwiches y "audis"

A los viajes oficiales de diputados y senadores suelen ir en grupo, aunque no siempre. A veces toca ir solo. Le tocó, hace cuatro meses, a un senador del PP que antes fue presidente de la diputación provincial almeriense y alcalde de Almería desde 2003 a 2015.

Desde hace mucho le interesan los temas militares, reconoce en conversación con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. Es vicepresidente de la Comisión de Defensa del Senado e integra la delegación española de la Asamblea de la OTAN desde 2011. Ha hecho unos cuantos viajes como el de Odesa y ha labrado amistad con homólogos portugueses, letones y hasta con un exministro de Margaret Thatcher, quien hasta los 80 años formó parte de estas comitivas.

Día quince de la invasión de Rusia a Ucrania

Central nuclear de Chernóbil. En vídeo, brutal ataque aéreo a un hospital en la ciudad de Mariúpol durante un alto el fuego. Foto: Sergei Ilnitsky. Vídeo: Atlas. / Vídeo: Agencia ATLAS | Foto: EP

El nombre oficial que llevó a Rodríguez-Comendador hasta Odesa es éste: "Reunión conjunta de la Comisión Política con el Consejo Interparlamentario Ucrania-OTAN (UNIC) y el Consejo Interparlamentario Georgia-OTAN (GNIC)". Bajo este título larguísimo se desplegaron una serie de sesiones meramente informativas e intervenciones de los propios diputados ucranianos, de expertos militares y de profesionales académicos. Como apunta el senador, el material recabado debe traducirse al final en recomendaciones de cariz político, plasmadas en informes que más tarde analizará la Asamblea en el plenario que corresponda (hay dos al año).

El 27 de octubre, el senador por Almería se despertó temprano y bajó a desayunar a las 7.30 horas. Entre las 8.15 y 8.30 comenzaban las sesiones, tal y como figuraba en el programa previsto. Los asistentes no salieron de la sala salvo para el café de las 10.00 horas y el almuerzo de las 13.30, que en Odesa fueron "sándwiches malísimos". Por la tarde se reanudaban los trabajos, por regla general hasta las 18.00 horas. A partir de entonces, tiempo libre. Rodríguez-Comendador aprovechó para ir a su habitación, ponerse más cómodo, abrigarse bien y salir a pasear por Odesa.

Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, en una de las sesiones de la reunión conjunta celebrada en Odesa.

Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, en una de las sesiones de la reunión conjunta celebrada en Odesa. / Foto cedida por Luis Rogelio Rodríguez-Comendador

Durante cuatro horas caminó sin rumbo por las calles. Se detuvo ante el Teatro de Ópera y Ballet, el más antiguo de la ciudad, y observó que habría función en unos minutos. Intentó comprar una entrada, pero fue en vano. Todo se había vendido. Se quedó quieto un rato en la famosa escalera Potemkin, en donde hace casi un siglo se rodó una de las películas más importantes de la historia del cine.

El movimiento de personas y coches, las luces, el ajetreo mostró a Luis Rogelio Rodríguez-Comendador una ciudad hermosa, más o menos pujante, con ganas de entrar en la modernidad. Hubo algo que le hizo recordar imágenes de los 70 y 80 porque junto a "audis" de alta gama circulaban viejos "skodas" y "ladas".

No detectó nada que le infundiera el temor a una guerra. Mientras los parlamentarios ucranianos y demás expertos a los que escuchó atentamente durante la mañana expresaban incertidumbre y dudas acerca de las intenciones de Vladimir Putin, los ciudadanos acudían al teatro, tomaban cerveza, paseaban, volvían a sus casas... "Gente hospitalaria, gente afectuosa, una ciudad en movimiento", recuerda el senador.

El dispositivo de alambradas de espino que los ciudadanos de Odesa han instalado a la espera del asedio ruso.

El dispositivo de alambradas de espino que los ciudadanos de Odesa han instalado a la espera del asedio ruso. / Ukrinform

La Odesa que Rodríguez-Comendador observó y pateó el 27 de octubre de 2021 era una. La Odesa que en marzo de 2022 aguarda un feroz ataque ruso es ya otra.

La visita a la base naval

Los representantes de los parlamentos de los estados que forman la OTAN recibieron abundante información sobre el contexto en el que se movía Ucrania antes de la guerra. Parece que ha pasado una década, pero sólo han pasado cuatro meses. Los intervinientes se prodigaron durante media hora en los distintos ángulos de la realidad de la zona y los invitados formularon preguntas y tomaron nota. En las charlas se notó ya la sombra amenazante del presidente de la Federación Rusa.

Éste fue el esquema de los días 27 y 28. Sin embargo, es habitual que en la agenda de este tipo de viajes se incluyan visitas a instalaciones militares. En Odesa, Rodríguez-Comendador y sus colegas acudieron al Puerto, que se divide en una sección comercial y en otra militar, separadas por una valla. El objetivo de los anfitriones fue mostrar el material. El senador del PP quedó impresionado, y no para bien.

"Nos enseñan un material que es obsoleto. Barcos antiguos, cedidos sobre todo por Estados Unidos. La marina ucraniana no es precisamente de cierta consistencia. En el plano militar es una marina antigua. Sus buques datan de los 70 y 80. Es verdad que están intentando modernizarlos, pero son vetustos", explica Rodríguez-Comendador.

Imagen de una embarcación de la flota ucraniana en Odesa.

Imagen de una embarcación de la flota ucraniana en Odesa. / Foto cedida por Luis Rogelio Rodríguez-Comendador

De lo que sí dispone es de unos "comandos especiales": "Lanchas neumáticas, como las Zodiac, con elementos más modernos. Tienen también embarcaciones más pequeñas de los años 2000. Pero es una flota antigua. No se puede comparar con lo que tiene su vecino ruso, ni siquiera con lo que tenga cualquier país occidental", concluye.

Montaron en una de las embarcaciones. Enfundados en los chalecos salvavidas dieron una vuelta por las inmediaciones de la costa de Odesa. Tras el periplo, asistieron a un homenaje a los caídos en la guerra de la península de Crimea, en 2014. La orquesta de la base naval interpretó el himno del país y los invitados occidentales depositaron flores en el monumento conmemorativo. Fue emocionante, recuerda el senador.

El programa de la tercera noche en la ciudad, antes del regreso, se completó con una cena de anfitriones e invitados. Un cierre distendido tras dos días de denso trabajo. Aquella noche fue la última del senador en una Odesa en paz. Y fue la última de un parlamentario español en la Ucrania anterior a la invasión.

Una sensación y una reflexión

"En el regreso me pregunté si tenían razón los colegas ucranianos. Que todos ellos, de distintas ideologías y sensibilidades, mostraran preocupación era sintomático", remarca el senador del PP durante la conversación, en la cafetería de la Cámara Alta. Visto con el tiempo, "130.000 soldados no se juntan en la frontera para hacer maniobras", sentencia.

Una foto proporcionada por el servicio de prensa presidencial muestra al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky (centro) durante una visita a la línea del frente no lejos de la ciudad de Donetsk, Ucrania, controlada por militantes prorrusos.

Una foto proporcionada por el servicio de prensa presidencial muestra al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky (centro) durante una visita a la línea del frente no lejos de la ciudad de Donetsk, Ucrania, controlada por militantes prorrusos. / EFE

Con tristeza, Rodríguez-Comendador da por hecho que "Odesa caerá" y que "Ucrania entera caerá". A partir de ahí, la incertidumbre en mayúsculas. "Sólo una persona sabe qué va a pasar, y esa persona es Putin. Nadie, insisto, nadie puede decir a ciencia cierta, ni siquiera jefes de Estado, cómo va a terminar esto.

La idea de los rusos es no parar hasta que el Gobierno ucraniano y Ucrania caigan al cien por cien. Kiev caerá. Ojalá se quede ahí. Pero a tipos como Putin la diplomacia no les vale. Con la guerra de Crimea no sirvió. Hubo sanciones, pero no le hicieron daño. Ahora son más contundentes, lo que apoyo. De todos modos, a sátrapas y a ególatras así, si les cierras todos los caminos, se pueden descontrolar. Creo que, al mismo tiempo que hay que mantener la presión, en lo que estoy totalmente de acuerdo, hay que dejar abierta una puerta pequeña por la que pueda escapar".

Prosigue la disertación: "Europa no estaba preparada para esto. No podemos ser ingenuos; tampoco alarmistas. No creo que haya hecatombe nuclear, pero lo que ha hecho no puede quedar sin respuesta. Ésta es una guerra contra Europa. Putin desprecia Europa. Así que la actitud de Jens Stoltenberg -el secretario general de la OTAN- me ha resultado importante porque Putin sólo respeta la fuerza".