JUNTA DIRECTIVA NACIONAL

El PP pone en marcha "el congreso de reinicio" tras el adiós a Casado y el resbalón de Ayuso

Dirigentes populares critican "el ajuste de cuentas innecesario" de Ayuso en el entierro político de Casado

Feijóo y González Pons intentan evitar errores del pasado y cierran filas con la presidenta madrileña

El partido firma el adiós a Casado a pesar de que su despedida definitiva será en abril

Pablo Casado al salir de la Junta Directiva Nacional.

Pablo Casado al salir de la Junta Directiva Nacional. / JOSÉ LUIS ROCA

Paloma Esteban

Paloma Esteban

El Partido Popular pone rumbo a su nueva etapa. El cónclave extraordinario de Sevilla, “un congreso de reinicio” en palabras de Esteban González Pons, que vuelve con mucho peso a la escena nacional de la mano de Alberto Núñez Feijóo, dará en un mes carpetazo total a los casi cuatro años de Pablo Casado al frente de la organización. El todavía presidente popular tendrá otro discurso de despedida en el congreso, pero en la Junta Directiva Nacional celebrada este martes ya escenificó un adiós completo. Su intervención, “humilde y elegante” en palabras de distintos dirigentes territoriales, incluidos los que más críticos fueron con él en días pasados, se encontró una durísima réplica de la mano de Isabel Díaz Ayuso, en la que el partido percibió un ajuste de cuentas “innecesario”.

La presidenta de la Comunidad de Madrid fue la primera en pedir turno. La idea inicial era que más presidentes autonómicos lo hicieran, pero al final solo el extremeño José Antonio Monago y el castellano manchego Paco Núñez hicieron uso de la palabra. 

La severidad de la intervención de la madrileña sorprendió incluso a algunos fieles de la propia Comunidad de Madrid, que le reprochan “haberse pasado de frenada” en el 'entierro político' de Casado pidiendo perseguir y expulsar del partido a cualquier persona relacionada con el supuesto espionaje que habría sufrido y que el líder del PP volvió a negar ante más de 400 cargos del PP de toda España.

Según distintos asistentes a la Junta Directiva y, la intervención de Ayuso no contó con gran aceptación al entender, por un lado, “que abusó al hablar de sus familiares y de su ámbito personal” tras días en los que “todo el partido ha sufrido mucho” y, sobre todo, afirman, “después de que Casado pidiera perdón y asumiera errores”. “Se ha pasado tres pueblos”, aseguran a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA dirigentes de distintas comunidades autónomas.

La sensación de venganza en su discurso después de haber ganado el pulso interno (Casado deja la presidencia y Teodoro García Egea ya dimitió como secretario general) no gustó a buena parte de los presentes, que participaron en un “aplauso de cortesía”, según acreditan fuentes presentes en la reunión. A pesar de todo ello, Feijóo -que previsiblemente confirmará su candidatura en Santiago de Compostela este miércoles en la junta directiva del PP gallego- no dudó en defender a Ayuso, dejando claro que no cometerá los errores de la anterior cúpula popular: “La presidenta es un activo incuestionable y defenderemos su honorabilidad”, zanjó a la salida del encuentro.

González Pons recogió el testigo por la tarde en la sede de Génova siendo todavía más contundente: “El expediente informativo está cerrado. Tenemos confianza total en su honorabilidad y no es cuestión de pedir explicaciones. Es que ni siquiera es necesario  pedirlas”. No hay duda. El nuevo PP da un paso adelante y no reabrirá ninguna herida sobre el caso de Ayuso, aunque algunos dirigentes reconocen que los “conflictos” más adelante serán inevitables.

La presidenta madrileña tampoco ha dudado un solo segundo en cerrar filas con el presidente de la Xunta, a pesar de que los estilos políticos de ambos difieren en muchas cosas. Como publicó este periódico, en la Puerta del Sol reconocen que el mensaje de unidad prevalecerá pero, al mismo tiempo, señalan que “Ayuso no dejará de ser Ayuso” y que confía en tener vía libre para seguir adelante con su discurso y perfil propios.

En realidad, los primeros compases de la etapa Feijóo (aún sin hacerse oficial) avanzan que el modelo del gallego será el de un partido fuertemente autonomista en el que los territorios tendrán mando en plaza. Las dificultades, sugieren algunos cargos, vendrán a la hora de fijar posiciones comunes como la política de pactos con Vox.

Tras las palabras de Ayuso, que algunos dirigentes califican de “improcedentes”, Casado volvió a tomar la palabra para dar la réplica a la presidenta (lo hizo con todos los que hablaron, uno a uno). “Esta situación ya me ha llevado a mí por delante, y ahora tenemos que buscar un nuevo presidente que encabece el partido, y que tendrá desde la discreción absoluta todo mi apoyo”, llegó a decir el aún líder nacional en un momento. “Ha estado impecable”, insistían distintos cargos.

La idea es que Casado se despida definitivamente en el congreso de abril. Sus allegados siempre defendieron que merecía dejar la presidencia en un congreso, exactamente igual que fue elegido en 2018 a través de las primeras primarias celebradas en el partido. La desconfianza absoluta entre dirigentes territoriales le obligó a dejar por escrito su compromiso de que no optaría de nuevo a la presidencia y, de facto, a una renuncia en diferido. 

Pero la puesta en escena de Cuca Gamarra como coordinadora general (este miércoles intervendrá en nombre del PP en el pleno sobre Ucrania midiéndose con el presidente del Gobierno) y González Pons asumiendo el congreso que pondrá los pilares del nuevo partido no deja lugar a dudas. La etapa Casado ha terminado ya y no hay marcha atrás. El congreso se celebrará los días 1 y 2 de abril en Sevilla para aupar a Juanma Moreno Bonilla, el siguiente presidente que se enfrentará a unas elecciones autonómicas. El domingo día 3 habrá un comité ejecutivo en la misma ciudad. Y antes Alfonso Fernández Mañueco debe cerrar su acuerdo de gobierno en Castilla y León.