NUEVA ETAPA EN EL CONGRESO

"Hace falta otro PP": el PSOE espera que el ciclo "postCasado" apague la crispación y reactive el diálogo

La plana mayor socialista confía en que el cambio de liderazgo en el PP instale en el Congreso un clima más calmado que facilite el diálogo con el PP

Ello no significa que los acuerdos con los populares se conviertan en una opción a tener en cuenta por el PSOE; la prioridad seguirá siendo el bloque de izquierdas

Pablo Casado llega al Congreso arropado por Ana Pastor y Cuca Gamarra

Pablo Casado llega al Congreso arropado por Ana Pastor y Cuca Gamarra / DAVID CASTRO

Ángel Alonso Giménez

Al PSOE, de rebote, se le abre un periodo plagado de interrogantes. La catarsis del PP y el nuevo ciclo que ya ha comenzado, incluso antes de la dimisión de Pablo Casado, le genera ilusión, pero a la vez angustia. La ilusión tiene que ver con la sensación de que "lo que venga no puede ser peor", en palabras de una fuente del grupo socialista en el Congreso. El nivel de incomunicación creado desde que empezó la legislatura ha llegado a cotas difícilmente superables. Cualquier conato de diálogo que se produzca será bienvenido.

La angustia apunta a la impresión de que el batacazo está siendo tan inapelable que los populares, social y electoralmente, ya sólo pueden remontar. Ocurre que con los cambios de liderazgo, sobre todo si son tan sobrecogedores como el que está viviendo el principal partido de la oposición, vienen épocas de unidad, compromiso y entusiasmo. Lo saben bien en el Partido Socialista porque hace cinco años, tras vencer en las primarias alguien llamado Pedro Sánchez, experimentaron exactamente eso.

Pablo Casado, abandona el Congreso.

Pablo Casado, abandona el Congreso. / EFE

Sin embargo, a la espera de acontecimientos que no dependen de las siglas del puño y la rosa, la idea es centrarse en el panorama parlamentario y aguardar a lo que en él tenga lugar. Fuera queda el Consejo General del Poder Judicial, cuya renovación abordaba esporádicamente el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, con el exsecretario general del PP Teodoro García Egea. Fuera éste de cualquier función en el Partido Popular, la mano derecha de Sánchez aguardará a un nuevo interlocutor. El Congreso tendrá que avalar las designaciones, pero no es en el marco parlamentario en donde se desarrollará esta hipotética negociación.

El cambio deseado: sólo en el ambiente

Lo que ha sucedido este miércoles en el hemiciclo de la Cámara tras la marcha de Casado es un escenario deseado por la plana mayor socialista, cuentan a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA fuentes de la dirección del partido. Se trata de un paisaje en el que aparece una bancada del PP tranquila, sin diputados que lancen improperios a voz en grito y hagan aspavientos. De hecho, hasta que intervino la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, el ambiente ha estado tranquilo. Los mayores tumultos se han producido en la sección que ocupan los diputados de Vox, con lo que cuenta el PSOE, indican sus fuentes.

Es más: es probable, apuntan, que su actitud se radicalice precisamente porque habrá un repunte del PP en el espectro social del centroderecha y de la derecha. Los de Santiago Abascal, en busca de diferenciación, protagonizarán intervenciones más duras.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, charla con el del PP, Pablo Casado, en el escaño de este en el Congreso.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, charla con el del PP, Pablo Casado, en el escaño de este en el Congreso. / epe

Si es el caso, la relación del Partido Popular y del Partido Socialista podría virar. "Hace falta otro PP", afirma una de las fuentes consultadas. Y para ello, explica, es clave que el ambiente sea otro, que se amanse y se pacifique. Es así cómo podría reanudarse un proceso de diálogo más o menos normalizado, que durante un tiempo no ha existido. Si bien la interlocución sobre cuestiones de rutina parlamentaria nunca se ha roto, las conversaciones para posibles pactos en leyes prioritarias de la agenda del Gobierno hace tiempo que se interrumpieron. Ha habido en normas sin tanto foco, dentro de las respectivas comisiones parlamentarias, pero poco más, y casi siempre para constatar el disenso.

La comunicación entre el portavoz del PSOE desde el pasado mes de septiembre, Héctor Gómez, y la popular Cuca Gamarra no es nula. Existe confianza entre ambos para que puedan abordar la agenda legislativa, algo que con la antecesora del diputado socialista, Adriana Lastra, costaba más. Sin embargo, eso no se ha traducido en una frecuencia mayor de contactos entre los dos principales grupos del Congreso.

GRAF2247. SAN CIBRAO (OURENSE), 21/02/2022.-El presidente de la Xunta y del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, atiende a la prensa en San Cibrao das Viñas (Ourense) a su salida de una visita a la fábrica de Aceites Abril. EFE/ Brais Lorenzo

GRAF2247. SAN CIBRAO (OURENSE), 21/02/2022.-El presidente de la Xunta y del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, atiende a la prensa en San Cibrao das Viñas (Ourense) a su salida de una visita a la fábrica de Aceites Abril. EFE/ Brais Lorenzo / EFE

Creen las fuentes del PSOE consultadas que si el nuevo presidente del PP es Alberto Núñez Feijóo se impondrán perfiles más moderados, también en la Cámara Baja. Podría seguir Gamarra, a quien, a pesar de la ausencia de pactos concretos, la dirección parlamentaria socialista le atribuye un talante pactista.

Pero sin cambios en las alianzas

Una cosa es que haya más interlocución con el PP, o que ésta se normalice, y otra bien distinta es que haya voluntad de pactos. Las fuentes, al respecto, se muestran cautas. La idea a medio y largo plazo que siguen barajando es la de mantener el bloque de apoyos que, por regla general, ha predominado hasta la fecha. Eso pasa por el apoyo de ERC, PNV y EH Bildu, erigidos desde los presupuestos de 2021 en los socios preferentes.

Sin embargo, la cruda negociación del decreto de la reforma laboral, o por ser más preciso, la imposibilidad de negociarlo, enseñó con claridad que en el Gobierno conviven dos partidos con visiones diferentes. Mientras el PSOE no descarta la opción de recurrir a Cs si falla uno o dos grupos de la terna (la formación de Inés Arrimadas cuenta con nueve diputados), Unidas Podemos no quiere saber nada de semejante hipótesis. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, apenas unos días antes de la votación, seguía echando a los liberales del posible respaldo, lo que disgustó al sector socialista porque, para entonces, esos nueve síes los tenía prácticamente atados.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. / Europa Press/Ricardo Rubio

Este mismo miércoles, sin ir más lejos, la ministra de Igualdad, Irene Montero, en la comparecencia ante la comisión parlamentaria de su ámbito, ha apostado por sacar adelante la ley de garantía de libertad sexual, más conocida como "la ley del sólo sí es sí", junto al sector progresista del Congreso, que es el que, ha puntualizado, lleva acumulando mayorías parlamentarias desde las generales de 2015. Es un sector en el que, obviamente, no reside Ciudadanos. Sea cual sea el abanico de grupos políticos que facilite la agenda legislativa del Gobierno, el partido que no está, en ningún caso, es el PP.

El ejemplo de Montero remite, además, a una de las leyes más importantes que el Ejecutivo de coalición tiene en la recámara y que prevé aprobar en el presente periodo de sesiones, antes del verano. Junto a ella, la ley de igualdad y no discriminación de trato, una proposición del PSOE que se ha convertido en primordial en estos momentos.

Como lo son la nueva ley de seguridad ciudadana que derogará la llamada "ley mordaza" o la ley de telecomunicaciones. Más adelante, la tensión política la concitará la ley de vivienda.

Así que aguardan meses más que interesantes en el Congreso, y no sólo por los cambios que traiga consigo la catarsis del Partido Popular, y con ella, o eso esperan los dirigentes socialistas, un clima más fértil para el diálogo.