DESBANDADA DE SUS FIELES

Casado se queda absolutamente solo en el PP

La dirección del grupo parlamentario se posiciona en contra de él y también varios de sus vicesecretarios

El último barón que respaldaba a García Egea, el presidente murciano, Fernando López Miras, abandona a Génova y pide congreso extraordinario

Un cuadro de Pablo Casado, en la sede nacional del PP.

Un cuadro de Pablo Casado, en la sede nacional del PP. / JOSÉ LUIS ROCA

Pablo Casado se queda totalmente solo en el PP. Sin apenas apoyos, al margen de su secretario general, Teodoro García Egea. Su equipo le ha dado la espalda. Comenzó a hacerlo este lunes en la reunión de la dirección, pero hoy no queda prácticamente nadie a su lado. Egea, la vicesecretaria de Organización, Ana Beltrán, y el de Comunicación, Pablo Montesinos, los dos sin ningún predicamento en el partido. A lo largo de esta mañana un goteo de deserciones dan fe de la soledad del aún presidente del PP.

La dirección del grupo parlamentario, vicesecretarios, otros miembros de la ejecutiva, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, que dimite como portavoz del partido, y hasta el presidente de Murcia, Fernando López Miras, el último de los barones que seguía fiel a Génova y a Egea, ha apostado por la única salida del congreso extraordinario.

No hay escapatoria para Casado, a pesar de su intención de seguir. Logró superar el día de ayer, la petición de dimisión, que le formuló, Alberto Núñez Feijóo, la persona llamada a sucederle, con el anuncio de que celebraría una Junta Directiva Nacional la próxima semana para convocar un congreso. Pero la presión ha regresado este martes para forzar su salida y que el partido no continúe sufriendo esta sangría. Si queda algo de cordura en quienes han dirigido el PP los últimos tres años, Casado y Egea, la dimisión se puede producir en las próximas horas. Según fuentes del bloque opositor "está a punto de caramelo". A estas marchas hay que sumar los comunicados de dirigentes de toda España y de los partidos regionales que piden casi por unanimidad lo mismo.

La escenificación más evidente de la soledad la hizo el presidente murciano, porque es el único barón que desde el principio (y también durante la guerra entre Ayuso y Casado) siempre ha defendido a Egea y Casado. Sus palabras no dejan lugar a dudas: "Creo que es el momento de la responsabilidad. España está por encima de todo y yo tengo que representar a los miles de militantes de Murcia. Evidentemente, la situación es insostenible. Hay que tomar decisiones urgentes y solicito convocar de manera extraordinaria el congreso" dijo, taxativo. Casi al mismo tiempo Feijóo insistía desde Galicia en que es urgente "tomar decisiones difíciles, yo también" y "dar voz a los militantes".

SUS AMIGOS LE ABANDONAN

La dirección del grupo parlamentario se ha sumado esta mañana a la postura que ayer expresaron la vicepresidenta del Congreso, Ana Pastor, y la portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, en el comité de dirección. El núcleo duro del grupo ha firmado un comunicado en el que exigen la destitución urgente de Teodoro García Egea y la celebración de un congreso extraordinario.

"Es urgente poner fin de manera inmediata al proceso de fragmentación interna en la que ha quedado sumida nuestra organización como consecuencia de actuaciones que nunca deberían haberse producido", en referencia a las acusaciones públicas de corrupción a Isabel Díaz Ayuso. Entre los firmantes el número dos del PP en el Congreso, Guillermo Mariscal, y portavoces adjuntos como Mario Garcés, José Ignacio Echániz , Sandra Moneo, Pablo Hispán y Carlos Rojas. Pero también Adolfo Suárez Illana, secretario cuarto de la Mesa del Congreso, en quien al principio de su mandato se apoyaba mucho.

La importancia de estos nombres no es sólo por el puesto que ocupan sino porque la mayoría son amigos personales de Casado, que han asistido incrédulos a la situación a la que ha conducido al partido. Sin ellos o sin diputadas como Belén Hoyo, también miembro de la dirección del grupo parlamentario y que en las últimas horas ha abandonado su cargo de presidenta del Comité Electoral, Casado no habría llegado nunca a ganar el congreso. Le respaldaron desde el primer momento, cuando se empezó a fraguar su candidatura a la presidencia del partido, y le ayudaron a ganar el congreso.

Y son precisamente ellos quienes por escrito y públicamente exigen que ponga fin a este proceso de autodestrucción personal y colectiva. "Con la finalidad de restablecer la normalidad y la pujanza de un proyecto político que ha sido y debe seguir siendo la referencia en España del centro derecha, se solicita que manera urgente se convoque un congreso extraordinario para elegir a las personas que deben dirigir este partido y el cambio que necesita este país".

Este comunicado forma parte ya de la historia del PP. Al igual que el que desde el lunes han exhibido primero afiliados de base, después cargos intermedios, secretarios general e incluso presidentes del partido pidiendo implícitamente la dimisión de Casado y que un Comité Ejecutivo nombre una dirección provisional y convoque un congreso extraordinario.

Un ejemplo más es el de Andrea Levy, que hace apenas cinco días, como muchos otros, respaldaba sin ambages su respaldo a Casado y mostraba su "gran orgullo" por formar parte del "equipo de Pablo Casado", de quien llegó a destacar su "trabajo sin descanso" por el PP. Este martes, la edil del Ayuntamiento de Madrid y miembro del Comité de Dirección Nacional, anunciaba que ya no formaba parte del órgano y urgía a la convocatoria del congreso. "Tal como solicite ayer [por el lunes] después de presentar mi renuncia en el Comité de Dirección, pido la convocatoria de un Congreso Extraordinario. ¿A qué se está esperando?", publicó en Twitter.

EL BLOQUE DE FEIJÓO

En su difusión hay todo un bloque de dirigentes agrupados en torno a Feijóo, al que todo el partido mira como referente moral y político para salvar las siglas populares, y al que se han sumado ahora muchas personas que hasta hace muy poco estaban con Casado. En todo caso, el nuevo liderazgo deberá dirimirse en un congreso.

Los diputados del grupo parlamentario empezaron la desbandada esta misma mañana tras ver atrincherada a la dirección nacional y que ninguno de los cambios exigidos se había producido. El grupo del Congreso era uno de los fuertes que el presidente y su secretario general creían mantener de su lado, pero esta mañana algunos diputados 'casadistas' se han unido a la exigencia de "un cambio de rumbo" públicamente. En privado, reconocen a

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA

que no pueden seguir al lado de Casado: "Le hemos apoyado siempre. Pero esto se derrumba. Esperábamos cambios que no han ocurrido. Y no puede ser. Hasta aquí hemos llegado", zanjan.

El grupo parlamentario del PP lleva siendo un hervidero desde anoche y a solo unas horas de la sesión de control al Gobierno en la que el líder de la oposición, si Casado aún conserva mañana este puesto, pregunte al jefe del Ejecutivo. Las conversaciones entre los distintos diputados empezaron este jueves, convencidos de que lo mejor era seguir los pasos de la portavoz Cuca Gamarra, que ya ayer se desvinculó de Casado en el comité de dirección.

Un ejemplo que representa bien la situación es el tuit de esta mañana de la diputada gallega, Ana Vázquez, absolutamente leal a la cúpula y que a menudo ha salido en defensa de Casado. Incluso en el Congreso ha tenido responsabilidades públicas potentes, como la defensa del PP en la comisión sobre la operación Kitchen, donde tuvo que enfrentarse a toda la oposición defendiendo al partido de uno de los casos más polémicos que las siglas populares tiene a las espaldas.

"Necesitamos más que nunca ilusionar a millones de españoles, millones de españoles que creen que hay alternativa a Sánchez. Necesitamos un partido unido y grande a la altura de un gran país, que es España. Necesitamos cambiar el rumbo del PP", escribió la parlamentaria en su cuenta de Twitter. Este periódico ha hablado con otros muchos diputados que siguen su línea. Podrían visualizarlo en las próximas horas.

Los últimos acontecimientos marcan un antes y un después. A las grietas que ayer se evidenciaron dentro de la propia dirección popular, se suman ahora los diputados en el Congreso (y lo mismo ocurre en el Senado). Para Egea era clave mantener un apoyo cerrado de los grupos en las Cortes. El malestar no puede ser mayor y el partido entra en un estado de descomposición.