CRISIS DEL PP

¿Qué pasa entre Ayuso y Casado? Resumen de la crisis del PP

Una relación deteriorada, la lucha por presidir el PP de Madrid y una tregua fallida son algunos de los puntos clave para la situación a la que se han visto abocados los populares

Díaz Ayuso, Casado y Almeida, en un acto de la Asociación de Víctimas del Terrorismo en Madrid.

Díaz Ayuso, Casado y Almeida, en un acto de la Asociación de Víctimas del Terrorismo en Madrid. / José Luis Roca

Daniel Gómez Alonso

Daniel Gómez Alonso

A un lado, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Al otro, Pablo Casado, líder del PP. Entre medias, una guerra enquistada que viene de lejos y que, tras las informaciones que aseguran que personas del núcleo duro del segundo contactaron con detectives para investigar al hermano de la primera, ha terminado por estallar.

Pase lo que pase esto ya acabará mal. Perdemos todos. En la dirección nacional del PP asumían, ya en noviembre, las consecuencias de la batalla desatada entonces por el control del partido en Madrid. Un vaticinio que, tras la pequeña tregua provocada por las elecciones de Castilla y León, se ha cumplido, elevando el conflicto a categoría de guerra.

Con el paso de los días, las tensiones se han recrudecido, apuntando todos los focos a un Pablo Casado que ha quedado en una situación de debilidad manifiesta tras las protestas de varios miles de votantes del PP en defensa de la presidenta de la Comunidad de Madrid ante la sede de Génova. En estos momentos, entre los barones del PP cobra cada vez más fuerza la posibilidad de celebrar un congreso extraordinario en el que se dirima el nuevo rumbo del partido.

Estas son las claves de un problema interno que se ha enquistado entre acusaciones de espionaje, corrupción y guerra sucia:

Origen del enfrentamiento

La legislatura de Ayuso tiene una vigencia de solo solo dos años. A pesar de su arrolladora victoria, la presidenta de la Comunidad tiene que presentarse de nuevo en el 2023. Por eso, quiere lograr cuanto antes la presidencia del PP madrileño para controlar el aparato, elegir las listas sin intromisiones y no depender de la estrategias de Casado. Algo a lo que Casado se niega, porque no quiere que el discurso que Ayuso enarbolará en ese congreso regional le marque la agenda política cuando se encuentra en su mejor momento. «No puede ser que toque hablar siempre, pero cuando doy un paso adelante, no toca», protestó ayer Ayuso.

Poner fecha al Congreso, principal escollo

Ayuso lo quería cuanto antes, incluso en 2021, y tenía marcado marzo de 2022 como la fecha límite. Pero la dirección del PP iba por otro camino, previendo su celebración para mediados de 2022. Llegado a febrero, el Congreso sigue sin fecha, lo que inquieta a la presidenta de la Comunidad, que considera que no se puede retrasar más la fecha.

¿Qué significa presidir el PP de Madrid?

Elaborar los programas de acción preelectoral y electoral, tener la potestad de elegir candidatos a los comicios, nombrar y cesar a los portavoces y cargos directivos en las instituciones en las que el PP tenga representación, nombrar representantes en organismos o autorizar y aprobar los actos políticos, entre muchas otras. Yendo más a lo concreto, el Comité Electoral Autonómico aprueba, previa propuesta de los Comités Electorales Provinciales,  las candidaturas municipales de localidades de más de 20.000 habitantes, según los estatutos. 

Una relación deteriorada

El enfrentamiento entre los núcleos duros de ambos dirigentes (Teodoro García Egea, mano derecha de Casado, y Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de la presidenta regional) siempre ha existido. Pero hubo un tiempo en el que la relación personal del presidente y la madrileña actuaba como tabla de salvación. “Hablarán Pablo e Isa y lo solucionarán”, apuntaban a menudo en el partido dando por sentado que “esa amistad de 20 años” evitaría males mayores. Pero la relación no sólo se ha resentido, sino que ya impera la desconfianza. El reparto de papeles que a lo largo de meses tuvieron Casado y su número dos (que actuaba como ‘poli malo’ dentro de la organización) dejó de funcionar. E incluso el líder del PP ya renunció a su condición de conciliador al entender que “las líneas rojas se han traspasado de manera reiterada”, como reconocen en su entorno

Apenas un mes de tregua

La tregua levantada por las elecciones de Castilla y León apenas ha durado un mes. El PP consiguió empezar el año político con una imagen de García Egea y Ayuso caminando juntos por Madrid para arropar en un acto a Mañueco. La convocatoria de Castilla y León consiguió que todos los dirigentes bajaran las espadas y se concentraran en sumar esfuerzos. Hasta el punto que durante la campaña la presidenta insistió en que lo importante del congreso del PP de Madrid no era la fecha, renunciando a la exigencia de un adelanto.

Era la imagen de una tregua que todo el partido llevaba reclamando meses y que, al final, ha durado justo lo que tenía que durar. Este mismo lunes, el portavoz del gobierno de Isabel Díaz Ayuso, Enrique Ossorio, pidió que se reanuden los congresos regionales pendientes y se celebre cuanto antes el madrileño.

Los contratos y el hermano de Ayuso

Los contratos de la empresa en la que trabaja el hermano de Ayuso no son algo novedoso. El pasado mes de noviembre la Asamblea de Madrid se convirtió en un auténtico polvorín, precisamente por la investigación que la oposición pidió. Fue Vox quién decidió salvar a la presidenta de la comisión promovida por la izquierda para evitar una nueva exposición personal de Ayuso. A esa iniciativa le precedió un pleno monográfico que terminó en una enorme polémica. 

Los partidos de la izquierda llegaron a abandonar el pleno después de que la presidenta de la Asamblea, Eugenia Carballedo, anterior consejera del Gobierno de Ayuso, expulsara a una diputada del PSOE por sus acusaciones directas a Tomás Díaz Ayuso. “Usted ha ido por los hospitales a sugerir a las unidades de contratación qué empresa contratar”. Los socialistas lanzaron la supuesta sombra de corrupción que después, según los citados diarios, desde Génova quisieron continuar en los pasados meses.

Estallido final

La batalla entre Génova y la Puerta del Sol ha terminado de estallar después de publicarse las informaciones sobre que el núcleo duro de Pablo Casado contactaron con detectives para investigar al hermano de Isabel Díaz Ayuso, según han publicado 'El Confidencial' y 'El Mundo'. Una de las personas al mando de esta operación habría sido Ángel Carromero, hombre fuerte de José Luis Martínez-Almeida en el Ayuntamiento de Madrid y, sobre todo, muy cercano al propio presidente nacional, con quien mantiene una amistad de años desde que empezaron juntos en Nuevas Generaciones.

El alcalde de Madrid, por su parte, ha ordenado investigar si la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo (EMVS) contrató a un detective para espiar al hermano de Isabel Díaz Ayuso después de que un intermediario (el exministro de Mariano Rajoy) le advirtiera de que se había producido un encuentro entre ese detective y un empleado de la empresa pública que depende del consistorio madrileño. José Luis Martínez-Almeida asegura que en ese momento “comenzó las averiguaciones necesarias” para determinar “si se había producido esa reunión” y, en caso de que así hubiera sido, “tomar las medidas necesarias”.

Manifestación a favor de Ayuso

Alrededor de 3.000 personas cortaron la calle Génova de Madrid ante la puerta de la sede nacional del PP para protestar contra Pablo Casado y Teodoro García Egea, y aclamar a Isabel Díaz Ayuso. De esta forma, el principal temor que tenían en la dirección nacional del PP, que la concentración de ayusistas fuese multitudinaria, se ha cumplido. El gentío ha proferido gritos contra el presidente y el secretario general del partido durante más de dos horas ante un fuerte dispositivo policial que custodiaba la sede del PP, cerrada a cal y canto.

Casado se atrinchera en Génova

Contra la corriente que conforma una amplísima mayoría del PP, que le ha pedido que no tire todo por la borda, Pablo Casado ha optado por atrincherarse en Génova. Le reclamaron primero el final de las hostilidades con Isabel Díaz Ayuso y el cese del secretario general, Teodoro García Egea, para poder seguir dándole apoyo tras la espeluznante semana que ha vivido el partido. Ni solucionó el conflicto con Madrid ni ha optado por prescindir de su número dos. Su decisión de atarse a la presidencia del PP conduce la crisis interna a una siguiente fase, donde todos los esfuerzos de la oposición a Casado se vuelcan en que se convoque un congreso extraordinario.

Los militantes se movilizan

Tras las protestas del fin de semana, afiliados del PP de distintos territorios han divulgado una carta, a través de las redes sociales, en la que piden al presidente popular que convoque "de forma urgente" a los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional para "designar una dirección provisional que se haga cargo de las cuestiones ordinarias del partido hasta la celebración de un congreso".

El texto, articulado sobre el epígrafe "En defensa de un PP a la altura de un gran país", lo está replicando militantes de varias comunidades. Defienden que una "situación extraordinaria requiere de soluciones extraordinarias y dolorosas", en alusión a que se vaya Casado y su equipo. "Somos un partido democrático que debe trazar su camino de mano de la militancia". Y eso es lo que, entienden, se consigue con un congreso, que ni siquiera dicen si debe ser ordinario (toca en julio) o extraordinario.