HUIDA HACIA ADELANTE

Pablo Casado se atrinchera y revienta el PP en dos mitades

El presidente obvia todas las llamadas de atención y permanece en el puesto sin hacer cambios en su equipo ni en su proyecto, a pesar del malestar interno

Los dos bloques, con Casado o contra él, empiezan a contarse para librar la batalla interna y forzar un congreso extraordinario

La dirección empieza a tener fugas: no todas las personas en la órbita del presidente comparte su estrategia

Pablo Casado, el pasado mes de junio en un acto del PP.

Pablo Casado, el pasado mes de junio en un acto del PP. / José Luis Roca

Pablo Casado ha decidido atrincherarse en Génova. Resiste solo frente a una amplísima mayoría del PP que le ha pedido que no tire todo por la borda. Le reclamaron primero el final de las hostilidades con Isabel Díaz Ayuso y el cese del secretario general, Teodoro García Egea, para poder seguir dándole apoyo tras la espeluznante semana que ha vivido el partido. Ni solucionó el conflicto con Madrid ni ha optado por prescindir de su número dos. Su decisión de atarse a la presidencia del PP conduce la crisis interna a una siguiente fase, donde todos los esfuerzos de la oposición a Casado se vuelcan en que se convoque un congreso extraordinario.

El fin de semana ha pasado sin que Casado haya encontrado el modo de pacificar el PP y con la imagen histórica de una manifestación a las puertas de Génova de casi 4.000 personas, votantes y simpatizantes que son quienes deben auparle a La Moncloa. La inacción ante esta protesta ha convulsionado el partido y ha decantado en contra de la dirección a cargos de la organización que hasta ahora les respaldaban. "Es evidente que hoy (por ayer) es un antes y un después", aseguran los críticos con Casado. Aunque Génova está usando ya la protesta como un argumento para atacar a Ayuso.

"Se ha quedado solo, con Egea y los vicesecretarios", aseguran fuentes del bloque que desde el jueves se está organizando para derrocar a Casado. En él conviven los partidarios de que había que darle una última oportunidad, pidiéndole a cambio la cabeza de Egea, y los que sólo ven la salida de un congreso extraordinario. Ahora ha llegado la hora de estos últimos y sus movimientos serán perceptibles en los próximas días.

GRIETAS EN EL NÚCLEO DURO

Aunque la presión ha sido "máxima", a través de llamadas, de los medios de comunicación, de los sondeos que apuntan a un crecimiento bestial de Vox, de la propia manifestación, Casado ha optado por una huida hacia delante. Para este lunes ha convocado a la dirección del PP con toda normalidad. Ni para los suyos es fácil saber qué saldrá de esa reunión, que es la que se realiza todas las semanas. Pero al igual que su apoyo orgánico comienza a resentirse también se agrieta su núcleo duro. Fuentes del partido aseguran que Ana Pastor, una de las vicesecretarias del PP, sí que ha transmitido al presidente popular que quizás lo más conveniente sería celebrar el congreso extraordinario. Según ha podido constatar este periódico más personas de la dirección tienen dudas de que Casado esté obrando de manera correcta.

La posición de Casado deja al PP fracturado en dos. Con el presidente o contra él. En este último bloque figura, por supuesto, Ayuso. Pero en estos momentos de desestabilización esta dinámica ha sido superada. No es con Pablo o con Isabel, que además tiene sus propios problemas políticos y judiciales por los contratos de la Comunidad que implican a su hermano. Es con Casado o contra él, por entender que su liderazgo no da más de sí. El enfrentamiento público con Ayuso, el presunto espionaje, las acusaciones de corrupción son el último capítulo de un malestar larvado durante mucho tiempo.

MIRANDO A FEIJÓO

Este sector, que mira hacia Alberto Núñez Feijóo como alternativa, dará ahora nuevos pasos para lograr que se convoque ya el congreso. De hecho, algunos no comparten la celebración ayer de la protesta en Génova. "Es un mal y peligroso precedente", señalan, quienes se ven sólo representados en la pureza de la vía orgánica. La radiografía ahora mismo del PP es que la mitad apoya a Casado y la otra no. Pero estos últimos defienden que la dirección se puede llevar una "sorpresa" por las deserciones que observan en sus filas. Advierten además, que aunque Génova dice tener el control de los presidentes provinciales, el malestar entre las bases y los cuadros intermedios es tan grande por la actuación de Casado que "no obedecerán al líder local".

Ya todos dan por hecho que la única salida es medirse en un congreso y han empezado a testar los apoyos. Especialmente Génova, que intenta mantener el envite y la presión de una dimisión inmediata aglutinando los respaldos que tiene en las distintas comunidades. Los cercanos a García Egea recuerdan que la clave en los partidos sigue estando “en el poder provincial” porque son los que realmente deciden el reparto de delegados en un cónclave. 

EL PODER PROVINCIAL ES CLAVE

Y en este punto, dirigentes próximos a Casado e incluso algún presidente autonómico, aseguran que “la dirección tiene mucho poder territorial” y, en concreto, “el apoyo de la Comunidad Valenciana, Aragón, Murcia, Baleares, Castilla La-Mancha, Canarias y Cataluña”. Y recalcan que también cuentan con seguidores en las dos comunidades con los barones más críticos. En las tres provincias de Galicia (excepto Pontevedra) y en la mayor parte de Andalucía (a excepción de Málaga y parte de Cádiz y Huelva), según los cálculos que manejan.

Con esta exhibición, los ‘casadistas’ pretenden dejar claro que "hay partido” y que si la guerra llega a una votación en junta directiva o congreso “no hay nada dicho”, - Andalucía y la Comunidad de Madrid son las que más delegados aportan en un congreso y esos delegados, recalcan distintas fuentes, son propuestos por los presidentes provinciales. En estos momentos no son pocos los dirigentes que recuerdan “la importancia” que García Egea da a las estructuras del partido y desde que asumió la secretaría general del partido convenció a Casado de que la renovación debía hacerse “de abajo arriba”. La idea la compartió también con uno de sus hombres de máxima confianza, Carlos Mazón, presidente de la Diputación de Alicante y líder del partido en la Comunidad Valenciana.

EL PODER DE EGEA

Ambos coincidían en que lo más importante para reconstruir el partido tras la moción de censura que expulsó a Mariano Rajoy de la Moncloa y con Casado encumbrado era “comenzar por lo local, pasar a lo provincial y, por último, a lo regional”. Por eso idearon este sistema de congresos por fases que dejaba para el final la elección de los presidentes del partido en las comunidades. El gran conflicto desatado entre Casado y Ayuso por el poder del PP de Madrid tiene que ver mucho con el sistema. La idea era dejar el cónclave madrileño para el final y celebrarlo a finales del mes de junio.

El calendario sigue en el aire tras las elecciones de Castilla y León. De los congresos pluriprovinciales solo falta Extremadura (Cataluña y el País Vasco sufrirán un retraso mayor) y, después, llegará el turno de los congresos uniprovinciales. En este contexto, dirigentes cercanos a Génova insisten en “el poder que ha ido acumulando García Egea” en las provincias y recuerdan cómo el secretario general ha pasado los últimos meses visitando cada pueblo de las comunidades autónomas. “Cada pueblo cuenta”, dicen, recordando una de las máximas que Egea le dice a los suyos.

Después de dos días en los que lo único que se ha sabido de la cúpula nacional es que cerrarán el expediente de Isabel Díaz Ayuso tras dar por buenas las últimas aclaraciones sobre su hermano y la convocatoria del comité de dirección para este lunes, distintos cargos consideran que ha quedado claro “que no cederán” y que “intentarán mantenerse como sea”.